Capítulo 40

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«Sus padres y él pelearon»
    
—Alonso... —dije mientras salíamos del edificio.
    
—¿Sí?
    
—Tal vez, tal vez tu mamá tenga razón —se giró a verme frunciendo las cejas.
    
—¿Qué?¿Qué estás diciendo?
    
—No, no, quiero decir, Alonso, yo no quiero ser la razón por la que te enojes con tus padres —expliqué.
    
—Hayden, no eres tú. Es su estúpida manera de pensar.
    
—¿Estúpida?
    
—Quiero decir, ¡mi hermana ya está casada y tiene hasta tres hijos! —fruncí las cejas.
    
—No te compares.
    
—No lo hago, trato de decir que mis padres no le hablan por ello. Mis sobrinos no han conocido a sus abuelos y por el simple hecho de que ellos están decepcionados de mi hermana. Y es absurdo el que lo estén, deberían apoyarla y amarla. Así como deberían respetar lo que tenemos.
    
—Ellos deben tener sus motivos para pensar así, ¿no te has atrevido a preguntarles? Debe haber una razón.
    
—¿Qué puede justificar el hecho de que sean malos padres? Toda mi vida, y la de mis hermanos hemos estado de un lado a otro, como valijas.
    
—No es excusa, es comprensión. —se mordió los labios.
    
—Vamos, Hayden. A casa.
    
—Hay que hablar —dije siguiéndolo por la calle.
    
—Realmente no quiero hablar.
    
—Sólo... —me caí, una chispa de furia se encendió en mí por mi torpeza— ¡Alonso! —se detuvo, iba casi a dos metros de distancia de mí.
    
—¿Qué? —giró a verme.
    
—¡Me molesta! —me puse de pie.
    
—¿El qué? —exclamó con el entrecejo.
    
—¡El hecho de que tan siquiera tus padres estén vivos! —grité.
    
—¿Qué?
    
—¡Te quejas por cómo has vivido, y de que sean malos padres pero nadie sabe cómo ser padre o madre!¡Tienes suerte y ni siquiera lo ves!
     
—¿Suerte?¡Mamá te ha estado traladando con la mirada toda la velada!
    
—¡Esto no es por mí! ¿Sabes lo que daría por volver a ver a mis padres? —los ojos se me llenaron de lágrimas, él se quedó anonadado—. No desperdicies el tiempo con ellos por mí, hoy están mañana tal vez no —respinge. Abrió la boca para decir algo pero no dijo nada. Di vuelta y seguí caminando.
    
—¿A dónde vas?
    
—A casa.

Estrellas Rotas || Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora