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¿Qué estás haciendo aquí?- Preguntó Jake, con aspecto triste de verme esperando en
su casillero. Me aparté para que pudiera girar la combinación. Parecía, que hacía
siglos, que lo había visto luchando con la combinación, el primer día de escuela.
Habían pasado tantas cosas desde entonces.
-Yo quería verte -le dije. -Para hablar de lo que sucedió en el baile.
-Me hiciste quedar como un idiota. -Jake abrió de golpe la puerta, golpeando contra la
otra taquilla.
-Yo fui la que estuve muy mal -le dije. -Yo fui la que…
-Tú no tienes que describirlo -dijo Jake, empujando sus libros en el casillero. -Te vi
con Luc. Yo estaba allí, en caso de haberte perdido como lo hiciste esa noche.
-Me lo merecía -dije. -Y sólo quiero decir que lo siento.
-¿Por qué quisiste ir conmigo? -Preguntó Jake. -Era yo un premio de consolación, ya
que Luc le había preguntado a Faith? Debido, a que podría haber tenido las manos
encima de ti en el baile, pero me parece a mí que él tiene una novia. -Jake quería
hacerme daño, y lo consiguió. Entonces otra vez, me dolía.
-Jake, tú no eres el premio consuelo de nadie -le prometí. -Tú eres uno de los mejores
hombres que conozco, y desearía no haberte tratado como lo hice.
-Sí, yo también -dijo Jake, cerrando la taquilla. -Pero no sientas lástima por mí, Jess.
Soy yo el que siente lástima por ti, porque ese tipo podría ser un listillo de Europa,
pero él nunca te trataría tan bien como lo habría hecho yo. -Lo triste era, yo sabía que
Jake tenía razón. "Niza" no estaba en el vocabulario de Lucius Vladescu. Intenso.
Caballeresco. Divertido. Arrogante. Peligroso. Honorable. Apasionado. Esas fueron las
palabras que describían a Lucius. -Veo cómo te ve él -Jake agregó. -Caray, yo sabía
que íbamos a romper aquel día, cuando llegué a la práctica de lucha libre. Tú no
estabas mirándome. Lo estabas viendo a él. -Yo no tenía nada que decir. No había
manera de defenderme. -Va a romper tu corazón, Jessica. Ese tipo te va a destruir. -Y
con eso, mi primer novio volvió y salió de mi vida, con tanta dignidad como puede
tener un campesino.
Me quedé allí, observando y pensando en dejar a Jake, lo curioso que era que él había
utilizado esa palabra de lo que Lucius me haría.
Destruir.
Qué curioso que de todas las expresiones que Jake, podría haber seleccionado por
aplastamiento, dolor, ruina, él eligiera ese término en particular. Me sacudió un poco,
casi como una premonición. Pero ¿por qué?
Tú sabes, Jess… En el fondo de tu mente, tú sabes que tiene buenas razones paratemer de Lucius… Yo, era la heredera de pura sangre, para el liderazgo de un clan,
que se había peleado con Lucius para las generaciones.
Yo estaba fijada, para heredar el poder que su familia siempre había querido
aprovechar. Si yo estaba fuera del camino…
Recordé el extraño comentario que Lucius me dijo después del baile de Navidad.
"Si creen que, al final, yo no, no, te haría daño. Tal vez hubo un tiempo antes de que yo
supiera que tenía que hacerlo, para mi camino hacia el poder. Pero ahora… Dios,
espero que no” No. Lucius nunca me haría daño, incluso en el interés de allanar el
camino al poder. Me aferraba a la primera parte de su declaración de curiosidad. "Al
final, yo no, no, te haría daño."
Entonces pensé en el Lucius cambiado. El distante, enfadado, joven golpeado que ni
siquiera me miraba a los ojos. ¿Podría hacerme daño?
Yo no lo creería. Si hay una certeza que tenía que aferrarse a mi nueva Topsy-Turvy
(patas-arriba) vida, que era la promesa de Lucius de protegerme, aún a costa de su
propia existencia.
Y sin embargo no podía dejar de sentirse incómoda, casi mareada, sobre Jake, y su
muy seria advertencia.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora