Mamá quiero que me cuentes que ocurrió esa noche.- Mi madre estaba en su
despacho en casa, las gafas colgaban de su nariz, estudiando minuciosamente, su
última entrega de diarios académicos, con el brillo pálido de su lámpara de escritorio.
El sonido de mi voz la sacó de su trance, ella echó un vistazo por encima de sus lentes. Yo, esperaba que vinieses pronto a hablar, Jess.- Ella señaló la destartalada silla con
mantita que servía de silla de invitado al lado de su escritorio. Me hundí en ella,
tirando de la manta de lana mohosa peruana sobre mis piernas.
Mamá hizo girar su silla hacia mí, deslizando sus gafas encima de su pelo,
proporcionándome su total atención.
-¿Por dónde deberíamos comenzar? ¿Con lo que pasó entre tú y Lucius en el porche? -
Me sonrojé, desviando la mirada.
-No. No quiero hablar sobre eso. Quiero hablar sobre hace dos noches. Cuando
vosotros trajisteis a Lucius aquí. ¿Por qué? ¿Por qué no a un hospital?-
-Te lo dije, Jessica. Lucius es especial. Él es diferente.-
-¿Cómo de diferente?-
-Lucius es un vampiro, Jessica. Un doctor, licenciado en la doctrina médica americana,
no sabría tratarlo.-
-Él solo es un chico, Mamá.- Insistí.
-¿Lo es? ¿Eso es lo que tú crees todavía? ¿Aún después de lo que viste, escondida tras
la puerta?- Bajé la mirada hacia mis manos, torcí un hilo flojo alrededor de mi dedo y lo
rasgué de la manta.
-Eso fue muy confuso, Mamá.-
-¿Jessica?-
-¿Hmmm?- Levanté la mirada.
-Has tocado a Lucius, también.-
-Mamá, por favor…- No íbamos a ir por ahí otra vez, ¿verdad? Mi madre me dedicó una
breve mirada.
-Tu padre y yo no estamos ciegos. Tu padre captó el final de tu… momento… con
Lucius la noche de Halloween.- Estaba agradecida de que, la luz la lámpara de mesa
fuera baja, porque mis mejillas estaban coloradas.
-Solo fue un beso. En serio, solo fue eso. ¿Y, cuando tú tocaste a Lucius, no percibiste nada… inusual?- Su frescor. Supe
inmediatamente a que se refería, por alguna razón, la esquivé.
-No lo sé. Quizás.- Mamá comprendió, que no estaba siendo completamente honesta y
ella tenía poca paciencia con la gente que, se hacía intelectualmente perezosa cuando
había que afrontar un concepto difícil. Ella colocó sus gafas sobre su nariz. Sabía que
estaba siendo despedida.
-Quiero que pienses en lo que viste en el comedor. Lo que sentiste. Lo que crees.-
-Quiero creer lo que es real- Lloriqueé. -Quiero entender la verdad. ¿Recuerdas La
Aclaración? ¿El orden geométrico que substituye a la superstición? ¿Sir Isaac Newton?
¿Quién descubrió 'el misterio' de la gravedad? Y quien una vez dijo, “Mi mejor amigo
es la verdad. ¿Cómo puede un vampiro ser 'verdadero'?- Mi madre me miró fijamente
durante un largo momento. Yo podía oír el reloj sobre su escritorio, haciendo tictac a la
vez que, ella ordenaba su considerable área de conocimientos.
-Isaac Newton- Dijo finalmente -Poseía, una fé vital en la astrología. ¿Conocías eso de
tu supuesto científico racional?-
-Um, no- Admití. -No lo sabía.-
-¿Y recuerdas a Albert Einstein?- Dijo Mamá, con aire de suficiencia. -¿Quién
descubrió el átomo? ¿Algo que nosotros apenas podríamos concebir hace tan solo un
siglo? Einstein dijo una vez, “la cosa más hermosa que podemos experimentar es el
misterio”- Ella hizo una pausa. -Si los átomos pueden existir, ocultados y en todas
partes, para milenarios… ¿por qué no un vampiro?- Maldita sea. Era buena.
-Mamá…-
-¿Sí, Jessica?-
-Vi, a Lucius beber sangre. Y vi sus dientes. Otra vez.- Mamá tomó mi mano y la apretó.
-Bienvenida al mundo del misterioso, Jessica.- Una sombra cruzó su cara. -Por favor,
ten cuidado allí. Es un territorio muy, muy difícil. Completamente indomesticado. El
misterioso puede ser hermoso - y peligroso. -Sabía a lo que se refería. Lucius.
-Tendré cuidado, Mamá.-
-La familia Vladescu, tiene una cierta reputación por su crueldad -añadió ella, más
directamente. -Tú sabes que a tu padre y a mí nos gusta Lucius, muchísimo, y él es
encantador, pero también debemos tener presente, que su educación fue sin duda
muy diferente a la tuya. Y no solamente en términos de bienes materiales. Lo sé, Mamá. Él me contó un poco de eso. De todos modos, te lo sigo diciendo, no
siento nada de eso por Lucius. -Mentirosa.-
-Bueno, pues entonces ya sabes, siempre estoy aquí para hablar. Y también tu padre.-
-Gracias, Mamá. -Dejé la manta a un lado y me puse de pie para irme, besé su mejilla.
-Por ahora, solo necesito pensar.-
-Por supuesto- Mamá se giró hacia atrás, dejando a un lado sus diarios. -Te quiero,
Jessica- Añadió ella sobre su hombro en cuanto cerré su puerta. A pesar de sus
advertencias, a pesar de su obvia preocupación por mí, juré que oí una débil indirecta
de risa en su voz.
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Guía de Jessica para ligar con vampiros
वैंपायरJessica piensa pasárselo "de muerte" en el último curso de instituto. Lo que no sabe es que un "no-muerto" ya ha planeado todo su futuro... Un misterioso estudiante de intercambio llamado Lucius Vladescu irrumpe en la vida de Jessica asegurando que...