— ¿Dónde está carly? —Le pregunté.
—Estudiando para su examen de Física.
—Ese es un laboratorio agradable, —dijo austin. Me reí una vez y luego miré a austin quien tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
— ¿Cuándo viste el laboratorio? Tú nunca has tenido física, —dijo chris
austin se echó a reír y le di un codazo. Apretó los labios juntos hasta que el impulso de reír desapareció y entonces él me guiñó un ojo, apretando mi mano una vez más. Sus dedos entrelazados con los míos, y oí un suspiro escapar de sus labios. Yo sabía lo que estaba pensando porque yo sentía lo mismo. En esa franja de tiempo, fue como si nada hubiera cambiado.
Nos detuvimos en una zona oscura del estacionamiento, y austin se negó a dejar ir mi mano hasta que nos metimos en la ventana del sótano del Edificio de Ciencias Hellerton. Que acababa de ser construido el año anterior, por lo que no sufren de estancamiento del aire y el polvo como los otros sótanos en los que nos colábamos.
Cuando entramos en el pasillo, el rugido de la multitud llegó a nuestros oídos. Asomé la cabeza para ver un mar de caras, muchas de ellas desconocidas. Todo el mundo tenía botellas de cerveza en la mano, pero los estudiantes universitarios del Estado se notaban fácilmente en la multitud. Ellos fueron los únicos que se movían con sus ojos medio cerrados.
—Mantente cerca de chris, Pigeon. Se va a poner loco aquí, —dijo detrás de mí. Echó un vistazo a la multitud, moviendo la cabeza ante la enorme cantidad.
El Sótano de Hellerton era el más espacioso en el campus, por lo que Adam le gustaba programar peleas aquí cuando se esperaba una multitud mayor. Incluso con la adición del espacio, la gente se frotaba contra las paredes y se empujan unos a otros para conseguir un buen lugar.
Adam dobló la esquina y no trató de ocultar su descontento con mi presencia. —Pensé que te había dicho que no podías traer a tu novia a la lucha, nunca más, austin.
austin se encogió de hombros. —No es mi novia, nunca más.
Mantuve mis facciones en lugar, pero él dijo las palabras de manera tan casual, que causó una sensación punzante en mi pecho.
Adam miró nuestros dedos entrelazados y luego a austin—Nunca hubiese pensado que no estaban juntos. —Sacudió la cabeza y luego miró a la multitud. La gente todavía estaba en las escaleras, y los de la planta baja fueron emparejados juntos—. Tenemos un bote insano esta noche, austin, así que no lo eches a la ****, ¿de acuerdo?
—Me aseguraré de que sea entretenido, Adam.
—Eso no es lo que me preocupa. Brady ha estado entrenando.
—Yo también.
—Tonterías, —se rió chris.
Zayn se encogió de hombros. —Me metí en una pelea con Trent el fin de semana pasado. Ese pequeño ****o es rápido.
Me reí y Adam me miró. —Es mejor que te tomes esto en serio, austin —dijo, mirándolo a los ojos—. Tengo un montón de dinero en juego en este combate.
— ¿Y yo no? —Dijo austin, irritado ante el discurso de Adam.
Adam se dio la vuelta, sosteniendo el cuerno de toro en sus labios mientras se subió a una silla por encima de la multitud de espectadores borrachos. austin me atrajo hacia su lado cuando Adam saludó a la multitud y luego habló sobre las reglas.
—Buena suerte, —le dije, tocándole el pecho. No me había sentido nerviosa de verlo pelear desde la pelea que había tenido con Brady, pero no podía evitar la sensación ominosa que había tenido desde que pusimos un pie en Hellerton. Algo que estaba fuera de lugar, y austin también lo sentía.
austin me agarró de los hombros y me plantó un beso en los labios. Se apartó rápidamente, asintiendo con la cabeza una vez. —Esa es toda la suerte que necesito.
Aún estaba sorprendida por la calidez de los labios de austin cuando chris tiró de mi brazo a la pared hasta llegar al lado de Adam. Fui golpeada y recibí codazos, me recordó a la primera noche que vi a austin luchar, pero la multitud era menos amistosa y algunos de los estudiantes del Estado estaban hostiles. Los de Eastern aplaudían y silban a austin cuando entró al Círculo, y la multitud del Estado abucheó a austiny animaban a Brady.
Estaba en una posición privilegiada para ver a Brady observar a austin, impaciente para que el cuerno sonara. Como era costumbre, austin tenía una leve sonrisa en su rostro, sin ser afectado por los gritos a su alrededor. Cuando Adam comenzó la pelea, austin intencionalmente dejó que Brady tomara el primer golpe. Me sorprendí cuando su rostro tiró con fuerza hacia el otro lado con el golpe. Brady había entrenado.
austin sonrió, sus dientes de un color rojo brillante y luego se concentró a esquivar todos los golpes de Brady.
— ¿Por qué está dejando que le dé tanto? —Le pregunté a chris.
—No creo que se lo esté permitiendo, ya no, —dijo chris, sacudiendo la cabeza—. No te preocupes, ___. Se está preparando para llevarlo al nivel superior.
Después de diez minutos Brady estaba sin aliento, pero todavía lanzaba golpes sólidos en los costados y la mandíbula de austin. austin atrapó el zapato de Brady cuando éste intentó darle una patada, y mantuvo su pie en alto con una mano, luego le dio un ****azo en la nariz con una fuerza increíble para luego levantar su pierna aún más alto, causando que Brady perdiera el equilibrio. La multitud estalló cuando Brady cayó al suelo, pero no estuvo allí por mucho tiempo. Se puso de pie, ahora con dos líneas de color rojo oscuro deslizándose por su nariz. Al momento siguiente, consiguió azotarle dos golpes a la cara de austin. La sangre se deslizó de un corte en la ceja hasta tocar su mejilla.
Cerré los ojos y me alejé un poco con la esperanza de que austin terminara la pelea pronto. El pequeño movimiento de mi cuerpo me arrojó a la corriente de los espectadores, y antes de que pudiera darme cuenta, estaba a varios metros alejada de un chris preocupado. Luché contra la multitud, hasta que sentí una pared detrás de mí.
La puerta más cercana estaba al lado opuesto de la habitación, a la misma distancia de la puerta por donde habíamos venido. Mi espalda se estrelló contra la pared de concreto, dejándome sin aliento.
— ¡chris! —Grité, agitando la mano por encima de mí para llamar su atención. La lucha estaba en su apogeo. Nadie podía oírme.
Un hombre perdió el equilibrio y utilizo mi camisa para equilibrarse, derramando su cerveza sobre mí. Estaba empapada desde el cuello hasta la cintura, hediendo con un olor amargo de cerveza barata. El hombre todavía tenía la camisa entre sus manos mientras trataba de ponerse de pie, y retiré sus dedos hasta que me soltó. No me tomó en cuenta dos veces, abriéndose paso a empujones a través de la multitud.
— ¡Hey! ¡Yo te conozco! —Gritó un hombre en mi oído.
Me alejé, reconociéndolo de inmediato. Era Ethan, el hombre al que austin había amenazado en el bar—el hombre que de alguna manera se había librado de los cargos por asalto sexual.
—Sí, —dije, buscando un hueco entre la multitud mientras arreglaba mi camisa.
—Ese es un bonito brazalete, —dijo, deslizando su mano por mi brazo hasta tomar mi muñeca.
—Hey, —le advertí, tirando de mi mano de su agarre.
Se frotó el brazo, balaceándose y sonriendo. —Fuimos groseramente interrumpidos la última vez que hablamos.
Me paré sobre la punta de mis pies, viendo a austin lanzar dos golpes al rostro de Brady, y observando a la multitud entre cada uno. Estaba buscándome en vez de concentrarse en la pelea. Tenía que volver a mi lugar antes de que él estuviese demasiado distraído.
Apenas había avanzado dos pasos hacia la multitud cuando los dedos de Ethan se clavaron en la parte de atrás de mis jeans. Mi espalda se estrelló contra la pared una vez más.
—No he terminado de hablar contigo, —dijo Ethan, mirando mi camisa mojada con intención lasciva.
Saqué su mano de la parte de atrás de mis jeans, encajándole mis uñas. — ¡Suéltame! —Grité cuando opuso resistencia.
Se rió y escaneé la multitud en busca de un rostro familiar cuando me apretó contra él. —No quiero dejarte ir.
Traté de alejarlo lejos, pero sus brazos eran fuertes y su agarre férreo. Presa del pánico, no podía distinguir a los estudiantes del Estado a los de Eastern. Nadie parecía darse cuenta de mi lucha contra Ethan, y estaba tan ruidoso, nadie me podía oír protestar, tampoco. Él se inclinó, deslizando su mano hasta mi trasero y dándome un apretón.
—Siempre supe que tenías un **** espectacular, —dijo, respirando cerveza rancia en mi cara.
