capitulo 109

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—Ustedes dos se ven miserables, —dijo chris.
—No podrían verse más aburridos así lo hicieran apropósito, —carly murmuró.
—No lo olviden… no queríamos venir —Finch les recordó.
carly hizo su famosa cara y yo tan famosa por ceder. —Podrías pretender, ___. Por mí.
Justo cuando abrí mi boca para decir algo mordaz, Finch tocó mi brazo. —Creo que cumplimos con nuestro deber, ¿estás lista para irnos ___?
Bebí un último trago rápido de mi cerveza y tomé la mano de Finch. Tan ansiosa como estaba para irme, mis piernas se congelaron cuando la misma canción que austin y yo bailamos en mi cumpleaños flotó por las escaleras. Cogí la botella de Finch y tomé un sorbo, tratando de bloquear los recuerdos que llegaron con la música.
Brad se recostó en la barra. — ¿Quieres bailar?
Le sonreí y negué con la cabeza, él empezó a decir algo más pero fue interrumpido.
—Baila conmigo, —austin estaba parado a un metro de mí, su mano extendida hacia a mí. carly, chris y Finch me miraban. Esperando por mi respuesta tan ansiosos como austin.
—Déjame en paz, austin—dije, cruzando mis brazos.
—Esta es nuestra canción, Pidge.
—No tenemos canción.
—Pigeon…
—No.
Miré a Brad y forcé una sonrisa. —Me encantaría bailar, Brad.
Las pecas de Brad se extendieron por sus mejillas cuando sonrió, haciendo un gesto para que subiera las escaleras.
austin se tambaleó, el dolor claramente en sus ojos. —Un brindis, —gritó.
Me estremecí, girando justo a tiempo para verlo subir a una silla, robando una cerveza al Sig Tau más cercano. Miré a carly que observaba a austin con una expresión plana.
—A los ****as, —dijo él haciendo un gesto hacia Brad—, y a las chicas que rompen tu corazón. —Él inclinó su cabeza hacia mí, sus ojos perdieron concentración—. Y al absoluto y horrible horror de perder a tu mejor amiga porque fuiste lo suficientemente *beep* para enamorarte de ella.
Él bebió su cerveza, terminando lo que quedaba, y luego botándola en el piso, la habitación estaba en silencio excepto por la música que tocaban en el piso de abajo y todos miraban a austin en confusión.
Mortificada tomé la mano de Brad y lo guie abajo a la pista de baile. Unas cuantas parejas nos siguieron, observándome de cerca, por lágrimas u otra respuesta ante el brindis de austin, relajé mi rostro negándome a darles lo que querían.
Bailamos algunos pasos tensos y Brad suspiró —Eso fue… raro.
—Bienvenido a mi vida.
austin se abrió camino a través de las parejas en la pista de baile deteniéndose a mi lado, le tomó un momento mantenerse de pie. —Los interrumpo.
—No, no lo harás ¡Jesús! —dije, negándome a mirarlo.
Después de unos tensos segundos miré hacia arriba. Viendo los ojos de austin perforar los de Brad. —Si no te alejas de mi chica, te cortaré la garganta aquí mismo en la pista de baile.
Brad parecía confundido, sus ojos miraban de austin a mí. —Lo siento, ___ —Dijo, lentamente alejando sus brazos de mí. Él se retiró hacia las escaleras y yo me quedé allí humillada.
—Como me siento hacia ti esta noche austin…. está muy cerca del odio.
—Baila conmigo, —suplicó balanceándose para mantener su equilibrio.
La canción terminó y suspiré aliviada. —Ve y bebe otra botella de whisky, austin—me volví a bailar con el único chico soltero en la pista de baile.
El ritmo era rápido y sonreí a mi nuevo y sorprendido compañero de baile, tratando de ignorar el hecho de que austin estaba a sólo unos metros detrás de mí. Otro hermano Sig Tau bailo detrás de mí, agarrando mis caderas. Lo alcancé, jalándolo más cerca. Me recordaba a la forma en que austin y Megan había bailado esa noche en el Red. He hice mi mejor intento por recrear la escena que deseé en muchas ocasiones poder olvidar. Dos pares de manos estaban prácticamente en cada parte de mi cuerpo y era más fácil ignorar la parte más reservada con esa gran cantidad de alcohol en mi sistema.
De repente, yo estaba en el aire, austin me tiró encima de su hombro al mismo tiempo empujando a uno de sus hermanos duro, contra el piso.
— ¡Bájame! —dije, golpeando mis puños contra su espalda.
—No voy a dejar que te avergüences por mí —gruñó él, bajando las escaleras de dos en dos.
Cada par de ojos me observaba patear y gritarle a austin por la habitación. — ¿Tú no crees… —dije mientras luchaba—, que esto es vergonzoso? ¡austin!
— ¡chris ¿Está Donnie fuera? —austin dijo, esquivando mis piernas.
—Uh… ¿Sí? —Dijo él
— ¡Bájala! —dijo carly, acercándose a nosotros.
—carly —me retorcí—. ¡No te quedes allí! ¡Ayúdame!
Sus labios se alzaron y se echó a reír una vez. —Ustedes dos se ven ridículos.
Mis cejas se juntaron ante sus palabras, sorprendida y enojada a la vez de que ella encontrara algo de esta situación graciosa.
Austin se dirigió hacia la puerta y la miré. — ¡Muchas gracias, amiga!
El aire frío golpeó las partes desnudas de mi piel, y protesté más fuerte. — ¡Bájame, maldición!
Austin abrió la puerta de auto y me tiró en el asiento trasero, deslizándose a mi lado. —Donnie, ¿tú eres el conductor designado esta noche?
—Sí, —dijo nerviosamente mientras me observaba luchar.
—Necesito que nos lleves a mi apartamento.
—austin… no creo…
La voz de austin era controlada pero amenazante. —Hazlo, Donnie o te juro que te golpearé la parte de atrás de tu cabeza con mi puño, lo juro por el amor de Dios.
Donnie se apartó de la acera y me lancé hacia la manija de la puerta. —No voy a ir a tu apartamento.
austin me agarró de una muñeca y luego la otra, me acerqué para morder su brazo. Él cerró sus ojos y luego un gruñido escapó de su mandíbula apretada cuando mis dientes se hundieron en su piel.
—Haz lo mejor que puedas, Pidge. Estoy cansado de tu ****.
Solté su piel y me sacudí, intentando liberarme de su agarre. — ¿Mi ****? ¡Déjame salir de este maldito auto!
Él puso mis muñecas cerca de su rostro. — ¡Te amo, maldición! ¡No irás a ningún lado hasta que estés sobria y arreglemos esto!
—Tú eres el único que no ha arreglado esto, austin —dije, él me soltó y yo crucé mis brazos, puse mala cara todo el camino hacia el apartamento.
Cuando el auto desaceleró para detenerse, me acerqué. — ¿Puedes llevarme a casa, Donnie?
austin me sacó del auto por el brazo y me levantó en su hombro de nuevo, cargándome por las escaleras. —Buenas noches, Donnie

somos un bonito desastre... Austin Mahone y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora