Leo XVIII

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La alarma del despertador sonó y me levante con el último pitido,  después de todo la noche anterior nos habíamos desvelado jugando al loco juego de la lámpara y viendo unos extraños archivos en la memoria que me había dado Mónica, tendría que preguntarle cuando la viera de que iba todo esto.

Busque en la habitación y Alex ya no se encontraba en ella, sentí un alivio por dentro ya que no tendría que continuar con la discusión de anoche, no comprendía por que se había enojado tanto, tarde o temprano se sabría la verdad y al menos mis amigos no serían quienes desvelarían ese secreto.

Tenía la sensación que había soñado con algo inportante sin embargo no lograba recordarlo, últimamente me pasaba más seguido, tendría que ver con la presión de los estudios y el estrés que generaba en mi todo lo que últimamente estaba ocurriendo.

Miro el reloj y me percató que es la tercera alarma, sólo quedan cinco minutos para mi primera clase, enseguida me apresuró en ponerme el uniforme y salgo pitando leches de mi habitación.

Corro por los pasillos de la académia con todas mis fuerzas y aunque algunas personas me miran de forma rara no les pongo atención. 

Como lo imagine llegó tarde y el profesor ya se encuentra impartiendo la clase, tocó la puerta, el la abre y le pido permiso para entrar, me ve igual de raro que las personas en el pasillo pero no dice nada, entró y todos clavan sus ojos en mi, desvío la mirada y me sonrojo un poco, nunca me ha gustado llamar tanto la atención, me apresuró a mi asiento y el profesor prosigue con la clase.

Escucho algunos chicos murmurar cosas, otros cuantos de ríen y ven hacia mi, vuelvo a ignorar eso y le pongo toda mi atención a lo que esta explicando el profesor.

No tengo clase con ninguno de mis amigos por lo cual al comenzar el receso me dirijo a la mesa que generalmente compartimos en el comedor, al parecer soy el primero en llegar, decido esperarlos para comer todos juntos, escucho mucho desmadre de una mesa alejada y veo que se trata de Alex y su grupo de amigos, por su uniforme son todos de segundo año menos el, ellos también se ríen y murmuran cosas apuntando hacia mi, decido darles la espalda y espero a mis amigos en silencio.

Llegan todos juntos, los saludo y cuando se acercan Jess y Sam sueltan una gran carcajada.

─!!!JAJAJAJAJAJA, pe-pero que estabas tratando... de hacer!!! ─exclama Jess sosteniendoce el estómago─ ¿un cambio de look?

─Me gusta tu nuevo bigote─ me dice el moreno tratando de contener una risa.

─¿De que demonios estan hablando?

─Toma─ Nat me pasa algo que acaba de sacar de su mochila─ mirate en un espejo.

Lo tomó sin estar muy seguro de que esta pasando y al verme reflejado en el comprendo todo.

Tengo un gran bigote pintado con marcador además que mis cejas están unidas en una sola, mas sin embargo lo peor de todo es mi pelo, en el tengo varios mechones decolorados de un tono rubio oscuro.

De inmediato se quien es el culpable y me giro hacia la mesa de Alex, el chico de ojos grises suelta en risas cuando lo miro de manera amenazante y se percata que ya me di cuenta de todo.

Por eso no me despertaron las otras dos alarmas, Alex debió desactivarlas como parte de su plan y al salir de nuestra habitación tenía tanta prisa que ni siquiera me había visto en un espejo.

─Enseguida regreso, voy al baño a quitarme esto.

Les digo a todos mientras regreso el espejo a Nat, Jess dice que quiere tomar una foto como recuerdo pero sin ponerle atención salgo de la cafetería.

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