Leo XXVI

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Mis oponentes no habían supuesto mucha resistencia durante las peleas preeliminares, por lo visto todo el entrenamiento previo que tuvimos en la Academia, en especial el que nos impartió el instructor Rafael en su clase de combate cuerpo a cuerpo, habían rendido frutos.

A diferencia del pasado cuando me enfrente en las peleas clandestinas, esta vez se me facilitó más vencer a mis contrincantes.

El instructor Rafael había dicho, que mi estilo de pelea era ofensivo, basándose en la fuerza bruta con movimientos intensos y más que nada se concentraba en el ataque, por lo que nos habíamos enfocado en mejorar mi defensa y en pulir los buenos aspectos de mi estilo base. Mis oponentes no tuvieron ni tiempo de parpadear cuando ya los tenía en el piso tragando polvo.

El día de ayer por fin había terminado la ronda de eliminación, reduciendo drásticamente el número de concursantes, aunque esas peleas se habían hecho en el gimnasio, puesto que sólo se buscaba encontrar a los mejores luchadores con ellas y desechar a los demás

También el otro día me había reencontrado con Iggy, no nos habíamos visto desde que decidí entrar a la Academia, por lo que nuestro reencuentro había sido algo emotivo, le conté todo lo que me había pasado y ambos nos pusimos al corriente. Por supuesto que traté de hacer hasta lo imposible por que entrará conmigo a la Academia, pero en ese entonces aún no tenía la edad suficiente para hacerlo, a pesar que habían reducido la edad mínima de aceptación.

Si, Iggy es dos o tres años menor que yo, y si también se estarán preguntando como es que nunca le pude ganar a un niño en pelea, es porque nunca se le han enfrentado, parece poseído por el mismo demonio, como si fuera la reencarnación física de Belcebu, no hay nadie que haya ganado una pelea mano a mano en contra de él, ¿o de ella?

La verdad no estoy seguro si es niño o niña, se podría confundir con un chico pero las facciones de su rostro son demasiado finas, por otro lado, tal vez sería una chica muy poco desarrollada, ya que su pecho es tan plano como una tabla, el hecho que traiga el pelo medio largo hasta la altura de sus hombros no ayuda mucho, además de que siempre esta manchado de tierra y los arapos que trae puestos, porque a eso no se le puede llamar ropa, no dejan definir su género bien.

Siempre lo he tratado como un chico y a el no parece molestarle, aunque es cierto que su nombre parece de niña. Una vez estuve a punto de preguntarle su género, pero al ver como dejó a un tipo que se burló de eso haciendo un mal chiste al respecto diciendo que parecía una niña muy fea, decidí dejar ese tema a un lado.

En fin, Iggy al igual que yo tampoco tiene un hogar o familia, supongo que por eso nos llevamos bien desde un principio, pero a diferencia de mi que siempre pude contar con la ayuda de Nat, el no tiene absolutamente a nadie, por eso me preocupa más, y siendo aún un niño puede ser manipulado con facilidad, en especial por Mateo, al cual según lo que estuvimos hablando le tomó algo de aprecio, ya que según Iggy cuando yo no volví a aparecer por las peleas, el se volvió su favorito.

Esta noche Alex y yo nos dirigimos a las gradas donde se encontraban los demás vencedores, para poder ver las peleas. La arena de combate era circular y se encontraba a unos cinco metros por debajo de nosotros.

A continuación serían las peleas de versus, en las cuales se elegirían a quienes se enfrentarían con los infecctados en las siguientes fases.

Las peleas de esta noche iniciarian con la del escuálido chico drogadicto y en segundo lugar estaría la mía. Aún no sabía con quien me tocaría, bueno, sabía su nombre, pero no sabía a quien pertenecía.

Me había enterado que el escuálido chico drogadicto era adicto a la heroína, en realidad se metia cualquier cosa que tuviera a la mano, pero la heroína le era más fácil de conseguir, el tipo que se la vendía también me había dicho que se llamaba Enrique o eso creía, tampoco era como si le preguntará su nombre a cada uno de sus clientes.

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