¿Has tenido ese sentimiento satisfactorio cuando recién despiertas? Cuando una ráfaga de aire fresco te golpea el cuerpo y tienes esa sensación de que todo es posible en este mundo... ¿y también sabes de ese pequeño algo que te golpea a boca del estómago y te hace darte cuenta que eres un ser humano real con responsabilidades? ¿Si? Bueno, significa que ya eres casi un adulto.
Me quito las sabanas en las que estoy enredado y me levanto rápidamente antes de que mi voluntad para vivir este día se vaya al demonio. Paso junto a mi hermano que duerme plácidamente en el colchón en el piso y le doy una patada que lo hace despertar rápidamente hasta quedar sentado y mirando hacia todos lados con el miedo de que pueda ser un terremoto, o un Kaiju, a final de cuentas fue en 2017 que el primer Kaiju salió de las profundidades de las aguas infestadas de tiburones de San Francisco. Sigo mi camino al baño en donde me encuentro nada más y nada menos que con el rostro de un zombie, uno que usa la misma ropa de la noche anterior, tiene el cabello alborotado y se le nota a kilómetros que no está de humor ni para asesinar y volver zombies a otras personas.
—Ay dios. —farfullo para mí mismo. Tomo el cepillo puesto sobre el lavabo y lo paso con fuerza por mi cabeza para intentar hacer algo sobre ello; sin embargo en lugar de mejorarlo termino con todo mi cabello cepillado cayendo sobre mis ojos—. Qué lindo.
Volteo a ver hacia la ducha, después de nuevo a mi reflejo sobre el espejo que tiene un montón de post-its pegados alrededor con inscripciones como: ¡Cambia el aceite! ¡Paga el servicio de teléfono! ¡Lista para la despensa de la semana! Desde hace tiempo Storm y yo decidimos que debíamos ayudar un poco a Tonya y turnarnos cada semana para comprar los comestibles de la semana; una semana Papá 1, otra Papá 2, luego Storm, y después yo... y debo decirlo, FUE LA PEOR IDEA DEL MUNDO.
Niego con la cabeza. Hoy es mi día sin aseo.
Camino hasta el vestidor en donde observo con atención mi lado del armario, con un montón de cosas, colores, negros, blancos, de todo, las cajas de zapatos debajo que contienen quizá ningún zapato pues Storm me ha robado casi todos y los ha dejado regados alrededor de la casa, incluso en la casa del perro, si tuviéramos uno. Jalo una camisa con motocicletas dibujadas alrededor, de botones y manga corta, y me la pongo inmediatamente para después hacer una pequeña pasarela frente al espejo de cuerpo completo del vestidor, pero en cuanto levanto los brazos un olor misterioso surge de la axila de la prenda, y como el boyscout que fui entierro mi nariz allí.
—Oh, Dios mío... —exhalo para eliminar la bacteria apestosa de mi organismo—. Nop. —y me la quito inmediatamente.
Busco entre las camisetas graficas que están dobladas en una de las repisas y las coloco frente a mí y ninguna me convence. Pruebo de todo, desde la cosa más colorida del armario hasta un atuendo tan negro que solamente me faltaría el maquillaje negro alrededor de mis ojos... aunque a decir verdad con estas ojeras quizá no sea necesario. Después de tanto intentar decido probar un atuendo diferente a lo que estoy acostumbrado: el Judas del video de Lady Gaga. Simplemente me pongo la chaqueta de cuero negro sin camiseta debajo y hago la mejor pose que se me ocurre, pongo ambas manos sobre mi cintura desnuda y echo hacia atrás la chaqueta del torso.
Nop, no funciona, y estoy seguro que el disfraz de hot dog no va acorde al código de vestimenta de la universidad, o de ningún lugar que no sea una fiesta de Halloween a decir verdad.
Después de estar frente al espejo varios minutos termino poniéndome una camiseta blanca, shorts negros y chaqueta impermeable blanca con lo que simulan ser brochazos de pintura roja, enfundo mis pies en calcetines negros largos y me pongo los primeros Nike blancos que encuentro.
Saint DeWolf: Icono de la moda. Joan Rivers de San Francisco y toda la Bay Area.
¿Se saben ese mito de que cuando vives con tus padres nada te cuesta nada? ¿O que no tienes que ayudar en absolutamente nada? Bueno, bienvenido al mundo real en el que te conviertes en un hombre de veinte años que necesita cosas que ya no cree sea prudente sus padres le paguen, bienvenido al mundo en el que las deudas existen. ¡Es tan divertido! Y tienes que lidiar con ello, así que ponte a hacerlo.
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MotorSport
RomantikAún recuerdo cuando la conocí. De pie con su camiseta holgada y pantalones rasgados, el ceño fruncido y debajo de él, dos ojos azules que me observaban confundidos. Había demasiadas cosas que Ace Bogart ocultaba; sin embargo, ninguna de ellas me im...