Aquí tienes tu lavandería -Llamé, dando patadas en la puerta del apartamento de
Lucius.
Se abrió la puerta.
-¿Por qué das patadas? Gracias, Jessica- Aceptó la canasta, colmada de revueltas ropas
de mis brazos. Con el ceño fruncido. -¿Qué es esto?-
-Mamá me dijo que tú puedes comenzar a doblar tu propia ropa.-
-Pero.-
-El viaje es más libre, Lucius- Le aconsejé que, a raíz de él en el apartamento. Yo no
había entrado al interior, desde que había tratado de hacer, la comida rumana
desastrosa hace una semana. El apartamento aún olía un poco como el bazo.
Lucius tiró su ropa en la cama y dio un paso atrás, al examinar la maraña.
-Yo supongo que es demasiado tarde para contratar a una lavandera...
-¡Oh, por el amor de Dios. No seas un bebé. Hago esto dos veces a la semana. Y no
creo que haya cualquier 'lavandera' alrededor. Esa es tu desgracia regional, no la mía.
-Cogió un calcetín, sosteniéndolo fuera, como si nunca hubiera visto uno antes.
-¿Por dónde empezar? -Cogí la media de sus dedos. "
-Tú dices que puedes conducir a una nación de vampiros, pero no puedes igualar
calcetinesTodos estamos capacitados de manera diferente -señaló, incapaz de reprimir una
sonrisa. -Afortunadamente, mis habilidades caen en la categoría de liderazgo, no "las
tareas de base." -De mala gana, también sonreí. ¿Cómo puede la arrogancia crecer en
una persona?
-Yo te ayudaré-una vez.
-Gracias, Jessica. -Lucius se dejó caer en su silla de cuero. No hizo ningún esfuerzo
para moverse. Por el contrario, hizo una mueca, se deslizó en la silla y ató sus dedos
detrás de su cabeza. -Creo que sería mejor servido, por una manifestación."
-Idiota -le grité, lanzando la media vuelta en la pila y agarrando su brazo, tirando de él
en posición vertical.
Por supuesto, Lucius era demasiado fuerte para mí, y cuando se retiró, acabé cayendo
en si pecho, los dos riendo.
Poco a poco, la risa desapareció, y nuestros ojos realmente conectados, por primera
vez desde que, la terrible noche me había tratado de estofado de liebre. De repente,
no estábamos bromeando en absoluto.
-Jessica -dijo en voz baja, girando la muñeca con sus dedos.
-¿Sí, Lucius? -Me incliné más fuertemente contra su pecho, mi corazón comenzaba a
latir más fuerte. Tal vez no había sido derrotado por Faith… Sus ojos tenían la misma
expresión, que yo había visto en Halloween, pero sin la ira y la frustración. En cambio,
hubo un suave tipo de deseo existente. Menos temible, pero casi tan terrible, al deseo.
Sin embargo, no me moví de él. Sabía que, esta vez, yo no me quería mover. Que
podría manejar lo que pasara. Me gustaría manejarlo.
Liberando su muñeca, Lucius tiró suavemente sobre uno de mis rizos brillantes,
dejándolo de nuevo detrás de mi oreja.
-Tú has cambiado tu cabello. Abrazado tus rizos hermosos.
-¿Te gusta?
-Sabes que sí... -El otro bloqueo torcido alrededor de su dedo. -Esto... Esto es cierto
para ti. -Cambié un poco, y mi mano descansaba en la difícil curva de sus bíceps.
Llevaba una camiseta, y yo podía sentir la cicatriz que arrancó a través de su brazo. Mi
confianza vaciló por un momento. “Honor. Disciplina. Fuerza. Fui criado de manera
diferente a ti, Jessica… Los Vladescus son despiadados…
-¿Cómo...? ¿Cómo conseguiste esto? -Le pregunté, localizando la cicatriz con las yemas
de los dedos. Algo cambió en sus ojos. El brillo en la oscuridad se atenuó ligeramente.
-Un accidente. No es una historia que merezca ser contada. -Estaba mintiendo.
Seguí el camino de la cicatriz. Era ancha, y no me podía imaginar lo que podría
desgarrar la carne como el… Hasta pensé de las armas en su pared. Pero, ¿quién haría
eso a él? ¿A nadie?
-Tú me puedes decir qué sucedió, - insistí. -Entiendo… O puedo intentar… -¿Por quéextraer este lado de él, Jess? ¿Por qué no puedes dejar las cosas como están? Porque
quiero saber de él. Por eso. Yo quería saber la verdad acerca de Lucius. Sus historias.
Su pasado. Qué quería él.
-Jessica. -Gimió, rodeando mi cintura. -Si nosotros no sólo pudiéramos hablar, justo en
este momento. Si Sólo pudiera ser. -No. Lo que pasó... Que tenía que ser a mi manera,
también. Que lo había visto con Faith. No sería una tonta. Yo no caería por su encanto,
su experiencia… si no, lo que realmente quería era alguien diferente o algo que no
podía proporcionar… He seguido otra cicatriz, en la mandíbula, y él agarró la mano,
alejándose un poco. -Jessica…
-¿De verdad quieres eso? -Susurré. Se mantuvo el asimiento de mi mano, moviendo la
boca, cepillando los labios en bruto a través de la palma de mi mano.
-¿Qué quieres, Jessica? ¿Lo que se dijo en clase? -Parecía incierto.
-¿En la clase...?
-Amargura, crueldad, el mal amor ¿Es eso lo que realmente quieres? -Cuando dijo
eso, fue como si hubieran cortado un cable que nos unía, y Lucius, sin soltar mi mano,
se sentó en posición vertical, tirando de mí a mis pies, suavemente pero con firmeza
que me alejara. Se puso de pie, también.
-¿Lucius? -Él me sonrió, tristemente, como que no acababa de compartir lo que
habíamos compartido.
-No merodeemos, perdiendo el tiempo, y esperando a que la ropa en la cama se
arregle sola -dijo, la burla de distanciamiento en su voz. El se inclinó sobre el colchón
y agarró un par de calzoncillos. -A este ritmo, cada arruga se establecerá. Y un
Vladescu puede retirarse, bajo coacción, pero no de hierro.
-¿Lucius? -Me tocó el brazo. Yo no quería saber, pero yo tenía que saber. -¿Qué, es
exactamente lo qué está pasando contigo y con Faith? -Lucius sacudió la ropa interior,
evitando con esmero mis ojos.
-¿Faith? -Me senté en el borde de la cama.
-Sí. Faith".
-Ella me intriga -admitió, la gestión de algún modo a veces su propia ropa interior.
-¿Por qué? ¿Por qué te gusta? -Como si yo no lo supiera. Lucius Vladescu podía hablar
todo lo que quisiera, sobre la belleza de las curvas y rizos y la importancia de tener
una presencia, pero al final, fue como cualquier otro hombre - cada niño-que se
enamoró de la rubia, animadora de tamaño 0 con el abdomen plano, los pechos poco
alegres, y el extremo delgado, que juega al escondite por debajo de esa falda corta
estúpida.
-¡Oh, Jessica! -dijo, sonando un poco exasperado. -Yo he pedido durante meses,
¿cómo puedes favorecer a un campesino, y nunca me has proporcionado una
respuesta satisfactoria? Tal vez estas cosas, simplemente no se pueden explicarfácilmente lejos.
-¿Así que te gusta Faith? -Me miró entonces.
-Me agrada. -La casa me dio náuseas, aunque yo ya sabía la respuesta.
-¿Hay una diferencia? -Lucius suspiró y se sentó junto a mí en la cama, mirando a la
pared.
-Tal vez, Jessica. ¿Realmente importa en este momento?
-¿Qué significa eso? ¿Por qué sigues diciendo cosas como "en este momento”? ¿Al
igual que el pacto? ¿Y qué hay de la guerra?
-Ni siquiera creo en el pacto o la guerra.
-Tengo que hacerlo ahora -insistí. -Lucius hizo caso omiso de esta revelación, aunque
yo había pensado que era todo lo que siempre había querido saber de mí. Una
pequeña sonrisa cruzó su rostro.
-Este baile de la próxima Navidad. Es un muy esperado evento social, ¿no? -dijo. -Las
niñas quieren ir, ¿no? Squatty, No será su mejor 'mono' y te llevará, ¿no?
-Acerca de Jake... -¿Qué voy a hacer con Jake? Desde aquel día en el gimnasio,
cuando Mindy me confirmó mis dudas, acerca de mi relación con Jake, me había
alejado de él. Y cuando me había convertido, con demasiada ansiedad, fuera de Jake
para ver Lucius realizar su drama en Literatura Inglesa iluminado, sabía que yo estaba
dando la espalda a un gran hombre... un tipo que realmente me gustaba. Alguien
dulce que no bebía sangre o sufría secuelas peligrosas. Y sin embargo lo había hecho.
-Yo no sé si Jake y yo vamos a la formal -le dije. -Estamos más o menos... En un
distanciamiento. -Encogiéndose de hombros, Lucius se levantó y reanudó el doblar la
ropa.
-Vosotros debéis hacer, lo que hace a ambos contentos, Jessica. Hacer lo que es
correcto para ti.
-Y vas a hacer lo que es adecuado para ti, me imagino -le dije con tristeza.
-Esto es América, como me recuerdan constantemente, en los estudios sociales -
señaló. -Todos nosotros tenemos una opción en todo. -Imitó una escala con las manos.
-¿Pepsi o Coca-Cola? ¿Big Mac o Whopper? ¿El antiguo novio o la nueva?
-Sí, ¿qué pasa con Ethan? -Le pregunté. -Él y Faith, han estado juntos siempre.
-Acabo de decirte, Jessica. Todos tenemos una opción. Faith tiene una opción. Ethan no
tiene ningún derecho sobre ella. No he visto ningún anillo en su dedo. -Por supuesto,
Faith tenía una elección. Y ella ya había decidido quedarse con Lucius. Yo la había
visto de nuevo en el gimnasio y en Literatura Inglesa iluminada en clase. Caray, yo
había visto de nuevo en el 4-H de la competencia, cuando ausente se había apoderado
de mi brazo, mirando a Lucius romper el curso de su yegua. No sólo había querido
admitirme a mí misma. Todo se había desarrollado ante mi cara, y me esforcé por ser
ciega. Lucius me sonrió entonces, aunque había algo de tristeza en sus ojos.Vosotros sois afortunados, Jessica -dijo. –Vosotros no estáis vinculados con tanta
fuerza por la tradición, por el peso del pasado. Tú eres libre aquí. No sólo para elegir
una bebida suave, por su destino. Más bien una sensación estimulante, ¿no? -Supongo
que había vivido tanto tiempo con mis posibilidades que yo no encontraba nada
absolutamente como "estimulante", como Lucius lo hizo. De hecho, yo realmente
quería, en ese momento, cumplir un poco más fuertemente por el pasado.
Sin embargo, al mismo tiempo, una rabia súbita se sacudió a través de mí. Ira a Lucius.
-Si tú estas tanto con Faith, entonces ¿qué diablos fue eso? -Señalé a la silla de cuero,
donde habíamos acabado, enredados juntos, con la ropa en la cama. Cuando había
jurado que Lucius estaba a punto de besarme-por lo menos. -¿De vuelta en la silla?
¿Cuándo tuviste tu brazo alrededor mío? -Le pregunté. -¿Qué fue eso, Lucius?
Lucius bajó la camiseta que había sido doblada, dejando caer los brazos a los costados.
-Eso, Jessica -dijo lamentablemente -era casi un error. -¿Un error? ¿Había dicho "un
error"? Me levanté en mis completos cinco pies y cuatro pulgadas, y reuní una fuerza
que no sabía que poseía, alimentado por una indignación que no sabía que era capaz,
retiré mi mano abierta y golpeé a Lucius Vladescu tan fuerte en la cara, que se rompió
la cabeza hacia los lados.
Todavía estaba frotándose la mandíbula cuando cerré la puerta.
Estúpida sanguijuela rumana. Tuvo suerte de que no había concedido otra cicatriz
exaltada en su cuerpo imperial. Si alguna vez se metiera con Jessica Packwood-
Antanasia Dragomir-de nuevo, que realmente reciben el tratamiento real. Lucius
Vladescu que podría tomar a La Federal Savings Bucarest y pedir préstamos al banco
en su maldita fondo fiduciario.
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Guía de Jessica para ligar con vampiros
VampireJessica piensa pasárselo "de muerte" en el último curso de instituto. Lo que no sabe es que un "no-muerto" ya ha planeado todo su futuro... Un misterioso estudiante de intercambio llamado Lucius Vladescu irrumpe en la vida de Jessica asegurando que...