CAPITULO 26

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Leticia y Aldo llegaron al ''Santuario'', una discoteca  para beber y bailar, parecida a los antros donde Fernando llevaba a Lety en sus juegos de seducción. Había mucha gente en la puerta, era viernes y la hora punta para salir de fiesta. Una vez dentro con la música, el bullicio y la poca luz Leticia no lograba ver nada , ni a nadie. Pasados unos minutos, decidieron sentarse en la barra. Aldo sabía que su único objetivo era encontrar a Fernando por consiguiente la barra era el lugar indicado para ver mejor. Pero con tanta gente sería imposible de distinguirlo.

L: Aldo, que pena contigo. ¿Te importa si doy una vuelta? Por favor espérame aquí, ¿si?

A: Como quieras, pero si tardas salgo a buscarte. Vaya que alguien se esté metiendo contigo. ¿De acuerdo?

Leticia a duras penas lograba hacerse hueco entre la gente, miró en la pista de baile, miró en la cola de los servicios, miró en la cabina de música y no había huella de él. Hasta que de pronto le pareció ver a un hombre muy parecido a Fernando en unos sofás que estaban reservados como zona privada. Ese hombre que estaba de perfil tenía un gran parecido,  pero era imposible porque en sus rodillas estaba sentada una mujer preciosa, delgada, rubia y enfundada en un mini vestido, tan entallado como una media a la piel. Leticia no podía retirar su vista porque había que reconocer que era muy, muy similar , pero cada vez más imposible ya que la mujer sentada en sus rodillas ahora estaba colgada a su cuello, mordisqueándole una oreja. Y ahora , justo en ese momento, aun más, pero mucho más improbable porque se estaban besando en la boca.

Fue en ese instante cuando se dio cuenta que lo imposible era posible, lo improbable probable, y lo increíble creíble. No podía creer lo que sus ojos le revelaban. ¡Omar Carvajal estaba a su lado! Ese hombre era él. Él hombre tan parecido y tan imposible era ni más ni menos que Fernando Mendiola con una mujer en sus rodillas, colgada a su cuello y besando su boca. Leticia no sabía si gritar, llorar, o explosionar el pub. En ese momento Fernando giró la mirada y como si un foco la estuviese alumbrando la miró a los ojos y la reconoció al segundo. A dos metros tras ella estaba Aldo que se había percatado de todo lo ocurrido, y a modo de consuelo se acercó a Leticia y la cogió de los hombros.

A: No te merece Lety. Déjalo en paz. Marchémonos.

Fernando alzó a la mujer de sus rodillas, se levantó del sillón , la agarró de la mano y se fue directo a Leticia y Aldo.

F: Hola Doña Leticia. ¿Cómo está usted? Que gusto veros juntitos los dos. Que bueno poderos presentar a Linda, mi amiga.

Leticia no podía creerse lo que estaba sucediendo, ¿sería otro sueño?, mas bien,¿otra pesadilla? ¿Como Fernando después de haberla besado y acariciado justo la noche anterior se atrevía a presentarle a una desconocida a la que le había dedicado dios sabe cuantos magreos, y la había besado frente a ella?

R: Ferni cariño. Linda no me llamo. Me llamo Rebeca.

F: Eso, eso quise decir, que, que linda está Rebeca , ¿verdad?. Mirarla bien. Date media vuelta preciosa.

Leticia no podía articular palabra, se sentía profundamente humillada, desvalorizada, burlada. En un segundo Fernando volvió a sepultar su dignidad, su estima, su respeto. Se sentía como si nunca hubiese existido , como si fuese invisible al mundo. En su vida desgraciadamente se había sentido así muchas veces , pero perjuro hace ya mucho tiempo que no iba a permitir que nadie la pisoteara. El dolor al ver la traición tan de frente hizo resurgir esas heridas tan profundas y sangrientas que estaban dentro de su piel escondidas. Tomo aire, y se dirigió a Fernando y apretando el puño y alzando el brazo le dijo.

L: No se vuelva acercar a mí.  Ni se atreva tocarme un pelo. ¡En toda su vida! ¿Entendió? ─ exclamó con ojos de fuego  y apretando los dientes. 

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora