CAPITULO 31

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Fernando salió de presidencia, se sentía aun mas avergonzado al comprender como se sintió Leticia en la noche del viernes . Pero, por lo menos,  había logrado decirle todo lo que llevaba por dentro, ahora quedaba demostrárselo, y tragar saliva para aguantar ver a su Leticia con el cursi de Aldo.

L: Paula María necesito que me convoques una junta con doña Marcia, don Omar y don Fernando. Es para ahorita . Cuando esten todos en la sala de Juntas me avisas. Graciaaas

P.M: Claro amiga. Yo les aviso ahora.

Leticia entró a su oficina y llamó a Aldo.

Al: Buenos días princesa, que bueno que me llamas. ¿Qué necesitas?

L: Hola Aldo, ¿por dónde andas? Acabo de convocar una Junta y solo te llamaba para avisarte. Si estas cerca y puedes venir me gustaría que asistieras.

Al: No puedo, estoy en el restaurante creando unas recetas para los menús de la semana, pero luego te llamo para almorzar juntos , ¿te parece?

L: Claro, luego hablamos. ¡Chaoo!

P.M: Amiga ya están todos en la Sala. ─Le avisó asomándose por el umbral de la puerta. 

Leticia nerviosa empujó  la puerta de entrada de la Sala de Juntas. Necesitó tomar aire para volver a ver a Fernando y para poder hablar con  ellos.  Al estar enemistada con él, al no querer contar con su apego,  afloraba en su ser toda su inseguridad. Recordaba que ella entre ellos no era nadie. No la respetaban. No la querían. Había sido objeto de burla constante de Omar y de Marcia, y ahora solo era presidenta por  una imposición de Humberto. Marcia, Omar y Fernando  eran de  un mundo del cual ella nunca pertenecería, solo era una forastera de paso. No podía evitar verse diferente,  e inferior, se reconocía como una mujer humilde, sencilla, patosa y hortera,  mientras que ellos son refinados, artificiales, y sumamente elegantes. Como el agua y el aceite, por mucho que lo agites lograrías mezclarlos.    

 Anteponiéndose a su vulnerabilidad entró y vio a Fernando en el silla que estaba a su lado, sentada en medio a  Marcia, y después a Omar.

L: Buenos días.

Leticia se sentó en su silla y quedó demasiado pegada a Fernando, por lo visto había acercado la silla a conciencia y sus codos rozaban. Tuvo que desplazarse un poco hacia al otro lado para evitar tocarlo.

L: Os he reunido aquí para informaros de los proyectos para este mes. Por ahora solo contamos con un contrato de varios comerciales para la cadena de restaurantes ''El caserio San Benito'' para el Sr Montesinos. La semana pasada estuvimos visitando a los restauranteros mas destacados de nuestra ciudad pero hasta ahora no nos han confirmado nada. Por consiguiente tenemos que seguir visitando a nuevos clientes, y me gustaría que fuésemos nosotros tres los que nos encarguemos. Pienso que yendo dos de nosotros a cada cita será suficiente. Le pediré a Paula María que siga concertándolas para todos los días de la semana, a partir de las seis de la tarde. Entre todos debemos compartir el trabajo. Yo puedo ir dos días a la semana Martes y Jueves por ejemplo, a mi me acompañará Aldo. Ahora necesito de vuestra colaboración para los tres días restantes, os lo podéis repartir como queráis. En el momento que lo determinéis necesito saberlo. Comuníquenselo a Paula María. Ahora yo me retiro y os dejo a solos para que os pongáis de acuerdo. Con permiso.

Leticia le encargó el cometido a Paula María y,  a continuación,  se fue a su oficina. A los diez minutos pegaron a la puerta.

L: ¡Pase!

F: Hola doña Lety, me gustaría decirle que no tiene porqué ir a las citas con Aldo, tengo entendido que él trabaja en un restaurante y debe de estar muy ocupado. Yo puedo acompañarle también a usted.

L: No don Fernando, no es necesario. Sé que Aldo me acompañará sin problemas. Señor Fernando tenemos que aceptar que las cosas entre usted y yo han cambiado. Además, nos hemos demostrado que no sabemos separar lo personal y de lo profesional. Por consiguiente no hay de otra que distanciarnos, no podemos trabajar tan juntos. Y ya puesta a darle razones sé que a Aldo no le gustaría , él mejor que nadie conoce nuestra historia y sabe lo que sient.., sentía por usted.

F: Como usted quiera, no voy a forzarla ni a intentar convencerla, no se preocupe solo quiero que esté tranquila. Le informo que hoy vamos Omar y yo. Cuando termine la cita la llamo y le cuento como ha ido todo. Con Permiso.

Fernando estaba saliendo por la puerta, cuando Leticia no alcanzo a terminar la frase

L: No es nece...sario.


Pasaron varias semanas. Entre los cuatro estuvieron visitando a nuevos clientes , todos parecían interesarles pero a la hora de la verdad ninguno llamaba para confirmar la realización de los comerciales.

La relación de Fernando y Leticia cada día era mas natural y distendida. Fernando era el primero en llegar a CONCEPTOS y también el último en irse, y los días que visitaba a clientes fuese con Omar o Marcia llamaba a Leticia desde su casa para reportarle todos los detalles y asimismo le dejaba ver que no se entrenía con ellos, ni tampoco se iba de fiesta.

Aldo y Leticia llevaban una relación sosegada y serena. A Leticia le trasmitía mucha seguridad, y tranquilidad a su vida, lo cual valoraba muchísimo en estos momentos. Ella hasta ahora había evitado por todos los medios situaciones y lugares en los que pudieran estar solos, siempre intentaba que salieran con más personas (Tomas, sus papas, Fausto, Carolina, ect..), o ir a sitios públicos. Ante todo no quería ofender a Aldo no correspondiéndole a sus deseos de intimidad, ya que sentía como él cada vez acumulaba mas ganas de ella y se reprochaba a sí misma el no poderlas aun hacerlas realidad. No obstante le encantaba hablar con él , escucharlo , pasear agarrados de la mano, bajo su brazo, e incluso abrazarlo y acariciarlo con cariño. Leticia era incapaz de definir la naturaleza de su relación, era un amor fraternal basado en la confianza y el respeto. Reconocía que no sentía el fuego del enamoramiento, pero tampoco perdía la esperanza de sentirlo algún día.

Mientras tanto Leticia no quiso decirle a nadie en CONCEPTOS de su relación con Aldo, no quería chismes al respecto, ni tampoco quería manifestar muestras de cariño delante de Fernando. Lo seguía amando, y nunca podría hacerle daño con eso, ella misma había sentido en su piel lo que dolía ver a su amado en manos de otra persona. Aldo justo eso era lo que peor llevaba, en su interior le dolía con dureza, ya que se daba cuenta que Leticia seguía pensando en Fernando.       

FANFIC: BÉSAME EN LA BOCA CON TU LÁGRIMA DE RISA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora