The Run and Go

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ACE

Mouth ríe a carcajadas mientras recrea la escena que acabo de crear con mi puñado de arena y limpia la pequeña mesa deshaciéndose del líquido que las cervezas han desprendido. Unas chicas junto a nosotros me miran de arriba abajo y después ríen entre cuchicheos, las perras piensan que no me doy cuenta pero estoy al pendiente de sus acciones y cuando una de ellas vuelve a voltear hacia mí para juzgarme no puedo aguantar más. Le arrebato de las manos a Mouth una botella vacía de cerveza y la aviento hacia el suelo en donde estalla en pedazos cerca de los pies del grupo de chicas. Todas se exaltan y me dedican miradas inquisitivas.

—¿Qué no les han advertido que no se metan conmigo? —exclamo con fastidio.

Creo que para ahora ya todos sabrán que Satán no es un hombrecito rojo de cuernos sino Ace Bogart.

—Me debes esa botella. —señala el rubio entre risas.

—Lo siento. —resoplo—. Estoy harta.

—¿Y ahora de qué? —pregunta. Señalo alrededor con mi mano abierta y él rápidamente nota las miradas furtivas que me dedica más de alguno—. Ah, claro —sonríe asintiendo y abriendo unas cervezas para entregarlas a unos chicos que me miran de reojo—, bueno, Ace, a Macbeth tampoco lo querían en su reino.

Frunzo el ceño.

—A Macbeth lo alababan. —digo—. ¿Has leído Macbeth?

Asiente—: Sí, pero claramente tú no.

—Vi la película —admito—. Y honestamente no le puse mucha atención. —suelto un bufido que lo hace reír—. Como sea, todos aquí me ven como si fuera el mismísimo Lucifer y ellos los estúpidos ángeles se revolotean a mi alrededor después de que me expulsaron del cielo.

Frunce los labios y asiente algo dudoso.

—Bueno, te recuerdo que Lucifer era el ángel más bello. —levanta un dedo hacia mí—. Estoy seguro que todos los demás ángeles le tenían envidia y también le inventaban rumores. —me guiña un ojo.

Ruedo los ojos y no puedo evitar sonreír ante su comparación. Su rostro cambia inmediatamente, está concentrado en algo que solamente él sabe, su sonrisa se ha reemplazado por una mirada perdida. Agito una mano frente a sus ojos verdes y ausentes para atraer su atención pero él no hace nada más que levantar una palma hacia mí.

—Policía. —lo escucho susurrar mientras observa a un lugar inexistente.

—¿Qué? —lo miro sorprendida.

No responde. Sigue con los ojos clavados en la nada como si se concentrara en algo, levanta un dedo hacia mí para que me calle y con su mismo índice se apunta el oído y después hacia arriba; en ese momento lo escucho, las sirenas de las patrullas de la policia aumentan cada vez más. Mouth salta en su lugar y comienza a arrojar todas las cosas de su pequeña mesa hacia la hielera dentro de la cajuela de su coche.

—Corre, Ace, ¡ahora mismo! —grita exaltado.

Tardo un segundo en reaccionar a sus palabras. Todas las personas a nuestro alrededor comienzan a alterarse al ver cómo Mouth y otras cuantas personas se apresuran a huir. Dos coches estacionados cerca de la entrada salen disparados en cuestión de segundos lo que me hace actuar más rápido, intento moverme entre la multitud que se esparce corriendo de aquí allá, unos se suben a sus propios coches mientras que otros a coches de desconocidos y desde aquí logro vislumbrar todo lo que está sucediendo en donde están mis amigos acomodados; Jet se echa a Sophia al hombro y sale corriendo a toda velocidad hacia el Camaro de Storm en donde la mete rápidamente y sin perder el tiempo, Storm se desliza por la ventana cuál piloto de carreras y las luces del coche se encienden. Veo a Eli junto al Comet, buscando como loca a Saint que no se encuentra por ninguna parte cerca de ella.

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