Después de la comida, en clase de Cacharros, Wolfstein les mandó montar algo, lo que fuera, que resultara capaz de encender una vela. Nameless se quedó un rato mirando su mesa, buscando alguna idea sencilla, porque ya escuchaba rumores sobre rayos láser o química avanzada (lo segundo en el caso de Hedera, por supuesto) cuando finalmente decidió tirar por lo conocido. Los detonadores para bombas se le daban bien y a la gente no le parecería más que un mechero eléctrico. Seguía sin querer que se supiera su talento eminentemente villanesco.
Se levantó a por los materiales necesarios, mientras ya atisbaba a compañeros armando grandes sopletes que prenderían y consumirían la vela en un solo segundo, o cachivaches que a saber cómo se las apañarían, tal vez con pequeñas explosiones nucleares. Nameless empezó a montar su pequeño dispositivo, había aprendido que sus ideas sencillas y ligeras eran bien recibidas en aquella clase.
Le llevó algo más de tiempo de la cuenta, ya que normalmente bastaba con que los detonadores emitieran una chispa, pero allí necesitaba algo más mantenido para prender la mecha. Aun así, no tardó mucho en hacer un pequeño aparato que creaba un arco eléctrico con el que hizo surgir la llama. Estaba sonriendo satisfecha cuando un brazo mecánico apareció de la oscuridad de su alrededor, trayendo una vela que acabó bocabajo sobre la de Nameless, prendiendo así su mecha.
–Full –reprochó con ligereza al reconocer al dueño del brazo robotizado–. Tramposo –acusó con ligereza, divertida, y él hizo una reverencia riéndose.
–Buena jugada, trilero –aceptó el profesor y hubo quejas por parte de quienes no se les había ocurrido aquella astuta jugada–. Y muy bien por tu aparatito, Nameless, muy nítido y compacto. Me alegra ver que le estás cogiendo maña a la electrónica.
Nameless amplió su sonrisa satisfecha. Estaba bien tener clases en las que no sufría sistemáticamente.
Al ir hacia la salida, se encontraron con que Hedera se había pasado con la reacción química, quemando toda la vela, la mesa y sus propias cejas. Full se tronchó elegantemente de la risa. Roca había hecho una especie de pistola que disparaba fuego chorreante que derretía las velas al instante, las suyas y las de los vecinos.
–Eisentblut, si las destruyes, no vale –le advirtió Wolfestein.
–Vaya mierda de tarea –masculló Roca–. Vete saliendo –ordenó a Nameless–. Yo tardaré un rato –añadió cogiendo un martillo y poniendo cara de loca que iba a destruirlo todo.
Nameless continuó hacia la salida con una sonrisilla de suficiencia que procuró que su Capitana no viera, pero, al llegar a la puerta, la borró. Siempre se topaba con las animadoras a la salida de Cacharros. No sería de extrañar que aquel día también la estuvieran esperando. Salió al pasillo con cautela. Full se había quedado intentando apagar las mangas de Hedera, sin dejar de reír, eso sí. El pasillo estaba vacío, silencioso y lleno de sombras, que ella esperaba usar para que no volvieran a pillarla desprevenida.
Se metió en un recodo del pasillo y se apoyó contra la esquina para esperar a Roca. La lógica le decía que cualquiera con los ojos habituados a la penumbra podría verla fácilmente, pero quiso confiar en que sus poderes de sombra la mantendrían a salvo. Y si no, al menos allí abajo no había sol, por lo que podría salir huyendo a la velocidad de la oscuridad. No tuvo que esperar mucho, pronto le llegaron un par de voces ya conocidas.
–¿Todavía no ha salido? –se extrañó la animadora de pelo verde.
–No sé, Karla... ¿Y si ya se ha marchado? –propuso Skull, la de pelo morado.
–Acabamos de cruzarnos con Ludo, no puede haber sido más rápida que él.
Nameless frunció el ceño. ¿La de pelo verde ya conocía a Khaos para no llamarlo por su famoso apellido?
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Institute of Evil versus Heroes Academy (IEvsHA)
Fiksi RemajaElla no quiere estar en el Instituto del Mal, pero no tiene otra salvación que ser una alumna modelo. Una historia de supevillanos y superhéroes todavía en edad escolar. Portada obra de @Anaesthetixs Si os mola la historia y tenéis ganas...