FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.

CAPITULO 49

L: ¿A donde va con el cojín?

Fernando sonrió de oreja a oreja, y pensó: << tan inocente mi Lety >>.

F: ¿De verdad no lo sabe?, ¿no se lo imagina?

L: No, ¿debería de saberlo?

F: Mañana se lo digo, piénselo.... Es un cojín muy cómodo y me lo voy a llevar a mi recamara.

Su ingenuidad le hacia desearla aún con mas intensidad, deseaba perturbarla y enseñarle todo aquello que desconocía.

Fernando la acompañó a su habitación, le explicó como funcionaba el despertador y la lámpara de la mesita de noche.

F: Doña cualquier cosa me llama. No me importa que me despierte.

Los dos estaban de pie frente a la cama. Fernando dio un paso hacia ella, solo quería desearle las buenas noches con un beso en la mejilla, pero Lety retrocedió asustada. No quería ningún tipo de acercamiento por muy inocente que fuese, ella seguía excitada y a sus pies estaba la cama, todo era demasiado tentador y peligroso.

L: Que pase buena noche don Fernando.

F: Buenas noches doña Lety.

Fernando salió de la habitación pero antes dejó caer al suelo el cojín que llevaba en la mano.

Leticia se puso su pijama de Moty y se introdujo entre sus sábanas de seda, era la cama mas cómoda en la que jamas había estado y además tenía su olor. Quedó profundamente dormida. Al cabo de unas horas inmersa en sus sueños, un pensamiento asalto su mente y la despertó - «El cojín escondía su excitación. ¡Seré tonta! Siempre quedo ante él como una idiota», después de la angustiosa revelación de su subconsciente siguió profundamente dormida.

Al cabo de unas horas  el timbre de la puerta la despertó. Abrió los ojos y le costó unos segundos asimilar su realidad. Pero de momento volvió en sí y se imaginó lo peor : «¡Ay Dios, pueden ser los agentes!». Corrió hacia la puerta y al mirar por la mirilla pudo confirmarlo: tres personas enchaquetadas con carpetas en sus manos con gafetes ilegibles desde la lente.  Asustada corrió hacia la habitación de Fernando y golpeó de forma interrumpida la puerta pero al ver que no contestaba entró y lo llamó con voz alta. 

L: ¡Don Fernando! ¡Don Fernando despierte! ─exclamaba pero no despertaba. 

Continuó llamándolo aún mas alto  a la vez que le propiciaba tortacitos en el hombro,  pero tampoco funcionaba. Le tiró de los brazos,  pellizcó sus mejillas, le zangarreó de  los hombros, parecía un muerto, no había forma que reaccionase. Leticia cada vez mas angustiada al no dejar de escuchar el timbre volvió a su habitación llenó de agua el vaso de los cepillos de dientes y se lo arrojó en la cara.

F: ¡Lety!  Pero... ¿Qué hace?

L: ¡Despiértese don Fernando! ─dijo en un grito desolado. 

 F: Pero... ─Comenzó a secarse con las sabanas la cara y a desvestirse de parte de arriba lo había mojado─. ¡Esta loca!... es que ¿así va a ser su manera de despertarme?

L: Don Fernando por Dios en la puerta están los agentes de los asuntos sociales. Apresúrese tenemos que hacer la cama. No pueden ver que hemos dormido separados. ¡Corra! ¡Corra!

El timbre no dejaba de sonar, el corazón de Lety iba a estallar de un momento a otro. Entre los dos hicieron la cama, y se dirigieron a la puerta.

F: ¡No Doña! Usted vaya y se cambia ese pijama tan... ─Mientras la miraba de arriba abajo─, tan ¿infantil? Póngase el camisón del armario y se mete en la cama. Ahora hago como que la despierto y  se pone la bata y los atiende conmigo. ¿De acuerdo?