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¿Lucius? -Mi voz resonó en el gimnasio casi vacío. La sala estaba prácticamente
oscura, con un solo blanco de luces encendidas. En el otro extremo, Lucius estaba
practicando bandejas repetitivas, de una forma ritualista nunca vista antes: regate,
slam, recuperar… Una y otra vez y otra vez, sin perder un solo tiro. Nunca vacilante. No
se presentó con el sonido de mi voz, y no estando segura de si él me había oído, me
dirigí hacia él a través de la gran extensión de madera dura.
-¿Lucius? -Lo intenté de nuevo cuando llegué a la parte superior de la llave.
Estrelló el balón por el aro y dejó que rebotara, volviéndose hacia mí, desconcertado.
No satisfecho.
-Jessica... ¿Cómo me encontraste?
-Te vi salir con el balón, y está demasiado frío para jugar afuera. -Miré a mí alrededor
el gimnasio vacío. -Decidí ver si tú estabas aquí.
-¿Cómo entraste? La escuela está cerrada.
-De la misma manera que tú lo hiciste. Llamé a la ventana en la que el custodio estaba
trabajando. Me dijo dónde encontrarte.
-Por lo general, sólo deja la puerta más cercana al gimnasio entreabierta para mí -dijo
Lucius. -Han hecho que valiera la pena, por supuesto, el romper las reglas. -Parte de
la ira parecía haber desaparecido de Lucius, como si se hubiera curado, junto con sus
cardenales. Y sin embargo, Lucius no estaba del todo curado, tampoco. El vampiro
antes de que me pareciera una marca nueva de encarnación.
-¿Estás bien? -Le pregunté. -Me enteré de lo de Faith. Que rompiste con ella.
-Sí. Había seguido su curso, como estas cosas deben. -Me di cuenta que Lucius y yo
estábamos de pie muy cerca de donde habíamos bailado, de vuelta en el baile de
Navidad, que parecía toda una vida, aunque sólo había sido un par de semanas atrás.
Tan cerca como habíamos estado de que me mordiera, eso es lo lejos que nos pareció
en el gimnasio vacío. Yo podría haber estado de pie en el otro extremo de la sala. O
bien podría haber estado de pie en otro planeta.
-Cometí un error, Lucius. Beber la sangre. Dejé a Faith verlo.
-He hecho peores errores, Jessica. No te preocupes innecesariamente.
-Pero ahora, Frank está hablando de que tú eres un vampiro, y Faith está furiosa, y todoel mundo esparce chismes. Incluso Mindy se está alejando de mí, asustada por los
rumores.
-Sí, algunas cosas parecen estar convergiendo, ¿no? -Lucius no sonrió con ironía,
como esperaba. Estaba extrañamente tranquilo. Casi con una calma sobrenatural.
-¿Qué vas a hacer, Lucius? -Me dio la espalda y recogió el balón.
-Jugar baloncesto, Jessica. Y esperar.
-Lucius…
-Buenas noches, Jessica -dijo, ahogando cualquier respuesta que podría haber
ofrecido con el sonido del balón golpeando la madera, el rechinar de sus zapatos en el
gimnasio, y el golpe de un tiro en la llanta. Una y otra vez y otra vez.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora