CAPITULO 24

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Leticia estaba excitada y  creía aun seguir soñando, le costaba contener la respiración, y la compostura... ¿Si él supiese que hace un segundo se estaban devorando el uno al otro?

L: Perdóneme don Fernando.  Estoy, estoy muy desorientada. He dormido demasiado profundo, y parezco estar en otro mundo. ¿Es de día? ¿Ha llegado la hora de irse?

F: Si doña Leticia y como sabes tenemos que estar dos horas antes en el aeropuerto.

L: mente: <<¿Doña?, ¿Me acaba de llamar Doña? No ha dejado un resquicio de mí piel sin explorar, y ¿me llama Doña? Definitivamente me estoy volviendo loca.  No sé que es real y que ha sido un sueño>>

Con esfuerzo recordó que se despidieron en la puerta tras un beso hermoso y que le acarició los pechos, y que él mismo no quiso ir a más. Leticia se sentía orgullosa de su comportamiento hacia con ella. Y con el pleno convencimiento que no se había equivocado al aceptar viajar juntos. A continuación,  fueron a desayunar y Leticia, hablaba y hablaba sin parar.

L: Nos hemos llevado un contrato cerrado y firmado, ¿no es maravilloso? Hemos hecho lo correcto en venir. Hubiésemos desperdiciado una buena oportunidad. Y todo gracias a usted. Le estoy muy agradecida por su aptitud,  por como ha sabido conducir la situación a nivel profesional y a nivel, ya sabe, personal.  Ha sido divino de verdad.

A ella le brotaba en su piel la gran felicidad que le provocaba sentirse cómplices y tan cercanos. Muy al contrario de como se sentía Fernando que apenas hablaba, y solo se limitaba a asentir todo lo que ella decía. Leticia no tardó en escamarse, ¿qué le podía ocurrir?

L: Don Fernando, ¿se siente bien? Está muy callado.

F: Estoy cansado y resacoso. Me duele la cabeza.  Solo es eso.

Después de la noche tan cariñosa que pasaron juntos y ese hermoso beso de despedida , no entendía lo que le estaba pasando. Parecían dos desconocidos. La espera del avión y el viaje transcurrió en la misma línea , con la excepción que en el avión Fernando la cogió de la mano, y ella se volvió a echar en su hombro y apretó su brazo, pero él quedó inmóvil, no fue capaz de agarrarla o de besarle el cabello como hizo en la ida. En forma de consuelo Leticia pensó que quizás así seria más fácil ingresar a su vida real, y mantener su promesa a sí misma.

Fernando la llevo a su casa.

L: Gracias don Fernando, muchas gracias por todo, el lunes nos vemos en CONCEPTOS.

F: Hasta el lunes doña Lety.

Leticia no podía bajar del coche con el malestar que le provocaba verlo tan distante y no saber el porqué. Lo había visto muchísimas veces resacoso y, por ende, sabía de sobra que ese no era el motivo.

L: Don Fernando , ¿a usted le ocurre algo? ¿Se arrepiente de lo que paso anoche? ¿Acaso piensa que me sobrepase con usted?

F: Noo, ¿cómo cree? No, claro que no. Usted no hizo nada. No sé lo que está pensando.

L: Yo lo besé Don Fernando y quizás no debí.

F: Noo Lety, fuimos los dos, y fue lindo. Pero yo siento que, que todo esto es una farsa, y lo siento mucho, pero, pero ya me cansé de formar parte de ella.

L: No diga eso. Para mí no es una farsa.

F: Lo que usted diga. No voy a discutirle. Que pase un buen fin de semana Lety.

L: Le deseo lo mismo don Fernando.

Leticia entró en su casa , después de saludar y besuquear a sus papas, subió a su habitación y cogió su diario:

''Ha sido una noche inolvidable, he vuelto a sentir que Fernando y yo éramos una única persona. No mintió. Me trató como una reina y yo caí a sus pies. Le hubiese dado mi corazón, mi alma  y todo mi cuerpo. No olvidaré la ternura con la que nos tratamos, con la que nos mirábamos, con la que nos sentimos. Ese beso confirmó todo el amor que nos tenemos, y las caricias demostraron la pasión de nuestros cuerpos. Pero ahora,  toda la felicidad que brillaba por nuestra presencia, hoy desgarra nuestro corazón por la ausencia,  quedando la desolación por no estar juntos.  Sabíamos que esto iba a ocurrir, que nuestra felicidad caería empicada a nuestra llegada. ¿Pero tanto como un farsa? No es una farsa. Lo que sentimos es real. O por lo menos lo que yo siento. ''

Era la hora de almorzar y Fernando no quería llegar a su casa. Esas cuatro paredes frías solo le recordaban su soledad. La angustia de amar y el convencimiento de no ser correspondido le despellejaban el alma.  El rincón del corazón de Leticia fuera de sus horas laborables tenían otros dueños. Ella siempre lo echaba de su lado condenándolo al frío desamparo de su ausencia. Él no era importante. Tan solo lo buscaba doña Leticia Padilla Solis presidenta de CONCEPTOS, mientras que la adorable Lety, inocente y cariñosa que se adentra en su ser,  lo sancionaba al más profundo destierro. Fernando se sentía nuevamente traicionado, no le quedaba la menor duda que ella quería estar con una persona como Aldo, y no como él, y que no perdía las esperanzas con Domenzaín y, peor aun, que había algo entre ellos dos mucho más profundo de lo que quería reconocer . Se sentía engañado y ya no lo iba a permitir más. Como diera lugar Fernando iba a arrancar a Leticia de su corazón.  

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora