Take Care

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—¡Nap! —apenas ponemos un pie dentro del garage cuando mi hermano grita al ver a Nap observando atentamente el Cutlass.

Storm corre hacia Nap y lo envuelve en un abrazo con el cual el pobre queda tan incomodo que pone un dedo sobre la frente de Storm y lo aleja lentamente. Jet y yo no podemos evitar reírnos al ver la expresión estoica de Napoleón hacia nosotros y hacia el nuevo auto que forma parte del garage.
Jet rápidamente borra su sonrisa y se acerca cuidadosamente al anciano.

—¿En dónde está? —le pregunta a Jet que se ha quedado de pie a unos cuantos metros de él.

—Aquí.

—¡¿Aquí?!

—En San Francisco. Está aquí en San Francisco.

Nap desvía su mirada de Jet hacia mí que me encuentro muy por detrás de él. Frunzo el ceño. No sé que sucede, pero por la seriedad de Nap y el silencio en el que Jet se ha quedado sospecho que no puede ser nada nuevo. Vuelve sus ojos cansados hacia Jet y se acerca un poco más a él; sin embargo, no le dice nada a él, en cambio voltea a ver a Storm que está detrás de él, igual de perdido que yo.

—¿Qué le estás haciendo? —pregunta, señalando con la cabeza el auto amarillo.

—Aún no sé cuál es la falla, ¿por? —responde.

Nap asiente una sola vez y deja la conversación con mi hermano para volver a mirarme a mí. ¿Yo qué? Yo no soy el mecánico.

—¿Sigues siendo tan conservador como siempre?

—¿De qué demonios se trata esto...? —replico hacia el asunto que se está tornando un tanto tétrico.

—Eso responde mi pregunta —le dice a Jet—. Aléjate de ella, Saint.

Me quedo en silencio.
Él conoce a Ace. Napoleón también conoce a Ace, y es la segunda persona que me dice que me aleje de ella, pero, ¿por qué habría de hacerlo? Digo, no es como si fuéramos grandes amigos, pero estoy intento entender, o que me den una razón de por qué debería alejarme de ella, cortar relación antes de siquiera establecer alguna con esta chica. Y nadie me da una. ¿Por que me dicen eso?

—¿Y por qué me lo dicen solo a mí?

—¡Ah no! No es sólo a ti. Pero por alguna razón en este caso estoy seguro que tu hermano no es tan estúpido. —se acerca lentamente a mí, listo para seguir con sus palabras. Pero yo ya no lo veo a él.

Fijo mis ojos en Storm. En silencio, de pie casi al fondo del garage observando, diría que a nosotros pero no nos ve a nosotros, está petrificado sobre su lugar, pegado al piso con los ojos bien abiertos hacia un lugar inexistente.
Frunzo el ceño y ladeo un poco la cabeza hacia él.

—Mierda. —mascullo, cerrando los ojos.

No está viendo a un lugar inexistente. Está viendo algo. A alguien.

—Me alegra saber que sigues vivo, Nap.

La voz nos deja a todos en silencio. En especial a Napoleón que asoma la cabeza y mira sobre mi hombro a la persona de pie en la entrada del garage.

—Bogart —la saluda con su áspera voz y sin expresión de emoción como la que vi en Jet cuando la vio aquí el otro día—. Y yo que pensaba que mis problemas se habían acabado.

Escucho la sonrisa de Ace desplazarse en su rostro, la suela de sus zapatos emitiendo un sonido a cada paso que da hasta que llega junto a mí. Entonces Nap ya no se concentra en mí, sino en quien está a un lado mío.

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