capitulo 75

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Me separé con los ojos cerrados, tratando de recuperar mi aliento. Cuando miré a Austin, él me devolvía la mirada con la misma fuerza retenida.

— Sólo intentaba probar un punto. —Murmuró.

— Buen punto. —Asentí.

Austin sonrió, besó mi mejilla y luego miró a Drake quien estaba echando humo en su asiento.

— Te veo en el almuerzo. —Guiñó. 

Caí en mi silla y suspiré, tratando de disipar el hormigueo en medio de mis piernas.

Soporté toda la clase de Cálculo, y cuando la hora terminó, vi a Drake apoyado en la pared junto a la puerta.

— Drake —Asentí. Determinada en no darle la reacción que él quería.

— Sé que estás con él, no tiene que violarte en frente de toda una clase para mostrármelo.

Me detuve de inmediato y me preparé para atacar. — Entonces, tal vez deberías dejar de decirle a tus hermanos de fraternidad que yo todavía te llamo. Lo vas a molestar demasiado, y no me voy a sentir mal cuando entierre su bota en tu trasero.

Arrugó la nariz. — Escúchate. Te has estado juntando demasiado con Austin.

— No, está soy yo. Es solamente un lado de mí que no conocías.

— No fue como si me hubieras dado la oportunidad, ¿cierto?

Suspiré. — No quiero pelear contigo, Drake. Simplemente no funcionó, ¿está bien?

— No, no está bien. ¿Crees que disfruté siendo el hazme reír de Eastern? Austin Mahone es el tipo que apreciamos sólo porque nos hace lucir bien. Él usa a las chicas, las bota, e incluso los mayores idiotas de Eastern parecen príncipes azules frente a Austin.

— ¿Cuándo vas a abrir los ojos y vas a ver que él es diferente ahora?

— Él no te ama, ____. Solamente eres un brillante juguete nuevo. Aunque luego de la escena que hizo en el salón, asumo que ya no eres tan brillante.

Mi mano voló a su cara antes de darme cuenta que lo había hecho.

— Si hubieras esperado dos segundos, te hubiera ahorrado el esfuerzo, Pidge. —dijo Austin, empujándome detrás de él.

Tomé su brazo. — Austin, no.

Drake se veía un poco nervioso, mientras el perfecto contorno rojo de mi mano aparecía en su mejilla.

— Te lo advertí. —dijo Austin, empujando a Drake violentamente contra la pared.

La mandíbula de Drake se tensó, y me fulminó con la mirada. — Considera esto un cierre, Austin. Ahora puedo ver que ustedes dos están hechos el uno para el otro.

— Gracias. —dijo Austin, llevando su brazo a mis hombros.

Drake se separó de la pared y caminó inmediatamente al otro lado del pasillo, hacia las escaleras, cerciorándose de que Austin no lo seguía con una rápida mirada.

— ¿Estás bien? —Preguntó Austin.

— Me duele la mano.

Sonrió. — Eso fue asombroso, Pidge. Estoy impresionado.

— Probablemente me va a demandar y terminaré pagando su carrera en Harvard. ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que nos íbamos a encontrar en la cafetería.

Un lado de su boca se levantó en una sonrisa maliciosa. — No me podía concentrar en clases. Todavía estoy sintiendo ese beso.

Miré por el pasillo y luego a él. — Ven conmigo.

Sus cejas se unieron sobre su sonrisa. — ¿Qué?

Caminé hacia atrás, arrastrándolo hasta que sentí la manilla del laboratorio de Física. La puerta se abrió, y con una mirada hacia atrás, vi que estaba solo y oscuro. Jalé su mano, riéndome por su expresión confusa, y luego tranqué la puerta, empujándolo contra ella. Lo besé y se rió. — ¿Qué estamos haciendo?

— No quiero que no seas capaz de concentrarte en clases. —dije, besándolo de nuevo. Me levantó y enredé mis piernas a su alrededor.

— No estoy seguro de qué hice sin ti todo este tiempo —dijo, sosteniéndome con una mano y desabotonándose el cinturón con la otra— Pero nunca lo quiero averiguar. Eres todo lo que siempre he querido, Pigeon.

— Solo recuerda eso cuando tome todo tu dinero en el próximo juego de póker. —dije, quitándome la camisa.

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora