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Mindy, ¿qué estás haciendo aquí?- Le pregunté, abriéndome camino a través de las
gradas hasta donde estaba sentada ella.
-Yo podría preguntarte lo mismo- Replicó, haciendo señas para que me sentara junto a
ella. Dejé mi mochila y me senté.
-Jake me invitó a ver la lucha libre.- Cogí ojo de Jake y saludó. Hizo un guiño hacia mí,
sus músculos abultados casi como en una tira humorística, apenas contenida por su
unitard spandex ajustado.
-Así que repito: ¿Qué estás haciendo aquí?-
-Oh, yo no lo sé.- Mindy sonrió. -Me detengo aquí algunas veces, sólo para ver las
prácticas.- El gimnasio estaba dividido en partes para permitir a los equipos con las
estaciones superpuestas a compartir el espacio. Tapices de Lucha se desplegaron en
una esquina, las porristas brincaron junto a los luchadores, y el equipo de baloncesto
monopolizando la mitad llena de el piso de madera brillante. El aire estaba lleno de
gruñidos y gritos cheerlead-ción, el chirrido de zapatos de goma, y el olor a sudor.
Un silbato sonó considerablemente.
-¡Vladescu! ¡Frente y centro, carajo!- El Vozarrón del entrenador Ferrín sonó por
encima del estruendo. -¡Usted ha estado en la fuente de agua durante una maldita hora,
maldición! ¡Obtenga su culo merodeando de nuevo en el taladro!- Me senté un poco
más erguida, observando cómo, efectivamente, un hombre alto, de pelo oscuro
rumano rollados desde cerca de la habitación de los chicos en la taquilla y en la
cancha.
-¿Lucius está jugando? ¿Es siempre?- Mindy soltó un suspiró soñador.
-Mindy, es Lucius ¿Por qué vienes aquí? No, es como, una adicción- Protestó. -Tal vez una o dos veces a la semana. Pero
quiero decir, ¡míralo a él!- Como hemos visto, Lucius agarró una pelota lanzada contra
su pecho, tomó unos pasos agresivos hacia el aro, se levantó, aparentemente sin
esfuerzo, y aplastó la bola a través de la llanta.
-Pero él ni siquiera ha sido de nuevo en la clase todavía.
-Sí, lo vi en la sala, antes de la práctica- Dijo Mindy. -Él dijo que iba a regresar a clases
mañana.- Ella me miró con curiosidad. -¿Pensé qué, dijo que su pierna estaba rota?-
-Fue herido...- ¡Oh, el infierno! Había renunciado a tratar de explicar los misterios de
Lucius Vladescu. -Supongo que está mejor ahora.-
-Voy a decirle.-
-¡Mindy!-
-Bueno, míralo en pantalones cortos, Jess. A algunos chicos les gustaría qué hubiera
mantenido su ropa. Pero Lucius, te hace desear que pelara otra capa, incluso. Quiero
decir, ¿no te gustaría saber lo que está ahí debajo?- De hecho, había una razón para
que Lucius se viera tan bien en la ropa. El cuerpo estaba debajo de ellos, casi perfecto,
con la excepción de otra herida, una de ancho, marca de sierra a través de los
cortados en lonchas su bíceps derecho se inclinó. ¿Cómo se ganan eso? ¿Y que tienen
más en otras partes del cuerpo? A la izquierda de la pierna, que se había roto, tenía un
moretón negro y grande, la única señal de que aún estaba lesionado.
Aparte de las imperfecciones de menor importancia, no sólo no había nada que
criticar. Está bien, incluso las cicatrices lo hacían sexy. Lucius también tenía una
cabeza más alta que la mayoría de los otros jugadores, los músculos de las piernas más
definidos, y sus hombros estaban más amplios, más masculinos, sin que se bombee…
Eché una mirada culpable a Jake, tenía la sensación de que lo había traicionado.
Mindy siguió mi mirada. -Oh, hey, mira, tu novio está luchando lejos.-
-Yo, no sé si es mi novio...-
-Vamos, Jess. Vosotros estáis juntos. Tenías dos veces la semana pasada, almorzáis
juntos casi todos los días, y aún así, tú estás aquí, ¿no?- Vi a Jake dando vueltas sobre la
estera, gruñendo.
-¿Puedes guardar un secreto, Mindy?-
-Oye, hemos sido amigas desde preescolar- Dijo Mindy. -¿Alguna vez, he derramado
tus secretos?-
-No. Nunca.- Mindy era un montón de cosas: frívolas, sexo impulsivo, obsesionada,
pero nunca fue desleal.
-¿Y? Discusión.-
-No estoy segura de que Jake y yo seamos un gran partido.- Los ojos de Mindy,
rodeados por una gruesa capa de “Cover Girl” (delineador de ojos de carbón), se
ampliaron.
-¿Qué? ¡Pensé que realmente te gustaba!-
-Él es... Bueno- Le dije, vacilando un poco en mi uso del adjetivo -Pero yo no sé si hay una chispa real del país. No como yo pensaba que sería.-
-Hmm. Bueno, Jake no es Lukey- Mindy estuvo de acuerdo, con la mirada errante de
nuevo hacia la cancha de baloncesto. -Te dije desde el principio.-
-Sí, son muy diferentes- Estuve de acuerdo. Si sólo ella supiera cuán diferentes… tal
vez no estaría tan interesada en su Lukey. Mindy había conseguido náuseas cuando
disecamos gusanos en el sexto grado. Ella no era de las que consumían mucho alcohol.
-No es que yo estaría con Lucius- Agregué. -Estoy diciendo que no estoy segura de
Jake y yo.-
-Y yo estoy diciendo que finalmente debes llegar a tus sentidos y elegir a Lucius, antes
de que te persigan- Observó Mindy. -Acéptalo, Jess. Lucius tiene carisma- Agregó,
moviendo la cabeza hacia las porristas. -Mira el camino. Hasta Faith está mirando
fijamente. Lukey sólo atrae su atención.- Efectivamente, cuando miré al otro lado del
gimnasio, Faith Crosse subía en lo alto de una pirámide de porristas, caminando
encima de la gente, como de costumbre, pero tenía el rostro vuelto hacia el
baloncesto, donde Lucius estaba profundamente metido en la conferencia con su
entrenador. La forma de pie de Lucius, las manos en las caderas estrechas,
sobresaliendo por encima de Ferrín, parecía que en el centro de partida, fuera él
encargado.
Miré hacia Faith. Estaba encima de su montón de gente, pero aún viendo el debate en
el centro de la cancha.
-Hablando de eso- Mindy interrumpió mis pensamientos. -Te ves muy bien hoy. ¿Es
que estrenas un nuevo equipo?- Rompí mi mirada de Lucius y Faith y alisé la falda
arrugada sobre mis rodillas.
-Sí, ¿te gusta?-
-Definitivamente. El morado es un buen color en ti. Y el cuello en V, muy sexy.-
-¿Demasiado sexy?-
-No. Sólo la derecha. Debes usar cosas así más a menudo. Te ves... Exótica. Como una
gitana o algo-
Miró a mi cabeza. -¿Y te hiciste algo en el pelo?- Despeiné mis rizos.
-He utilizado este "curl pulidora" en lugar de tratar de aplastar mi cabello cada día.
Creo que estoy cansada de luchar contra la naturaleza.-
-Luce muy bien.- Mindy asintió con la cabeza, evaluándome. -Shiny. Y a diferencia, de
lo que todos los demás están haciendo. Tipo de bien.-
Un grito agudo sonó, y miré a su fuente, justo a tiempo para ver Faith Crosse caer hacia
la suelo, teniendo por toda la pirámide. Su equipo cayó uno por uno, como fichas de
dominó chillando debajo de ella.
Casi todo el mundo en el suelo del gimnasio corrió a su ayuda. Y la primera persona en
el lugar del accidente, extendiendo su mano para ayudar a Faith a levantarse sobre sus
pies, no era otro que Lucius Vladescu.
Una por una, las otras porristas revueltas y controlándose a sí mismos por las lesiones. Aunque como todo el mundo, Faith parecía estar bien, Lucius la agarró del brazo y la
condujo hacia los vestuarios, donde se detuvo a hablar.
-Bien, bien, bien- Observó Mindy. -Si tú vas a botar a Jakey por Lukey, es mejor que
actúes con rapidez, porque parece que sólo podrías tener competencia. Mírala, llegar
a tocar un blanco caballero a su dama en peligro.- Casi me reía de eso. Por un lado,
Faith había salido con el jugador de fútbol Ethan Strausser, durante siempre y cuando
nadie se acordaba. Más importante aún, Lucius nunca me abandonaría por otra niña,
no importa cuán delgada fuera, su trasero miró en su falda animadora “Flippy” A él le
gustaban las mujeres con curvas. Y él se había comprometido conmigo.
Pero, como he visto, Faith y Lucius se rieron en voz alta, como lo habían hecho en mi
dormitorio. Luego le dio a él un pequeño empujón coqueto, y él le sonrió, mirando
menos cargado de lo que de alguna manera tenido en el pasado. Más relajado en su
postura. Más… libre.
-Sí.- Mindy se rió entre dientes. -Si quieres a Lukey, Hay que moverse. Faith está
babeando sobre él, como si fuera un bolso de Prada que de alguna manera, se
presentó en un cubo de venta en Wal-Mart. Descuento de precio y listo para colgar en
el brazo.-
-No, eso es una locura- Protesté. Pero entonces otra vez, yo había pensado en que los
vampiros, eran un concepto loco, sólo una semana o así lo hice.
¿Qué decir cuando Lucius dijo "al final del juego"?
Mientras miraba a Lucius y Faith hablar, bromear juntos, una sensación desconocida
como alfileres en caliente, celos, empezaron a pinchar en mi corazón. Otro sentimiento
brotó en mí, también. Posesivo sentimiento. Un fuerte sentido de propiedad que
rayaba en la ira. Un sentido de propiedad. De mi derecho a Lucius.
Mis dedos enroscados alrededor de la sede de las gradas, apretando.
Y de repente, por primera vez, tuve sed.
En realidad, mucha sed.
Por algo que nunca antes había ansiado. Al igual que mi guía de sexo vampiro me
había advertido.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora