Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)

7. Evil Evolution III (25)

En cuanto notó el tirón, Nameless supo lo que ocurriría y, aunque intentó evitarlo, acabó con las muñecas atadas a la espalda y la cabeza zambullida en agua helada.

–Buenos días, Capitana –saludó en cuanto le permitió reponer aire, fingiendo que no le importara que la despertara con semejante brutalidad.

–¿Cuándo vas a aprender a defenderte? –le gruñó Roca al oído antes de volver a sumergirla.

Nameless esperó paciente, aplicando el consejo de Sica Morilec de considerarse muerta.

–¿Qué tal cuando me enseñes? –le respondió, casi en cuanto volvió a salir, chorreando agua por toda la cara.

–Para las respuestas graciosillas no necesitas maestra –acusó y no le dio opción a responder.

Se dejó sumergir, estaba consiguiendo que su cuerpo no ofreciera la menor resistencia, y eso se traducía en menor tensión y necesidad de oxígeno.

–Debo de llevarlo en el estilo misterioso –continuó la conversación como si nada.

–Eso es aceptar que llevas el ser villana en la sangre –se regodeó Roca antes de volver a hundirla.

Nameless pudo pensar en una contestación con relativa calma.

–También hay héroes graciosillos, no muchos, pero los hay.

No hubo respuesta, Roca la sumergió inmediatamente, con rabia. Nameless lo soportó a duras penas, no le había dado tiempo a reponer mucho aire.

–¿A que no te atreves a repetirlo? –le silbó Eisentblut furibunda al oído al sacarla de un tirón.

–No, que repites lo tuyo –tosió un poco.

–Cobarde –gruñó sumergiéndola por sexta vez.

Nameless estaba empezando a cansarse con tanta ahogadilla de buena mañana y en ayunas.

–¿Tienes miedo de que pudiera ser una heroína? –preguntó con los ojos cerrados.

–Deberías ser tú la que tuviera miedo en tal caso –aseguró Eisentblut.

A Nameless le vino una risita sarcástica muy inoportuna, por lo que casi no de dio tiempo de tomar aire.

–¿Qué te hace tanta gracia? –preguntó Roca al sacarla del agua.

–Si yo fuera una heroína, tú ni me mirarías. Aquí soy misteriosa, allí sería insignificante.

–Tienes razón. Y como ser insignificante, te aplastaría sin compasión.

En la octava zambullida. Nameless notó la desidia en el agarre al que Roca sometía a su nuca, ella también se estaba aburriendo. Por lo que se le ocurrió una alocada idea. Esperó pacientemente a que terminara de asfixiarla y, cuando estaba tirando de ella para sacarla, se revolvió tirando con la cabeza hacia un lado y soltando una patada con la diestra, acertándole a Roca en el estómago. Nameless cayó al suelo, rodó alejándose y consiguió ponerse en pie a pesar de tener las manos atadas a la espalda. Nada más conseguirlo, Eisentblut ya estaba apuntándola con una pistola negra que había surgido de la nada.

Se miraron a los ojos durante unos segundos, los nerviosos azul grisáceo de Nameless contra los duros verdes de Roca, y, entre ellas, la semiautomática apuntándole a la nariz.

–Vas mejorando –dijo la Capitana suavizando su postura–. Sigue así.

Su Subcapitana asintió, intimidada por el arma.

–Ah, y esta preciosidad es una Desert Eagle. Vete aprendiéndotelo –le ordenó antes de bajarla.

–Se me va a quedar grabado a fuego.