¿Jessica? -Mis ojos se abrieron. Yo estaba en mi habitación, acostada en la cama en la
oscuridad, pero alguien estaba allí. Me levanté alterada, mientras se encendía la luz.
Alguien la encendió. Empecé a gritar, pero una mano firme sobre mi boca me detuvo,
que me empujaba hacia abajo, sobre mi almohada.
-No grites, por favor -susurró Lucius, como se movió por debajo de él. Me quedé
quieta, y me sacó su mano. -Mis disculpas por el susto que te acabo de dar. Pero yo
tenía que hablar contigo. -Por un momento casi me emocionó encontrarlo en mi
habitación. Él está aquí para mí… Entonces, todos los acontecimientos de la noche
salieron de mi cabeza. Me mantuve a mi misma de nuevo, enrosqué mis sábanas
alrededor de mi pecho.¿Qué quieres? -Escupí, mirando el reloj. -¡Son las tres A.m.!
-No he podido dormir después de lo ocurrido esta noche. -Se sentó en el borde de mi
cama, sin que lo hubiera invitado. Estaba todavía con su traje, pero la corbata y la
chaqueta se habían ido y la camisa estaba fuera del pantalón y arrugada. -No podemos
descansar hasta que hablemos. -Levanté la sábana, mirándome a mí misma, no estaba
segura de lo que había llevado a dormir. ¿Estoy incluso decente? -Todo está cubierto-
Me tranquilizó la más pequeña sonrisa en sus labios. -Tu vestimenta para dormir no
revela nada, pero tú amor insiste en revelarse…
-Tú estás en la cuerda floja. No puedo creer que incluso trates de hacer una broma -le
dije. -¡Eres tan desubicado! -El rostro de Lucius cayó.
-En efecto. Hice la broma sólo con la esperanza de pretender que nuestra relación no
ha cambiado después de esta noche.
-Tú, casi me mordiste, Lucius. Y luego te fuiste con Faith. Definitivamente, me gustaría
decir que las cosas han cambiado.
-Lo que he hecho esta noche-lo que casi he hecho esta noche, es imperdonable -estaba
de acuerdo, claramente miserable. -Censurable. No sólo por estar tan cerca de
morderle, pero en público, también. Y con Faith-la mujer que me acompañaba, por el
amor de Dios. Yo no sé qué me pasó. Yo no sé ni cómo empezar a pedir perdón. -La
disculpa se había picado. ¿El estar cerca de mí era "censurable"? ¿Era
"imperdonable"? No podía imaginar "lo que se apoderó de él," al verse atraído por un
asquerosa criatura como yo. Sobre todo porque podría haber alterado su preciosa
prioridad, Faith Crosse.
Lucius suspiró, interpretando correctamente mi silencio. -Tú me desprecias, incluso
más de lo habitual, ¿no?
-Sí. Supongo que Jake estaba molesto.
-Todos vamos a vivir. -Mi tono frío pareció tomarlo por sorpresa.
-Sí. Supongo que lo haremos. Esperó.
-Pensé que habría más que decir.
-¿Qué quieres que te diga, Lucius? -Tenía la intención de parecer un muro de piedra,
pero de repente todo se derramó. -Te presentas en mi puerta, has sido un perro
conmigo durante meses, y cuando finalmente me convences de que soy especial,
cuando finalmente sentí algo por ti-todo alrededor de mí y cae en la misma uniforme
chica rubia, que le gusta a todos. Eres un típico chico.
-¿Realmente comenzaste a sentir algo por mí? -Su voz fue agridulce. Más amargo que
dulce.
-Sentía, Lucius. Sentía. Fue sólo un momento –dije. Mi enojo se disipó, instalándose en
una tristeza sombría. -Parece un mal sueño ahora, un error, para utilizar tus palabras.
Un terrible error. -Lucius se frotó los ojos, cansado.Oh, Jessica... ¿No crees que sabes toda la verdad acerca de cualquier cosa que yo
haga o diga? -dijo enigmáticamente. -A veces… a veces no sé, ni lo que digo yo
mismo. Parezco inconsistente, soy sólo yo luchando conmigo mismo. -Se inclinó hacia
delante, retorciéndose las manos. -Maldita sea, he hecho un lío de todo.
-Sí. Creo que sí. -Me miró con la miseria en los ojos. -Nunca se entiende cómo es ser
seducido por lo normal. -Casi me dio un resoplido.
-¿Tú? ¿Normal? –Le pregunté
-Sí, yo. Normal. –Contestó.
-Lo último que has sido, es ser normal.
-No, Jessica. Eso no es del todo cierto. No últimamente. -Lucius se levantó y empezó a
pasear por mi pequeña habitación, hablando en voz baja, casi para sí mismo. -No
tienes idea de lo que era, en la soledad. Te tienen para un propósito. Tus padres,
Jessica, no tienen un programa para ti. Tú no eres su herramienta. Simplemente existes
para ser amada por ellos. ¿Sabes lo extraño que es para mí? -Le vi el ritmo, sin saber
qué decir. No queriendo interrumpirle. Hizo una pausa y me sonrió, una sonrisa triste.
-Yo vine aquí y de repente, hubo un conjunto de nuestros mundos. Nuestros
compañeros de clase. Están autorizados a ser así…tan frívolos.
-Odio la frivolidad.
-Pero la frivolidad es tan fácil. -La sonrisa se desvaneció. -Yo solía pensar que los
adolescentes estadounidenses, estaban tan ridículamente, absortos en sí mismos. Sin
embargo, es adictivo, por falta de una palabra mejor. Me siento atraído a su mundo, si,
sólo por un breve tiempo. Es como una fiesta fugaz el estar entre vosotros. Las
primeras vacaciones de mi vida. Si se deducen, las presiones inherentes a cumplir con
el pacto, no hay expectativas para mí, más allá de hacer un tiro de tres puntos justo
antes del silbato.
-Lucius, ¿qué estás tratando de decir? -Se hundió en la cama.
-Me parece, que me resisto a dar a todos, lo que ellos quieran.
-¿Das todo lo que pasa?
-Los bailes con el papel crepé barato. Los pantalones vaqueros. El baloncesto. Estar
con una mujer joven sin el peso de las generaciones sobre mis hombros, mirando...
-Faith. Tú no quieres renunciar a Faith. -Retrocedió.
-Para una chica que me bloqueó, todo intento de cortejo, de repente quiere tener una
propiedad.
-Tú eres el que no dejaba de hablar de lo importante que era que nos casásemos. -
Lucius se pasó los dedos por el cabello negro.
-Si te hubiera mordido esta noche... No habría habido vuelta atrás. Lo sabes, ¿no? La
eternidad. Hay mucho en juego, cuando estamos juntos. La eternidad. ¿Estás lista para
esto? Y Jessica, estar conmigo… si es algo que no lo deseas. La eternidad puede venirmás rápidamente de lo previsto si estás unida a mí.
-No lo entiendo. -Me tomó la mano, entrelazando nuestros dedos juntos.
-Y eso, Jessica Packwood, es precisamente por eso que nos han puesto en libertad.
-¿Qué?
-He disuelto el pacto.
-Por Faith -repetí, tirando de mi mano. Odiaba los celos que se arrancaron de mí como
un examen físico de fuerza. -Tú quieres morder a Faith. Eso es lo que se trata todo
esto. -Lucius sacudió la cabeza.
-No, no voy a morder a Faith. Aunque no estoy seguro de si me resisto, de imponerle
vampiredom a Faith o para desatar a Faith en vampiredom. -Yo no le creí. Yo sabía que
quería a Faith.
-Lucius, en el marco del pacto, tienes que morderme. Estamos comprometidos unos de
otros. Si no, tú violas el tratado, y la guerra desde el principio...
-Estoy tratando de decirte, Jessica. El pacto ya no está en vigencia. -Hubo una
finalidad en su voz que me asustó, y mis celos fueron sustituidos por unos enfermos,
temblores muy fuertes.
-¿Qué es exactamente lo que haces, Lucius?
-He escrito a los Ancianos. Ya les he advertido que no voy a participar en este ridículo
juego.
-¿Qué? -Salió casi como una nota. -¿Qué? -Repetí en voz más baja.
Hubo un atisbo de temor, también la determinación, en los ojos de Lucius.
-He escrito a mi tío Vasile. He cancelado todo el asunto.
-Pensé que no podías hacer eso.
-Y sin embargo lo hice. -Mi inquietud se intensificó por el temor, que erizó la parte de
atrás de mi cuello. Lo último que nunca esperaba ver en la cara Lucius era el miedo,
incluso el más mínimo indicio, y yo sabía que estaba en profundos, graves problemas.
-¿Qué sucederá?
-No sé -admitió Lucius. -Pero tú estarás a salvo. No te preocupes. Yo soy el que tomó la
decisión. No te harán daño. -Tomó mi mano de nuevo, y yo le permití apretarme los
dedos. -Si me cuesta mi existencia, Antanasia, tú estarás a salvo. Te debo mucho, por
razones que nunca se necesita saber o entender. -Verdadero terror se aferró a mí, y
me agarró los dedos.
-¿Qué va a suceder, Lucius?
-No tienes de qué preocuparte.
-Lucius... -Pensé en la terrible cicatriz en el brazo. De sus palabras. "Por supuesto que
me golpeó. Una y otra vez. Estaban haciendo un guerrero… -¿Te van a castigar? -Se
rió con dureza.¡Oh, Antanasia. Castigo no es la palabra por lo que sufre a mano de los Ancianos.
-Podríamos intentar razonar con ellos... -Dije, sabiendo que estaba agarrando un clavo
ardiendo inútilmente. Lucius me sonrió, y hubo ternura en ella.
-Tú tienes un buen corazón, y es bendecido con una ingenuidad a veces peligrosa.
Pero el mundo está lleno de criaturas como mi pobre, condenada Belle Infierno. Y yo.
Criaturas que han visto cosas monstruosas y se convierten en monstruos a sí mismos.
Criaturas que quizá deberían morir.
-¡Basta, Lucius! -le dije. -¡Deja de hablar así!
-Es cierto, Antanasia. Ni siquiera se pueden concebir las cosas en mis sueños, planes e
imaginaciones… -Tragué saliva.
-¿Es eso lo que significaba el día de Halloween, cuando tú dijiste que podías
mostrarme cosas no muy lindas? -Lucius apretó los dedos alrededor de mi mano.
-Oh, no, Antanasia. No a la violencia en contra de ti. No importa lo que tú creas de mí,
recuérdame en el futuro-por favor, creo que al final, no-no podría-hacerte daño. Tal
vez hubo un tiempo antes que yo sabía, si estaba en mi camino al poder…pero no
ahora. -Dudó y desvió la mirada, y le oí murmurar -Dios, espero que no...
-Está bien, Lucius -yo lo calmaba. -Sé que no me harías daño. -Sin embargo, su
admisión me puso nerviosa ¿Hubo un momento en que podría haberme hecho daño?
¿Por qué se añade esta advertencia al final…? Sin embargo, Lucius no me escuchaba.
Miraba las paredes de color rosa que tanto odiaba.
-Para mi familia. Para mis hijos- podría haber sido diferente. Realmente hemos visto
una nueva forma aquí, para todas las veces que me burlo de este lugar y sus
convenciones.
-¿Qué pasa si sólo te quedas aquí? -Sugerí, cada vez con más esperanza. -Podrías vivir
como una persona normal -Tan pronto como solté las palabras, me di cuenta de lo
estúpido que sonaba. Sin embargo, Lucius me sorprendió diciendo:
-Tal vez por unas semanas más, si soy afortunado.
-¿O más?
-No, no más. Yo sé lo que me corresponde, y finalmente volveré -dijo Lucius
desentrañando los dedos, poniéndose de pie. -Lo importante es, tú sabes que estás
liberada del pacto. Absuelta. Eres libre… así…. -Un toque de su risa burlona se
deslizó de nuevo en su voz. -Libre para hacer lo que sea que vayas a hacer con tu vida.
Universidad. Mudarte a los suburbios. Niños rubios, corriendo alrededor de la
agricultura inclinada en el patio. Tú destino es el tuyo. Te prometo que…
-¿Qué pasa si no quiero que las cosas cambien nunca más?
-Confía en mí, Antanasia-Jessica- algún día podrás mirar hacia atrás en estos pocos
meses como nada más que un sueño extraño. Una pesadilla en potencia. Y tú vas a ser
más, feliz que nunca. -Lucio besó la parte superior de mi cabeza, entonces, yo sabía
que el peso de nuestro destino compartido nunca se levantaría de sus hombros. Élpodría jugar a ser un adolescente normal, pero sería sólo un respiro corto. El destino
de Lucius Vladescu estaba atado en volutas y consolidados en las genealogías y las
impuestas a cabo con los puños o peor. Y me estremecí por él.
Oí sus pasos que se movían hacia la puerta en la oscuridad, pero se detuvo antes de
irse. -Tú realmente eres la criatura más hermosa que he visto esta noche -dijo en voz
baja. - Cuando yo bailaba contigo…con la visión de que me dejaba, con la cabeza en
alto, mirando hacia atrás, ya que la multitud se separó antes de que... No importa
dónde tú vivas o con quien decidas casarte, Antanasia, tú siempre estarás en mi
corazón. Y siempre voy a recordar la imagen de esta noche, como siempre voy a
recordar la forma en que llorabas por mí cuando yo estaba roto, abajo. Esos son dos
regalos que me habéis dado, y los llevaré conmigo, por el tiempo que puedo. -Lucius
cerró la puerta detrás de sí mismo, entonces, y a pesar de la dulzura y la calidez de sus
palabras, me estremecí en la oscuridad.
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Guía de Jessica para ligar con vampiros
VampireJessica piensa pasárselo "de muerte" en el último curso de instituto. Lo que no sabe es que un "no-muerto" ya ha planeado todo su futuro... Un misterioso estudiante de intercambio llamado Lucius Vladescu irrumpe en la vida de Jessica asegurando que...