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Hoy vamos a hablar del concepto de números trascendentales- Nuestro entrenador
del equipo de matemáticas, el señor Jaegerman, anunció frotando sus manos juntas con
regocijo aritmético.
Cinco de nosotros, los competidores de matemáticas, nos inclinamos sobre nuestros
cuadernos, con los bolígrafos serenos.
-Un número trascendental es cualquier número que no es “algebraico” la raíz de
ningún polinomio de número entero- Comenzó el señor Jaegerman. Mike Danneker levantó la mano.
-Como pi.-
-Sí - Gritó el señor Jaegerman, clavando la tiza en la pizarra, escribiendo el símbolo de
pi. –Exactamente -Él ya sudaba un poco. El señor Jaegerman era calvo, y ligeramente
con sobrepeso, y llevaba el poliéster, pero él tenía un entusiasmo admirable para los
números. Escribí el símbolo ∏ en mi cuaderno, deseando que nosotros no
perdiéramos el tiempo con los conceptos teóricos. Prefería practicar con problemas
prácticos, a diferencia de tratar con ideas abstractas.
-Pi es un ejemplo excelente de un número trascendental -siguió nuestro profesor. -La
proporción de la circunferencia de un círculo a su diámetro. Estamos familiarizados
con pi. Pero por lo general nos paramos justo en 3.14 cuando lo usamos. Como
sabemos, aunque pi es en realidad mucho más largo. Y aunque la gente ha calculado la
pi aproximadamente el dígito de una billonésima parte, no hay ningún final a la vista.
Es infinito, ' insoluble. Y - esto es la parte de confusa - los números no forman ningún
modelo. -Él garabateó en la pizarra. 3.1415926535897932... -Esto continúa, al azar.
Siempre. -Hicimos una pausa, apreciando esto. Desde luego, como los estudiantes
interesados en matemáticas, todos habíamos pensado en pi antes.
Pero la idea de aquellos números que corren a través de galaxias, a través del
tiempo... era muy confusa. Desconcertante, casi, imposible de comprender.
-Y por supuesto el señor Jaegerman rompió nuestro ensueño. -Un número
transcendental como lo es pi, es descrito como irracional.- Él hizo una pausa para
dejarnos ponernos al corriente, y con cuidado reescribí la palabra en mi cuaderno.
Irracional.
La palabra pareció mirarme fijamente desde la página de mi libreta. En lo profundo de
mi mente, oí mi refrán de madre, " Jessica, hay cosas en el mundo que no puedes
explicar…” -Pero tú puedes explicarlas, objetaba mi cerebro. Incluso pi es explicable.
Es una clase de número que es sólido. Real.
Excepto números que serpentean su camino a la eternidad. Eternidad. Ahora había
otro concepto que yo no podía comprender Almas unidas para eternidad. Lucius había dicho una vez, cuando él había hablado de
la ceremonia de esponsales. Lucius, la persona menos racional que yo conocía.
Vampiros y pactos, ellos son irracionales. ¿Cómo pi?
-¿Señorita Packwood?- Mi nombre me devolvió a la realidad. O lo que yo pensaba que
era la realidad. ¿Por qué todo parecía tan inconcreto de repente?
-¿Sí, señor Jaegerman?-
-Pareces estar soñando despierta.- Sonrió. -Pensé que debía devolverte a la realidad.-
-Lo siento- Dije. Realidad. El señor Jaegerman obviamente creía en ella. Ciertamente
él no creería en cosas irreales. Como vampiros. O los destinos eternos. O en que la
repugnancia se vuelve lujuria. La realidad sabía al plástico de mi bolígrafo en mi boca.
La vista del diseño horrible de la corbata del señor Jaegerman. La sensación del
escritorio liso bajo las yemas de mis dedos.
Sí. Realidad. Era bueno estar de vuelta. Era donde yo necesitaba estar.
Cuando me enfoqué en mis apuntes de nuevo, aunque me percaté de que había
garabateado un boceto de un juego muy afilado de colmillos en el margen de mis
apuntes. Yo ni siquiera me había dado cuenta de que lo había hecho. Agarrando mi
pluma, garabateé sobre el dibujo, emborronándolo con la tinta, hasta que cada línea
fue completamente borrada.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora