SAINT
Hay un ligero movimiento que sacude el colchón de un lado a otro ocasionando que me mueva como gelatina. Al principio mi cerebro aún adormilado piensa que algún espasmo se está apoderando de mi pierna y es por eso que estoy temblando, así que suelto una pequeña patada para deshacerme del molesto movimiento, segundos después me doy cuenta de que no es ningún espasmo y ruedo los ojos dentro de mis párpados cerrados para comenzar mi mañana peleando. Gruño en voz baja y aviento una de mis almohadas hacia algún lugar del piso que rodea mi cama.
—Basta. —murmuro sin mover mi boca demasiado; sin embargo, el movimiento sigue apoderándose de mí y cada vez con más fuerza—. Storm, es sábado, no jodas. —digo, esta vez alzando más la voz.
Un "cállate" sale disparado en un balbuceo del otro lado de la habitación. Rápidamente abro los ojos al darme cuenta de la actual situación en la que nos encontramos, mi aún adormilado cerebro tarda unos segundos más en procesar la información hasta que un estruendo en el piso me hace despertar más rápido.
¿Temblor? Susurra la pequeña voz del Saint en mi cabeza.
—Temblor. —afirmo en un susurro que solamente yo puedo escuchar, mientras sigo sentado moviéndome involuntariamente sobre la cama.
Una figura salta en la oscuridad, desesperada y tropezándose con sus sábanas cae al suelo durante unos segundos hasta que vuelve a ponerse de pie y corre hacia mí.
—¡Temblor, Saint! —exclama mi hermano, alarmado ante la situación y una vez que llega a mí me jala del brazo para ponerme de pie.
Finalmente mi estúpido cerebro reacciona y me hace salir corriendo detrás de mi hermano que choca contra Robbie y Rex en el pasillo y sin prestarles atención sigue su camino a alta velocidad hasta que llega a las escaleras, observa a Tonya, desesperado y comienza a jalarla hacia abajo, pero el temblor se ha detenido y el suelo al fin ha dejado de moverse.
—Storm —lo llamo pero él sigue moviéndose bajando escalones desesperado—. ¡Storm! —le grito y está vez reacciona inmediatamente, me observa con los ojos turbios y el cabello alborotado—. Se ha detenido, ya cálmate.
No se calma. Sigue moviéndose y respirando agitado y vuelve a subir los tres escalones que ha bajado. Me fulmina con la mirada como si yo fuera el estúpido de Atlas que ha golpeado el globo con algo y ocasionado el temblor.
—¿Ven a lo que me refiero cuando digo que San Francisco es peligroso? —vocifera, caminando hacia un lado y luego regresando hacia su antigua posición—. ¡A la mierda la bahía!
—Tranquilo. —murmura Robbie, tallándose un ojo con el dorso de su mano.
—El suelo se movió —exclama mi hermano—. El suelo no puede moverse, se debe quedar quieto. —y comienza a dar golpes con el pie sobre el lugar en que se encuentra parado.
—Fue un pequeño temblor no fue nada. —intenta calmarlo Tonya, cuidadosamente acariciando su brazo para intentar consolarlo.
—Escuche un crash, Tonya —dice—, pensé que era el techo que se caía encima de mí.
Tonya intenta ocultar su sonrisa burlona y asiente mientras sigue intentando calmar a mi hermano que parece tener cinco años mientras respira agitado y aún asustado por el temblor.
—Vamos, te daré un vaso de leche. —propone ella, jalándolo cuidadosamente de nuevo hacia las escaleras.
Robbie me da una palmada en el hombro y comienza a caminar en dirección a su habitación con los ojos entrecerrados.
Hago lo mismo que ellos y camino por el pasillo con cuidado de no golpearme contra nada, la adrenalina ha disminuido y ahora mis pies pueden sentir el frío que emana de los azulejos del piso, causando que de ligeros saltos hasta que se acostumbran a la temperatura del suelo. Entro a la habitación para encontrarme nada fuera de lo normal, las sábanas de Storm están en echas una bola junto a su colchón al nivel del piso, algunos bolígrafos que estaban en su mesita de noche ahora están esparcidas junto a las sábanas, de ahí en fuera todo lo demás está normal; sin embargo, en cuanto volteo hacia mi lado de la habitación hay un desastre tomando lugar allí, tres almohadas en el piso blanco, tres pares de zapatos esparcidos en el lado derecho —el temblor no fue responsable de eso, Saint— y unos pantalones de chandal tirados en una esquina echos bola, pero lo que más llama mi atención es el vidrio roto junto a mi mesita de noche —ese fue el estruendo—, camino hasta él y me doy cuenta que la revista de Guns N Roses que estaba enmarcada y colgada en en mi pared, se ha caído y ha dejado un desastre peligroso ahí. Con cuidado muevo los vidrios hacia un lado y levanto la revista del piso para colocarla en la mesita de noche; sin embargo, hay algo más que llama mi atención, es un rectángulo blanco de tamaño mediano que yace junto a los vidrios y dentro de lo que quedó del cuadro. Vuelvo a agacharme para agarrar el papel y me doy cuenta que es una nota. Está en perfectas condiciones y escrito con tinta negra se lee:
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MotorSport
RomansAún recuerdo cuando la conocí. De pie con su camiseta holgada y pantalones rasgados, el ceño fruncido y debajo de él, dos ojos azules que me observaban confundidos. Había demasiadas cosas que Ace Bogart ocultaba; sin embargo, ninguna de ellas me im...