Oscuridad.
Pero eso era porque tenía los ojos cerrados.
Parecía que estaba en una cama. Ugh, le dolía todo. ¿Le habían dado una paliza o qué?
Ah, sí.
–¿Te vas a levantar de una vez o voy a tener que tirarte de la camilla? –gruñó una voz cruel y autoritaria.
Nameless abrió los ojos con un sobresalto y se encontró a Roca de pie junto a su camilla. Todo apuntaba a que estaba en la mencionada Enfermería a la que Max Pain no quería mandarlos. Notaba vendas bajo la ropa, cubriendo la zona más dolorida que tenía en el abdomen.
–¿Me has disparado? –preguntó sorprendida, había llegado a creerse que su despiadada Capitana tardaría una o dos semanas en hacerlo.
–En el chaleco antibalas –contestó Roca sin darle importancia.
–Pero el impacto...
–Tonterías –interrumpió desdeñosa.
–¿Tonterías? –exclamó Namelss y apretó los dientes cuando sufrió un dolor punzante allí donde acababan las costillas–. ¿Es que quieres matarme? –siseó quejumbrosa.
Roca torció una sonrisa perversa que no auguraba nada bueno.
–Si quisiera matarte, te dispararía a la cabeza –contestó y le apuntó a la frente–. ¿Qué, lo hago y acabamos ya con con esta farsa? –propuso demencial.
Nameless bizqueó al intentar enfocar el cañón del arma que tenía entre los ojos. Tembló un poco, lo que le repercutió en la herida vendada.
–¿Y perder la oportunidad de seguir torturándome? –balbuceó, deseando volver a desmayarse.
Roca amplió un poco más la sonrisa, lo que, con su cara de loca peligrosa, no dejaba claro si le había hecho gracia o todo lo contrario e iba a abrirle el tercer ojo.
–¿Ésa es tu idea de dejar descansar a la paciente? –reprochó una nueva voz.
–Si hace comentarios irónicos, está bien –dictaminó Roca bajando la pistola.
–¿Ahora resulta que los Eisentblut sois médicos? –cuestionó una mujer entrando en el radio de visión de Nameless. Era alta, llevaba bata blanca y el pelo recogido en un moño castaño despeluchado, con la peculiaridad de nacerle un mechón blanco puro de la frente.
–Conozco a mi Subcapitana –justificó Roca.
–Ya, claro, la infalibilidad de la jerarquía militar –desdeñó la Doctora y usó el estetoscopio sobre el pecho y abdomen de Nameless.
–¿Tengo algo roto? –preguntó la afectada.
–Nah, no es más que un moratón –contestó la Doctora, dejando el estetoscopio.
–¿Un... moratón? –repitió Nameless incrédula.
–Llevabas chaleco antibalas.
Nameless prefirió no insistir, ¿ya para qué? Si había saltado desde una altura de seis metros y se había levantado por su propio pie, ¿por qué iba a ser diferente una bala? "Qué tontería", pensó con desquiciado sarcasmo.
–Pero si te deja más tranquila, ya te tomo unas muestras de sangre y las analizo –prometió sacando una jeringuilla bien hermosa.
Después del pinchazo y de quedarse sin una considerable porción de sangre, Nameless tuvo permiso para marcharse.
–Venga, que quiero ir a comer y ya hemos perdido suficiente tiempo –dijo Roca.
–Eh... ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? –preguntó Nameless siguiéndola al pasillo.
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Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)
Teen FictionElla no quiere estar en el Instituto del Mal, pero no tiene otra salvación que ser una alumna modelo. Una historia de supevillanos y superhéroes todavía en edad escolar. Portada obra de @Anaesthetixs Si os mola la historia y tenéis ganas...