CAPITULO 52

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Leticia desorientada y nerviosa abrió los ojos, nunca se había levantado con la música tan alta, pero con rapidez la canción logró su cometido, la contagió de energía y optimismo y al pararse en la letra aun la cautivo más ¿sería un mensaje para ella?, y pensó: «ojalá nunca se de por vendido».

Se levantó feliz y buscó su vestido para el día de hoy en el armario de Fernando, eligió uno azul con un escote de pico que nacía al cruzar la tela y abrocharse en un lateral de la cintura con un aro de madera. La tela era fina y quedaba pegada al cuerpo hasta las rodillas. Con el vestido y la ropa interior en la mano entró al cuarto de baño para ducharse.  Dejó caer su ropa en el lavabo y empezó a desvestirse. Se había desabrochado todos los botones de la chaqueta de su pijama, cuando en ese preciso momento escuchó deslizarse las puertas de la mampara de la ducha.  Acongojada,  con el corazón encogido y un suspiro ahogado de puro vértigo, miró hacia atrás con miedo  y,  para su sorpresa,  se encontró a Fernando dentro de la ducha mojado de la cabeza a los pies y completamente desnudo frente a ella. Sus ojos como platos perdieron todo el control neuronal de su cerebro, y sin mesura se deslizaron a sus anchas por todo su cuerpo desde los pies hasta las rodillas, de las rodillas hasta su ''mando a distancia'', de su ''mando'' hasta su pecho, para volver al ''mando'' y no moverse de allí hasta que Fernando la despertó de su estado de embobamiento profundo.

F: ¡Lety!, ¡Lety! Deje de mirarme.  Córtese un poco ¿no le parece? ─Fernando tenía dibujada una sonrisa que no le cabía en la cara y en ningún momento hizo el amago de cubrirse. 

Un color rojo vivo, candente e incandescente conquistaron las mejillas de Leticia  al instante.  

F: ¡Por Dios mujer disimule un poco! ─exclamó con tono divertido sosteniendo sus labios para no romper en una carcajada. Fernando exageraba la situación para que ella lo pasara mal y se avergonzase, le encantaba verla ruborizada, con sus mejillas encendidas, para él era divertidísimo y, a su vez, esa aptitud tan pudorosa se le antojaba irresistible.

L: Perdón, perdón. ¡Ay no!, que vergüenza. ¡Ay no! perdón, perdón ─Leticia se volvió de espalda y se tapó los ojos con las dos manos y enfadada dijo─ ¡¿Pero don Fernando que hace acá?!  ¡¿Qué hace en mi baño?!  

F: ¿Su baño? Perdóneme, pero éste también es mi baño.  Aquí tengo todas mis cosas ¿es qué a caso no escuchó el agua correr? Por favor si ha sido usted quien ha entrado sin llamar. Ahora páseme la toalla que está justo delante de usted. Claro, siempre que quiera que me cubra, porque después de su allanamiento ya no estoy tan seguro.

Leticia estaba de espaldas a él , no dejaba de taparse los ojos y a tientas cogió la toalla, y se la acercó estirando el brazo hacia atrás.

L: Tomé. ¡Cójala!  Tápese rápido y márchese por favor. Y por supuesto que no he escuchado el agua, ¿cómo cree? Con la música no he escuchado nada de nada. No se imagine lo que no es.

F: Bueno, y ahora, ¿para que se tapa los ojos?  Si ya lo ha visto todo. ¡Me ha analizado enterito picarona! ─dijo risueño y seductor. 

L: Ya, ya...Ya se ha divertido suficiente...Por favor ahora ya deje las bromas, ¿si?

F: ¡Ya! ¡Tranquila! Ya estoy tapado. Puede abrir los ojos.

Leticia se volvió hacia él y abrió los ojos. Fernando estaba irresistible, su pelo mojado, su rostro brillante, su torso desnudo y su cintura abrazada por una toalla blanca hasta sus rodillas. Se trabaja del hombre más perfecto dibujado por el mayor artista, casi no era real,  se veía guapísimo. Sin embargo, notaba que algo le estaba ocurriendo, estaba como ¿incomodo?, ¿tenso?, ¿nervioso? ¿lo habría intimidado tanto al mirarlo con tanto descaro?

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora