Leo XXVII

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"Lo siento mucho pero no sere un espectador más en este sádico juego, así que después de mi pelea me iré a dormir"

Les había dicho a Iggy, Diana y Alex, aunque este último pudo notar que en verdad aprovecharía que todos estaban concentrados en las peleas para espiar un poco el lugar, haber si encontraba algo que nos fuera útil.

La pelea del pelinegro sería la última, también era por desgracia en contra de Iggy, no podía esperar para saber quien resultaría victorioso, no obstante que Alex fue el mejor de la clase, ya había visto luchar con anterioridad a Iggy y lo había visto vencer a hombres que le doblaban la edad.

Alex también había dicho que descansaría el resto de las peleas para estar lo mejor preparado posible, una mentira igual que la mía, aunque yo en realidad no quería seguir viendo las peleas.

Iggy había bromeado diciéndole que si le tenía miedo, a lo que el pelinegro sólo le respondió con una media sonrisa.

En este momento nos encontrábamos en el pasillo que daba paso a la arena, entre dos hombres cargaban en una camilla el cadáver sin vida del sujeto degollado, y al otro extremo del campo circular, un médico revisaba las heridas del tal Enrique.

Después de dejar despejada la área, el anunciador le preguntó a la multitud que si estaban listos para más, resibiendo una efusiva respuesta de todos los presentes, sin embargo yo me había hecho una promesa a mi mismo.

Al escuchar mi nombre salí directo hacia la arena, recibiendo una palmada en el hombro de parte de Alex, levante mi pulgar en signo de que todo estaría bien y seguí caminando, el tipo con el que me enfrentaría era bastante corpulento y traía consigo una larga cadena que terminaba en una bola con púas, tenía una horrible máscara en el rostro como si fuera un luchador dejando ver una gran sonrisa de oreja a oreja, tal vez esto lo divertía.

─Espero que grites como una puta en celo cuando rompa cada uno de tus hueso ─expresó el desagradable sujeto ya que estuvimos lo suficientemente cerca el uno del otro─. Aunque no te preocupes, con las nuevas reglas, acabaré con tu sufrimiento en un par de segundos, no es como si me gustará jugar con hombres, prefiero hacer gritar a las mujeres, si sabes a lo que me refiero.

Inquirió el tipo frente a mi al mismo tiempo que se lamía los labios, seguramente imaginando quien sabe cuantas cosas repugnantes.

"Por gente como tú, es que las personas como Alex tiene ese tipo de pensamiento, por tu maldita forma de ser ellos han perdido su fe en la humanidad"

Pense dándole al tipo frente a mi una mirada asesina, logrando que este sonriera ampliamente y en ese momento el anunciador grito que daba inicio la pelea.

El tipo enmascarado hizo girar su cadena por sobre su cabeza lanzándome la bola con púas, aunque se dirigía a gran velocidad no fue difícil esquibarla, así estuvimos por un rato el me lanzaba sus ataques y yo sólo los evadia buscando una apertura en su defensa, pude escuchar como la multitud me abucheaba y le recriminaban al tipo de la máscara diciéndole que ya me golpeara de una vez por todas.

─!Eso es todo lo que sabes hacer, dar saltos de un lado a otro como un marica¡

Gritó por demás enojado el tipo enmascarado dejando una pequeña apertura en su último ataque, rodé a un lado y tomé uno de los palos de fierro que la multitud nos había arrojado para usarlo como arma, lo clavé en el suelo logrando trancar la cadena, impidiendo así que mi oponente siguiera usando su peculiar arma.

Inicie una rápida carrera hacia él, pero cuando estuve lo suficientemente cerca ya se había hecho con un cuchillo que también recogió de la arena, trató de apuñalarme con este, sin embargo haciendo un pequeño movimiento de evasión a mi derecha lo esquive, intento nuevamente apuñalarme pero saltando hacia atrás me separe lo suficiente de él como para tomar otro pequeño tubo de metal del suelo y utilizarlo para bloquear sus puñaladas.

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