Leo XV

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─Esta bien chicos, ahora mismo me dirán que se traen entre manos.

Exclama la pelirroja mientras sus ojos color esmeralda parecen arder en llamas de ese mismo color.

Nos arrastra a Nat y a mi hacia la sala común en la cual se conectan ambos dormitorios y de la nada cierra todas las cortinas produciendo que la habitación se oscuresca, pone una lámpara de lava en medio de una mesa, todos nos sentamos a su alrededor en los sillones y da comiezo una especie de reunión.

─Ahora estan frente a la lámpara de la verdad.

Comienza e explicar Jess de pie mientras las burbujas en la lámpara se mueven de arriba abajo cambiando entre los colores amarillo, pasando por el naranja hasta llegar al rojo.

─Están en un lugar sagrado, mentir aquí queda estrictamente prohibido, cualquiera de ustedes podrá preguntarle a alguien más lo que quiera sólo una vez, si esta persona accede a responder tendrá el derecho de hacerle lo mismo a esta persona sólo que esta última no podrá negarse, no se puede negar más de tres veces y no se puede hacer la misma pregunta más de una vez. 

─Jaja pero que demonios estamos haciendo.

Cuestiona Sam con una leve carcajada, tal parece que esto lo divertía.

─Shhsssss, no querrás despertar los espíritus de la lampara─ lo reprende Jess─bueno como jefa honoraria doy inicio a la reunión.

─¿Quién te nombró jefa honoraria?─ le pregunta Chris.

─Mi lámpara, mis reglas.

Recibe por respuesta lo que saca otra sonrisa al moreno.

─Mi pregunta es para ti Leo, ¿que hacían Nat, Mónica y tú hace unos momentos?

Estaba claro que el juego sólo lo había inventando para sacarme la verdad pero de la misma manera podía hacer que sus reglas jugarán en su contra.

─Me niego a responder eso.

Dije y en base a las reglas ella no podría preguntarme nada más y esa pregunta no volvería a repetirse.

─¿Qué es lo que tiene esa memoria?

Pregunta en esta ocasión Sam con una mirada de complicidad que comparte con Jess.

─Este juego no me gusta─ digo haciendo un puchero mientras Sam vuelve a reírse mostrando sus blancos dientes.

─Sólo responde de una vez Leo─ inquiere el moreno.

─Me niego.

Ya no podría volver a negarme, sin embargo Nat estaba de mi parte y Ángel parecía compadecerse de mi, el único que quedaba era Chris.

─¿Qué clase de relación tienes con Mónica?

Interroga por desgracia este último lo que ocasiona una gran carcajada de Sam el cual se sostiene el abdomen con ambas manos.

─!!!!JAJAJAJAJAJAJAJAJA¡¡¡¡, mala suerte amigo.

─!!Podrían guardar un poco de silencio¡¡

Escuchamos decir y todos nos giramos para ver de que se trata, nos encontramos con Alex recostado en un sillón sujetando un libro entre sus manos el cual es alumbrado por una pequeña lámpara a un lado suyo debido a la oscuridad de la habitación.

─L-lo siento... brother─ se disculpa Sam sin lograr contener por completo su risa.

─Creo que no podré concentrarme aqui─ exclama el chico mirando superiormente a Sam mientras cierra su libro y se dispone a salir de la habitación.

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