capitulo 6

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Sonreí y empujé las gafas sobre el puente de mi nariz, esperando a que él prestara atención a mi apariencia.

—Carly tenía un ensayo que terminar.

—Hablando de ensayos, ¿Ya has comenzado el de historia?

Él ni siquiera se inmutó por mi cabello desordenado y fruncí el ceño ante su reacción. — ¿Tú?

—Lo terminé esta tarde.

—Pero no se entregará hasta el próximo miércoles. —le dije, sorprendida.

—Sólo para borrarlo de la lista. ¿Qué tan difícil puede ser un ensayo de dos páginas sobre Grant?

—Me imagino que soy floja, entonces —me encogí de hombros—. Es probable que lo comience hasta este fin de semana.

—Bueno, si necesitas ayuda, házmelo saber.

Esperé a que se riera, o mostrara algún signo de que estaba bromeando, pero su expresión era sincera. Levanté una ceja. —Tú me vas a ayudar con mi ensayo?

—Tengo una A en esa clase —dijo un poco molesto ante mi incredulidad.

—Él tiene A en todas sus clases. Él es un jodido genio. Lo odio. —dijo Christian mientras entraba en la habitación de la mano de Carolyn.

Vi a Austin con una expresión dudosa y sus cejas se levantaron. — ¿Qué? ¿No crees que un hombre  que intercambie golpes para ganarse la vida no pueda obtener buenas calificaciones? No estoy en la escuela porque no tenga nada mejor que hacer.

— ¿Por qué tienes que luchar, entonces? ¿Por qué no aplicas para becas? —Le pregunté.

—Ya lo hice. Se me concedió la mitad de mi matrícula. Pero hay libros, gastos, y tengo que obtener la otra mitad. Lo digo en serio, Pidge. Si necesitas ayuda con algo, sólo pregunta.

—No necesito tu ayuda. Soy capaz de escribir un ensayo. —Quería dejarlo en eso. Debí haberlo dejado en eso, pero lo nuevo que había revelado roía mi curiosidad—. ¿No puedes buscar otra cosa que hacer para ganarte la vida? Algo menos, no sé, ¿sádico?

Austin se encogió de hombros. —Es una manera fácil de ganar dinero. No puedo ganar lo mismo trabajando en el centro comercial.

—Yo no diría que es fácil si tú estás recibiendo golpes en la cara.

— ¿Qué? ¿Estás preocupada por mí? —Me hizo un guiño. Hice una mueca y él rió entre dientes— No soy golpeado con tanta frecuencia. Si tratan de golpearme, me muevo. No es tan difícil.

Me reí una vez más. —Actúas como si nadie más haya llegado a esa conclusión.

—No es solamente lanzar un golpe, recibirlo y contraatacar. Eso no va a ganar una pelea.

Puse los ojos en blanco. — ¿Quién eres tú… el Karate Kid? ¿Dónde aprendiste a luchar?

Christian y Carolyn se miraron y luego sus ojos se posaron en el suelo. No me tomó mucho tiempo para reconocer que había dicho algo malo.

Austin no parecía afectado. —Tuve un padre con problemas alcohólicos y mal temperamento y cuatro hermanos mayores que portaban el gen de idiotez.

—Oh. —Mis orejas ardían.

—No te avergüences, Pidge. Papá dejó de beber, los hermanos maduraron.

—No estoy avergonzada. —Jugueteé con las puntas sueltas de mi cabello y luego decidí soltarlo y arreglarlo en otro moño, tratando de ignorar el silencio incómodo.

—Me gusta tu aspecto al natural. Las chicas no vienen aquí así.

—Fui obligada a venir aquí. No se me ocurrió que debía impresionarte —le dije, enfadada de que mi plan hubiese fracasado.

Sonrió con su sonrisa infantil, divertida, la cual incremento mi ira, esperando a que cubriera mi inquietud. No sabía cómo la mayoría de las chicas se sentían a su alrededor, pero había visto su comportamiento. Estaba experimentando un desorientado y nauseo sentimiento en lugar de un sentimiento cálido de colegiala, y entre más él intentaba hacerme reír, más inestable me sentía.

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora