capitulo 48

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Austin me agarró y bailamos con Carolyn y Christian. Christian me dio un golpe en el trasero.

— ¡Uno! —Agregó Carolyn dándome un segundo manotazo en el trasero, y luego todo el mundo en la fiesta se unió, incluyendo Drake.

En el número diecinueve, Austin frotó sus manos. — Mi turno.

Froté mi trasero adolorido. — ¡Se amable! ¡Me duele el trasero! —Con una sonrisa malvada, él tomó impulso. Cerré mis ojos con fuerza. Después de unos momentos, los entre abrí de nuevo. Justo antes de que su mano hiciera contacto, él se detuvo y me dio una suave palmada.— ¡Diecinueve! —exclamó. Los invitados aplaudieron, y Carolyn comenzó una versión borracha de la canción Feliz Cumpleaños. Reí cuando llegó la parte de cantar mi nombre y la habitación entera cantó ―Pigeon. Otra lenta canción provino del equipo de música, y Drake me llevó a la improvisada pista de baile. No me tomó mucho tiempo averiguar porque no bailaba.

— Lo siento —dijo después de pisar mis pies por tercera vez.

Apoyé mi cabeza contra su hombro. — Lo estás haciendo muy bien —mentí.

— ¿Qué vas a hacer el lunes en la noche?

— ¿Cenar contigo?

— Sí. En mi nuevo apartamento.

— ¡Encontraste uno!

Él rió y asintió. — Vamos a ordenar algo, sin embargo. Mi comida no es exactamente comestible.

— Me gustaría probarla, de todos modos —Le sonreí. Drake miró alrededor de la habitación y entonces me llevó al pasillo. Él gentilmente me presionó contra la pared, besándome con sus labios suaves. Sus manos estaban en todas partes. Al principio, le seguí el juego, pero después su lengua se adentró en mis labios, tuve la sensación de que lo que estaba haciendo no era bueno.

— Está bien, Drake—dije, maniobrando para apartarlo.

— ¿Todo bien?

— Creo es que descortés de mi parte manosearme contigo en un rincón oscuro cuando tengo invitados por allí.

Él sonrió y me besó otra vez. — Tienes razón, lo siento. Sólo quería darte un memorable beso de cumpleaños antes de irme.

— ¿Ya te vas?

Él tocó mi mejilla. — Tengo que despertarme en cuatro horas, ___.

Apreté mis labios. — Bien. ¿Te veré el lunes?

— Me verás mañana. Me detendré cuando esté de regreso. —Él me llevó a la puerta y luego besó mi mejilla antes de irse.

Noté que Christian, Carolyn y Austin estaban mirándome fijamente.

— ¡Papá se ha ido! —gritó Austin cuando la puerta cerró— ¡Hora de que la fiesta comience!

Todo el mundo aplaudió, y Austin tiró de mí al centro de la pista. — Un momento… iré por otro trago —dije, llevándolo de la mano hacia el mostrador. Bajé de golpe el vaso cuando terminé otro trago, y reí cuando Austin tomó uno de los del final, haciendo muecas al bajar el caballito. Agarré otro, y tragué, y él hizo lo mismo.

— Siete más, _____—dijo Damian, y me entregó dos billetes de veinte dólares más. Limpié mi boca mientras Austin me llevaba a la sala otra vez. Baile con Carolyn, y luego Christian, pero cuando Lucas Jenks del equipo de fútbol trató de bailar conmigo, Austin tiró de él hacia atrás por la camisa y negó con su cabeza. Lucas se encogió de hombros y se dio la vuelta, bailo con la primera chica que vio. Cuando había bebido diez tragos, el alcohol me golpeó con fuerza, y me sentí un poco mareada al lado del sofá de Damian con Carolyn, bailando como tontas. Nos reíamos por todo, agitando nuestros brazos en torno al ritmo.

Me tambaleé, casi cayendo sobre el sofá, pero las manos de Austin estaban instantáneamente en mis caderas para estabilizarme. 

— ¡Has probado tu punto! —dijo—.Has bebido más que cualquier otra chica que he conocido. No te dejaré beber más.

— Al diablo contigo —dije arrastrando las palabras— Tengo seiscientos dólares que me esperan en esos tragos, y tú de todas las personas no vas a decirme que no puedo hacer algo extremo por dinero.

— Si lo que quieres es dinero, Pidge…

— No estoy pidiéndote dinero prestado —me burlé.

— Iba a sugerirte que empeñaras el brazalete —Él sonrió.

Le di una palmada en el brazo mientras Carolyn comenzaba una cuenta regresiva a la media noche. Cuando las manecillas del reloj se posaron en el doce, todos celebramos. Tenía diecinueve. Carolyn y Christian besaron cada una de mis mejillas, y Austin me levantó del suelo, girándome alrededor.

— Feliz cumpleaños, Pigeon —dijo con una expresión suave.

Miré sus cálidos ojos miel por un momento, sintiéndome perdida dentro de ellos. La habitación estaba congelada en el tiempo mientras nos miramos el uno al otro, tan cerca que podía sentir su respiración en mi piel.

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora