capitulo 12

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— ¿Cómo te fue? —Preguntó ella.

Me encogí de hombros. —Es un buen tutor.

—Es un buen amigo, también.

Ella parecía decepcionada, y reí ante la expresión de su rostro. Siempre había sido el sueño de Carolyn que ambas saliéramos con amigos en común, y chicos que fueran primos para ella era sacarse el premio mayor. Ella quería compartir la misma habitación cuando decidió venir conmigo a Eastern, pero veté su idea, con la esperanza de extender mis alas un poco. Una vez que terminó de hacer pucheros, se centró en la búsqueda de un amigo de Christian al cual presentarme. El sano interés de Austin hacia mí había superado sus expectativas.

Terminé rápidamente la prueba y me senté en las escaleras del edificio, esperando a Carolyn. Cuando ella se dejó caer a mi lado en derrota, esperé a que hablara.

— ¡Eso fue horrible! —Exclamó.

—Deberías de estudiar con nosotros. Austin lo explica muy bien.

Carolyn gimió y apoyó la cabeza en mi hombro.

— ¡Tú no fuiste ayuda en absoluto! ¿No podrías haberme dado un guiño de cortesía o algo así? —Enganché mi brazo alrededor de su cuello y caminé con ella hasta nuestro dormitorio.

~

Durante la siguiente semana, Austin me ayudó con mi trabajo de historia y me tuteó en Biología. Nos paramos juntos escaneando la lista de calificaciones fuera de la oficina del profesor Campbell. Mi número de estudiante estaba a tres puntos de la cima.

— ¡La tercera calificación más alta en el examen! ¡Bien hecho, Pidge! —Dijo, abrazándome. Sus ojos brillaban de emoción y orgullo, y un sentimiento extraño me hizo dar un paso atrás.

—Gracias, Aus. No podría haberlo hecho sin ti. —le dije, tirando de su camiseta.

Él me tiró sobre su hombro, abriéndose camino entre la multitud detrás de nosotros. — ¡Abran paso! ¡Muévanse, gente! ¡Vamos a darle paso a esta pobre mujer con un desfigurado, horrible y descomunal cerebro! ¡Ella es un jodido genio!

Me reí ante las expresiones divertidas y curiosas de mis compañeros de clase.

Como pasaban los días, nos vimos involucrados en los rumores sobre una relación. La reputación de Austin ayudó a calmar los chismes. Él nunca se había quedado con una chica más de una noche, así que cuantas más veces se nos veían juntos, más gente entendía nuestra platónica relación por lo que era. A pesar de las constantes preguntas de nuestro compromiso, el flujo de atención que Austin recibía de sus compañeros no cedió. Él siguió sentándose a mi lado en historia y comiendo conmigo en el almuerzo. No tomó mucho tiempo darme cuenta que me había equivocado sobre él, incluso mostrándome defensiva ante a los que no conocían a Austin como yo lo hacía.

En la cafetería, Austin puso una lata de jugo de naranja delante de mí.

—No tenías por qué haberlo hecho. Yo iba a tomar uno —dije, quitándome la chaqueta.

—Bueno, ahora no tienes que hacerlo. —dijo, mostrando el hoyuelo en la mejilla izquierda.

Damian dio un resoplido. — ¿Ella te convirtió en mandilón, Austin? ¿Qué sigue después, abanicarla con una hoja de palmera, mientras usas un Speedo?

Austin le lanzó una mirada asesina y salté a su defensa. —Tú no podrías llenar un Speedo, Damian. Cierra tu estúpida boca.

— ¡Tranquila, ____! ¡Estaba bromeando! —dijo Damian, levantado sus manos.

—Sólo… no hables así de él. —le dije, frunciendo el ceño.

La expresión de Austin era una mezcla de sorpresa y gratitud. —Ahora sí que lo he visto todo. Acabo de ser defendido por una chica, —dijo, poniéndose de pie. Antes de irse con su bandeja, ofreció una mirada de advertencia a Damian, y luego salió para reunirse junto a un pequeño grupo de fumadores fuera del edificio.

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora