when the party's over

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ACE

Mi estado de ebriedad disminuyó considerablemente después de esa siesta de cuarenta minutos que tomé en el asiento trasero del Cutlass, siendo despertada agresivamente por Storm que tocaba el cristal de la ventanilla mientras gritaba «¡Tierra a la vista!» atrayendo a todos los demás a verme a través de la barrera como si yo fuera un animal de zoológico.

Una canción de Kanye West suena en los altavoces de una bocina en algún lugar del patio. Ya todos están derrotados y se han congregado todos alrededor de la pequeña mesita con pizza mientras cuentan historias del pasado, Jet ríe y le muestra videos de Jackson haciendo movimientos extraños al ritmo de Sandstorm de Darude mientras quien sea que grabó el video hace zoom en él. Sophia se carcajea y Storm la mira hipnotizado.

Él solía mirarte así. Dice Mini Ace, sin sarcasmo y ninguna pizca de superioridad.

—¿Por qué nunca me contaste nada? —le pregunta Storm a la rubia.

—Porque no me correspondía. Era cosa de Ace. —me señala discretamente.

—¡Bogart! —me llama Brooks trayéndome de nuevo al planeta tierra. Alzo la mirada hacia él, levantando ambas cejas para darle mi atención—. Cuenta algo sobre Jax o Garsiv. —me anima.

Los ojos de Jet me escrutan expectantes mientras rasca el gran lunar de su mejilla.

—No lo sé. —me encojo de hombros.

—¡Vamos, Ace! Tienes que recordar algo.

Y como vomito verbal las palabras salen de mi boca sin que yo pueda detenerlas:

—Solíamos tener sexo en el sofá del taller mientras Nap dormía su siesta.

—¡¿Qué?! —grita Sophia inclinándose en su silla para dedicarme una mirada con sus ojos bien abiertos.

—¡Ace! —se queja Jet con una mueca—. ¿Sabes cuantas veces he dormido allí?

Enarco una ceja.

—Duermes ahí ahora que está lleno de grasa.

—¡No sabía que en ese entonces estaba lleno de Garsiv!

Ruedo los ojos con fastidio y me cruzo de brazos. Es culpa de mi estúpida lengua que suelta las palabras sin pensarlo dos veces.
Hay demasiadas cosas que recuerdo de Garsiv, pero casi todas son historias sobre cómo él hacía una locura para hacerme reír como robarse flores de jardines para que los dueños terminaran siguiéndolo, pero esas son historias que son solo mías y que no quiero compartir con nadie porque exponer el lado romántico de Garsiv para que alguien más lo vea no es algo que quiera regalarle a los demás. Ese Garsiv era solo para mí.

—Una vez acompañé a Jax a una clínica gratuita porque alguien le pegó el sífilis. —anuncia Brooks con una sonrisa mirando hacia la nada.

—¡¿Jackson tenía sífilis?! —vuelve a gritar Sophia.

—Le quitó la novia a Preston Thompson y se lo pegó a la chica, y la chica se lo pegó a Jax. —explica Jet.

—¿Preston tenía sífilis? —pregunta Storm confundido.

El sonido de la puerta principal al abrirse nos hace girar nuestras cabezas hacia el individuo que se introduce a través de ella.
Saint aparece con el cabello despeinado y sosteniendo una botella de tequila a medias en su mano derecha y otra completa en la izquierda. Da un traspié y choca contra la mesa de bocadillos regalándole un ligero «lo siento» como si la mesa se hubiera quejado y camina hasta nosotros con una mirada de fastidio mientras refunfuña cosas ininteligibles.

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