La última vez que había hablado con Nat y ella se había mostrado tan insistente al verme distraído estube apuntó de contarle todo lo que había platicado con Kya, sin embargo por una extraña razón me detuve.
Creo que en el fondo aún me dolía el hecho que ella también me guardará secretos. A pesar de ser amigos desde hacia mucho tiempo, Nat no me había querido decir lo que ocurrió la vez que me peleé con unos chicos y ella término llorando en el suelo con un hilillo de sangre recorriendole la cien.
Era algo que hoy en día me seguia atormentando.
De cierta forma la comprendía, de seguro ella debía tener sus razones, como yo las mias para no contarle lo mío.
Cuando el mundo se fue al carajo sólo contaba con 7 años aproximadamente "creo, es difícil recordar". Y de hay en adelante todos los días se habían tratado sobre lo mismo, llegar con vida al siguente.
No había tiempo que perder y mucho menos en chorradas como los sentimientos, sabía que me gustaba pasar tiempo con Nat y esa chica pelinegra en realidad me caía muy bien, podía hablar de casi cualquier cosa con ella, tanto reírnos de cualquier estupidez, como reflexionar acerca de los misterios ocultos del universo.
Pero de hay a decir que estoy enamorado de ella, no estoy seguro, en primer lugar no sabría decir si alguna vez lo he estado de alguien, lo que si me quedaba claro es que esa noche en la que esos ojos grises me habían suplicado compañía para afrontar sus demonios, de alguna manera no había podido negarme.
Tenía que dejar todos esos pensamientos de lado y concentrarme en lo que realmente era importante.
La comandante Akane Fuku-algo "no entiendo porqué razón su nombre era tan complicado" me había llamado para conversar lo que al parecer cada vez más personas sabían, mi irregular ingreso a la Academia.
Cuando charle sobre el tema con Mónica me había dicho que de ninguna manera se me ocurriera echarla de cabeza, que aún tenía muchas cosas que hacer y que si la ayudaba con esto, ella me ayudaría en un futuro.
Continuaba con su ideología que entre más favores te deva la gente, mejor para ti.
No podía estar por completo de acuerdo con ella, sin embargo tampoco diría que estaba equivocada, la rubia tenía su punto y al acordar ayudarnos mutuamente me había parecido que había hecho un pacto con el diablo.
Lo importante es que según me había dicho tendría que decir que todo lo había hecho yo, incluso me había dado su celular y me enseñó como le hizo para cambiar las listas y los aspectos básicos de como utilizar correctamente ese dispositivo que aunque lo llamaba celular quedaba claro que era algo más.
Cuando le pregunté si no lo ocupaba ella me dijo que al momento de ser descubierta les sería sumamente fácil encontrarla por la ubicación del dispositivo y era mejor desecharlo.
En estos momentos me dirigía hacia la oficina de la comandante y estaba tratando de calmarme lo más posible.
Al entrar la vi a ella, tal como me habían dicho a pesar de su relativa corta edad para ser una comandante, su sola presencia imponía, tenía un aire de superioridad y estando sentada al otro lado de su gran escritorio con las piernas cruzadas y su largo cabello rojo suelto callendole bajo la cintura la hacia parecer una princesa o reina en todo caso.
Trate que su mirada penetrantemente fría no me intimidara demasiado y tome asiento como me ordenó.
─Así que tú eres el chiquillo tramposo ─trato que el tono de voz con que dijó las palabras no me perturbara─ por alguna extraña razón le caiste bien al instructor Rafael, puede que le recuerdes a el de niño.
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Infección
Science FictionHan pasado 8 años desde el primer brote de infección, no se sabe mucho de lo que ocurrió en ese entonces pero el mundo nunca volvió a ser el mismo. 7 años del primer avistamiento de un infectado clase Alpha, criaturas que con el paso del tiempo y d...