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No puedo hacerlo- Se quejó Mindy, tachando otra respuesta errónea.
-Estos problemas no son tan difíciles- Dije, agradecida de que ese fuese el último año
en que fuese la tutora de Mindy en Matemáticas. El Cálculo la confundía totalmente,
conseguíamos sacarnos de los nervios la una a la otra. Probablemente no ayudaba
mucho que en mi habitación hiciese un calor insoportable. No importaba cuanto
suplicase, Papá se negaba a instalar un aire acondicionado, diciendo que malgastaba
energía. Cogí el libro de texto y empecé a leer. -Dos hombres viajan en tren, uno sale
de la estación Nadie usa, tren ya- Proclamó Mindy. -¿Por qué tenemos siempre que hablar sobre
trenes? ¿Por qué no aviones?- Levanté la vista del libro.
-Eres imposible de enseñar.- Mindy cerró su libreta de un golpe seco.
-Hablando de enseñar, ¿qué tal Lucius en clase? Mrs. Wilhelm casi tuvo un orgasmo
cuando él se levantó y recitó esa estrofa de Hamlet.- Ella se detuvo. -Él lo hizo casi
interesante, para un juego sobre Dinamarca.-
-Volviendo al problema…- La interrumpí. -¿Dónde está Lukey, de cualquier modo?-
Mindy abandonó Cálculo enteramente, cojeando por mi cama para asomarse a la
ventana abierta. Ella echó las cortinas a un lado. -Looo-cious.- Arrullaba Mindy. -Ven
fuera y juega… Mindy quiere verte…-
-No, por favor, no lo llames- Pedí.
-Solo una miradita a esos sexys ojos negros…- Mindy dirigió su mirada en dirección
opuesta. -Alguien viene. Hay una camioneta en tu carretera.-
-¿Quién es?- Pregunté, no muy preocupada. Probablemente uno de los estudiantes de
yoga de Papá que llegaba temprano a clase. Oí el sonido de los neumáticos en la
grava, luego un motor apagarse. Mi mejor amiga se giró en redondo, cerrando las
cortinas.
-Jake. Es la camioneta azul de Jake.- La ha aparcado al lado de la cuadra.
-¿Jake?- Traté de actuar de forma indiferente. -Oh, solo es nuestro encargo de heno. Lo
compramos en la granja de Jake. Él lo descarga y está listo en pocos minutos.-
-Oh.- Mindy procesó esto, entonces se dio la vuelta, asomó su cabeza por la ventana, y
vociferó -¡Hey, Jake! ¡Bajamos enseguida!- No, ella no hizo eso.
-¡Mindy! Llevo puesta una camiseta con un agujero. ¡Y tampoco llevo maquillaje
encima!-
-Te ves estupenda - Ella hizo caso omiso de mis protestas, tirándome del brazo. -De
todos modos, le dije que estábamos bajando. Derrotada, la dejé que me arrastrase
escaleras abajo y salimos.
-Voy a matarte.- Mindy me ignoró.
-Está sin camiseta- Murmuró, arrastrándome por la tierra hacia la camioneta de Jake. Él
estaba de espaldas, depositando los sacos en el suelo. -¡Mira esos músculos!- Le
pellizqué el brazo. ¡Mindy, cállate!-
-¡Au!- Chilló liberándose y frunciéndome el ceño.
-¿Qué estáis haciendo?- Sonrió Jake, haciendo una pausa en su trabajo. Sacó un
pañuelo rojo del bolsillo de sus vaqueros y se secó el sudor de la frente. Dobló sus
bíceps y completa bola de músculos flexionados brillando bajo la luz del sol poniente
apareció ante mis ojos.
-Solo estábamos estudiando Cálculo- Dije moviendo mi brazo para ocultar el agujero
de mi camiseta. El agujero se encontraba justo en mi estómago y había aumentado su
tamaño desde la cena de empanadas en verano.
-¿Quieres entrar a por una bebida cuando termines?- Ofreció Mindy como si esta fuese
su casa.
-Sí, seguro- Asintió Jake sonriendo de oreja a oreja. -Solo permitidme terminar de
descargar antes de la puesta de sol.- Mindy me apretó la muñeca, indicándome que
debíamos ir dentro a esperar.
-Cambiaremos tu camiseta- Susurró en mi oreja.
-Os veo en unos minutos.- Dijo Jake, echando un último vistazo a sus pectorales. No
está mal. Pero en cuando llegué a la parte delantera de la casa, vislumbré a un
estudiante extranjero de intercambio, rumano apoyado contra la pared del garaje, con
los brazos cruzados sobre el pecho. Quizás había sido un truco de la inclinada y
decolorada luz, que sombreaba su rostro anguloso, pero él no parecía muy contento.

Guía de Jessica para ligar con vampiros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora