capitulo 38

4.8K 167 1
                                    

Me sorprendió la forma en que sus palabras eran educadas, más aun así goteaban con insultos. No era un talento que había desarrollado de la noche a la mañana. La Sra. Harris debía haber pasado sus años restregando su superioridad a los demás.

— Es bueno verte, mamá. Buenas noches. —Ella besó su mejilla, frotó el lápiz labial con el dedo pulgar y luego regresó a su mesa— Lo siento, yo no sabía que ella estaría aquí.

— Está bien. Ella parece… genial.

Drake se echó a reír. — Sí, para una piraña. —Ahogué una risa y él ofreció una sonrisa de disculpa— Ella se ablandará. Sólo le toma un poco de tiempo.

— Esperemos que sea antes de que te vayas a Harvard.

Hablamos sin cesar acerca de la comida, de Eastern, cálculo e incluso sobre el Círculo. Drake era encantador, divertido y decía las cosas correctas. Varias personas se acercaron a él para saludarlo y él siempre me presentó con una sonrisa de orgullo. Drake era considerado como una celebridad dentro de las paredes del restaurante y cuando nos retiramos, sentí la presión de los ojos de todos en la habitación.

— ¿Y ahora qué? —Le pregunté.

— Me temo que tengo un examen en Anatomía el lunes a primera hora. Tengo que estudiar. —dijo, cubriendo mi mano con la suya.

— Mejor tú que yo. —le dije, tratando de no sonar demasiado decepcionada.

Condujo al apartamento y me llevó hasta las escaleras de la mano.

— Gracias, Drake. —sonreí— Pase un rato fantástico.

— ¿Es demasiado pronto para pedirte una segunda cita?

— No, para nada. —sonreí.

— ¿Te llamó mañana?

— Suena perfecto.

Luego vino el momento del silencio incómodo. El elemento de las citas que temo. Besarse o no besarse, odiaba esa pregunta.

Antes de que tuviera la oportunidad de preguntarme si me besaría o no, él tomó cada lado de mi cara y me acercó a él, presionando sus labios contra los míos. Eran suaves, cálidos y maravillosos. Se retiró y luego me besó otra vez.

—Te hablo mañana, ___.

Me despedí con la mano, mirándolo caminar por las escaleras hacia su coche.

— Adiós.

Una vez más, cuando giré el picaporte, la puerta se abrió de un tirón y caí hacia adelante. Austin me atrapó y recuperé el equilibrio.

— ¿Quieres parar de hacer eso? —Le dije, cerrando la puerta detrás de mí.

— ¿___? ¿Qué eres, un vídeo de ejercicios? —Se burló.

— ¿Pigeon? —dije con la misma cantidad de desdén— ¿Una molesta ave que hace popo por toda la acera?

— A ti te gusta Pigeon —dijo él a la defensiva— Es una paloma, una chica atractiva, una carta ganadora en el póker, tú sólo elige. Tú eres mi paloma.

Me agarré de su brazo para quitarme los tacones y luego caminé a su habitación. Cuando ya me había cambiado en mi pijama, hice mi mejor esfuerzo para permanecer enojada con él. Austin se sentó en la cama y se cruzó de brazos. — ¿Pasaste un buen rato?

— Pase —suspiré— un rato fantástico. Un momento perfecto. Él es… —No podía pensar en una palabra adecuada para describirlo, así que sólo negué con la cabeza.

— ¿Te besó?

Apreté los labios y asentí con la cabeza. — Tiene unos labios realmente suaves.

Austin se estremeció. —No me importa qué tipo de labios tiene.

— Créeme, es importante. Me pongo nerviosa con los primeros besos, también, pero éste no fue tan malo.

— ¿Te pones nerviosa acerca de un beso? —Preguntó, divertido.

— Sólo los primeros besos. Los detesto.

— Yo los detestaría, también, si tuviera que besar a Drake Harris.

Me reí y fui al cuarto de baño para lavar el maquillaje de mi cara. Austin me siguió, apoyándose contra la puerta. — Así que, ¿van a salir otra vez?

— Sí. Él me llamará mañana. —Me sequé la cara y corrí por el corredor, saltando sobre la cama.

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora