FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.

CAPITULO 43

Lo mas importante y difícil estaba hecho, Leticia y Fernando estaban casados. Los siguientes pasos eran esperar del juzgado el certificado de su matrimonio, ir a los bancos para comparar las condiciones e intereses, y preparar toda la documentación fiscal para solicitar el préstamo.

Leticia llevaba varios días sin hablar con Aldo, estaba preocupada , pero aun así no quería llamarlo, sabía que cuando hablara con él sería para decirle que no podían seguir juntos. Por lo cual,  prefería que el tiempo hablase por si solo, y que facilitara las cosas llegado el momento. No obstante, decidió llamar a Fausto para preguntarle si Aldo se encontraba bien.

L: Buenos días don Fausto, soy Leticia. Le llamaba porque llevo unos días sin hablar con Aldo, no sé si le habrá contado pero estamos un poco distanciados, pero no quita que me preocupe por él. Le llamaba simplemente por si me puede decir si se encuentra bien.

F: Buenos días Leticia, ¿cómo está? Aldo ahora mismo está en Acapulco. Necesitaba pensar. Pero no te preocupes él esta bien. No creo que tarde mucho en regresar.

La semana trascurrió muy rápida, CONCEPTOS estaba ocupada preparando los comerciales del restaurante de la ''Hacienda casa Blanca'', además salieron dos contratos nuevos de los clientes visitados por Omar, Marcela y Fernando. Las mañanas volaban por el simple hecho de estar visitando a los diferentes bancos y reuniéndose con los gerentes, eso les ocupaba casi toda mañana. Desde el miércoles ya tenían el certificado del juzgado de su matrimonio, ahora quedaba decidirse por la entidad mas conveniente, y preparar toda la documentación solicitada.

La tarde del viernes llegó, Leticia estaba más tranquila porque entre ellos dos todo seguía igual que siempre. A Fernando le entristecía no poder estar con Leticia, pero aun más, que fuera su esposa, y no poder disfrutar de ella.

Llegó la hora de irse, y Fernando entró a presidencia para despedirse.

F: ¿Se puede?

L: Pase don Fernando, ¿ya se va?

F: Si doña, solo pasaba para despedirme de usted, que pase un buen fin de semana. Nos vemos el Lunes. Cuídese mucho ─dijo gélido. 

 Llevaban cinco días casados y eso no había cambiado nada entre ellos, un apretón de manos y un beso fugaz robado, había sido el único acercamiento con su esposa y,  ahora,  le esperaba todo un fin de semana solo, o con Omar, que no sabia que era peor, pero al fin al cabo solo.

L: ¿Don Fernando? ¿Que le ocurre? ¿Acaso no está contento? Vamos a lograrlo. Estamos a un paso de conseguirlo.

A Leticia también le hacia sufrir el pensar que quien tenía al frente era, nada más y nada menos,  que su esposo, y su desconfianza no le permitía estar con él. El miedo a sufrir se lo impedía. Era como  tocarle la lotería, y no poderse gastar el dinero, un asqueroso suplicio.

F: Claro que sí doña, es solo cansancio, no se preocupe por mí. ─Forzó una sonrisa y forzó unas palabras─.  Pero no olvide que debe portarse juiciosa durante el fin de semana. Recuerde que es una mujer comprometida ante la ley , que debe guardarme fidelidad.

El suspiro contenido de ella al verlo frío fue expulsado y en su lugar una sonrisa conquistó su pecho. 

l.: Por Dios Fernando ¿cómo se le ocurre? Yo sería incapaz de engañar a mi maridito... jijijijiji. Además, yo no soy así. Con todos mis respetos cada uno puede hacer lo que quiera con su cuerpo, y me parece igual de digno las mujeres que no tienen perjuicios y disfrutan de el.  Pero yo no soy así y usted lo sabe, ¿verdad?

F: ¿Y Aldo?

L: Bien. Debe de estar bien. 

F: No le pregunté como está, no me refería a eso. ─Negó su rostro y su rabia al pensar en ese tipo aumentó unos grados calentando su sangre─.  Por Dios Leticia el bienestar de ese tipo me trae sin cuidado, por mí que lo arrastre una ola y lo viole una morsa y desaparezca de la faz de la tierra. Me refiero a...─Tragó con dureza─.  ¿No lo va a ver?