Natalie XXXII

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─Oigan, habían escuchado que hoy llega un nuevo profesor a la Academia ─venía diciendo muy entusiasta el moreno de pelo corto mientras entraba al salón.

No sabía de donde sacaba tanta energía siendo apenas la primera hora, yo debería parecer más muerta que viva, al igual que muchos aquí. En mi caso era peor porque ayer nos habíamos desvelado en el laboratorio de mis papás intentando encontrar una cura para esta nueva cepa de la gripe verde, note que algunos asientos estaban vacíos, por lo visto el nuevo virus ya estaba afectando a algunos cadetes. Tenía que poner en marcha el plan con la doctora Moira lo antes posible.

─¿Sam, si sabes que eso significa menos horas libres para nosotros? ─le preguntó su gemela con la misma energía.

─Obvio hermanita.

─¿Entonces porqué la sonrisa de idiota? ─cuestiona de nuevo Ángel tomando asiento junto a mi y Jess, los chicos se sientan detrás de nosotras.

─Porque acabo de escuchar a los de segundo diciendo que es la leche, según ellos no tiene la típica actitud recatada de un profe, no te regaña por decir palabrotas y lo mejor de todo es que hizo llorar a una de tercero.

─Para mi suena a que no es muy buen profesor ─le frunso el ceño sin comprender─. Además no se suponía que ya teníamos todas las materias cubiertas.

─No nos va enseñar ninguna materia en particular, no es en verdad un profesor, más bien es un explorador ─empieza a explicar Chris tras nosotras─. Ha estado viajando a través del mundo por su propia cuenta y la Academia lo contrato para que nos transmita todo ese conocimiento.

─Aburrido ─se quejó la pelirroja─. Me gusto más la explicación que dio el morenito.

─¿Verdad que si Jess? ─la mira de manera cómplice Sam─. Detodas maneras lo conoceremos en persona, esta clase nos toca con el.

─¿No piensan que se esta demorando demasiado? ─les informo a todos─. Hace ya más de 15 minutos que debió de iniciar su clase.

─Su fama de puntualidad no es muy buena que digamos, se suponía que llegaría a Paradise hace dos meses, aunque se rumorea que se topó con algo imprevisto que lo detuvo todo ese tiempo.

Todos nos quedamos viendo de forma rara al rubio quien por lo que veo esta bien informado sobre todo lo que pasa a su alrededor.

─¿Como diablos es que sabes todo eso? ─le pregunta su amigo de piel cobriza.

─Uno se entera de varias cosas si uno mantiene los oídos bien abiertos ─le responde Chris confundiendo más al idiota de Sam.

─Hablar con dichos y palabras rebuscadas enfrente de Sam es como si lo hicieras enfrente de un gorila, no te entenderá ─aconseja a Chris la pelirroja, provocando que tanto Ángel como yo nos rieramos de Sam─. Y lo que aquí trato de decir nuestro querido amigo es que lo escucho por ahí ─termina explicando eso último al moreno.

─No hace falta que me traten como un idiota ─se queja él─. Si entendí lo que dijo Chris, lo que no comprendo es como le hace para estar tan bien informado de todo, tendría que ir con la oreja pegada a cada conversación en esta isla y eso lo veo muy poco probable. Como sea, lo importante es que el nuevo profe es a toda madre con los alumnos y los que ya tuvieron clase con el dijeron que nunca deja tarea, tan sólo con eso ya me cayó bien el desgraciado.

─¿Al menos sabes su nombre Sam? ─le interrumpe su hermana.

─Emm... ¿como me habían dicho que se llamaba? Daniel, David, no... Demián, Damián, estoy seguro que empezaba con D ─afirma con una gran sonrisa.

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