FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.

CAPITULO 5

Paula María llamo a la puerta de presidencia.

PM: ¿Permiso?

L: Pasa Paula María ---dijo alcanzando a su propia voz con esfuerzo.

PM: Amiga ya todo esta confirmado. El almuerzo con Fernando Gaitan y la visita de las 18:00 horas con Rosy Ocampo. Me debes dar la enhorabuena porque me ha costado sangre que os atiendan hoy mismo. Ya sabes, os esperan a Don Fernando y a ti.

L: ¿Que? ---dijo asombrada y, tras un segundo, aterrada. Se había olvidado por completo---. ¿Ahora?... ¿Ahorita al mediodía?... ¿Con don Fernando?

PM: Si amiga ---afirmó dubitativa frunciendo el ceño---. Tal cual ordenastes, tal cual hice.

L: Ay no. No por Dios ---Colocó sus manos en su frente---. Y... ¿Don Fernando lo sabe?

PM: ¿Que pasa Lety?, ¿por qué lo dices?, ¿estas bien?, ¿estas indispuesta?

Leticia hizo todo lo posible por controlar sus emociones ante Paula María y, sobre todo, anteponerse a su orgullo. Si por ella fuese a Fernando no lo miraría a la cara hasta pasado mucho mucho tiempo, pero ahora, mas que nunca, la empresa era lo primero, tenía que saldar todas las deudas con Aldo.

L: No me hagas caso, todo esta muy bien Paula María , muchas gracias —Trago con dureza debía anteponerse a su enfado—. Ahora tienes que hacerme un favor , ve a la oficina de don Fernando y le comunicas la cita. Dile que la cita son con el cliente , él y yo. Que no podemos faltar bajo ningún concepto ni pretesto, que son muy importantes, y, sobretodo y lo mas importante, es que le digas a don Fernando que yo te ordené dichas citas esta mañana nada mas llegar, nada más salir del ascensor. ¿De acuerdo Paula María?...  Con lo que te diga corra a mi oficina y me informa...¿Confío en ti Paula María?

PM: Claro que sí amiga, aunque no entiendo la intriga, como si fuese una misión de alto riesgo jajaja.

L: Gasta cuidado. Creeme que puede serlo.

Para Leticia era lo peor que podía escuchar, ¡una cita junto a él!, oh, no. Desearia cualquier cosa, por más mala que fuese, menos lidiar con don Fernando en estos momentos. No quería verlo, ni escucharlo, ni siquiera de lejos, se sentía profundamente dolida por tantas ofensas y sarcasmos hacía ella.

Paula María llamo a la puerta de lo que fue vicepresidencia (pon, pon, pon). Sin entender el motivo exacto pero se sentía nerviosa .

P.M: ¿Se puede?

F: Pase Paula María.

P.M: Ehhh... , buenos días Don Fernando.

F: Si, buenos días ---Silencio---. Hablé Paula Maria, o solo vino a darme los buenos días.

P. M: No, claro que no. Lecicia. Leticia me manda a decir que tenéis un almuerzo a las 14:00 con Fernando Gaitan y una visita a las 18:00 en la oficina de Rosy Ocampo. Son muy importantes me ha costado mucho conseguirlas.

F: ¿Quienes?, ¡¿Omar y yo?! -—pregunto incrédulo mirando a su amigo—. ¿Leticia se ha enterado que Omar está aquí?

P.M: No, no. Las citas son para Leticia, usted y el cliente... Llevo llamando desde primera hora de la mañana porque Leticia me las encargó, nada mas llegar, nada más salió del ascensor.

F: Ahora ya entendiendo ---Su rostro fue asaltado por un rictus sardonico---. Claro, sí, sí. Pues dígale a nuestra presidenta...---<<Que se vaya con su queridisimo Aldo a las citas, y que me deje en paz>> pensó su insidiosa voz interior---. Que la espero a las 13:00 en el aparcamiento.

Fernando estaba confundido, serio, molesto; sin embargo, a los pocos instantes, un brillo  en sus ojos iluminó su rostro y sus labios se tornaron con simpatía.