Capítulo 21

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--Abril, por favor no me hagas esto, yo te necesito y sé que tú a mí también, lo que he vivido contigo ha sido mágico, diferente y me gusta mucho sentir lo que siento por ti, te quiero, sé que los hechos a veces dicen más que las palabras pero solo te pido que me des otra oportunidad, yo confío en que lo podemos lograr. –Sus palabras me conmueven.

- Tu no confías en mí y no sé qué creer.

-Déjame yo te ayudo. –me dice y me besa nuevamente, esta vez le respondo y nuestros labios de succionan con ansias, nuestras lenguas danzan a un ritmo enloquecedor, me toma por el cuello y profundiza más el beso, esto era lo que necesitaba para sentirme mejor, a pesar de todo quiero a este hombre como nunca he querido a nadie no lo puedo negar, me estremezco y se pega más a mí, me mordisquea el labio inferior y me mira, tiene los ojos oscuros y llenos de amor y deseo por mí, retoma el beso y yo cierro los ojos olvidándome de todo, solo pienso y vivo este momento, nuestro momento, se inclina un poco y suavemente me va recostando en la cama, tengo medio cuerpo suyo sobre mí, acaricio su espalda y el me deja un beso húmedo en el cuello y me mordisquea la barbilla.

Sus caricias no las cambiaría por nada, el ambiente empieza a calentarse un poco, nuestras respiraciones se aceleran y Thiago me besa con más fuerza y más pasión, mete una de sus manos por debajo del edredón y acaricia mi muslo, mi cuerpo se eriza, su mano va subiendo hasta la cadera, la cintura, llega a las costillas y me atrae hacia él.

Escuchamos la voz de mi mamá cerca e inmediatamente recuperamos la postura, me mira y me sonrojo, por todos los cielos, hasta dónde puede llegar un inocente beso de Thiago, se me había olvidado donde estábamos. Nos quedamos en silencio unos segundos, pero no entra nadie, al parecer solo pasaba, eso estuvo muy cerca.

-Ven, te necesito conmigo, vamos a mi apartamento. –me dice, intenta besarme de nuevo, pero me alejo.

-No creo que sea buena idea Santhiago, yo necesito tiempo. –pero que me pasa, deseaba que me buscara, que estuviera aquí conmigo y ahora necesito tiempo, no me entiendo, a veces ni yo misma pueda con mi orgullo, pero tampoco puedo salir corriendo tras él, no señor. Él se revuelve un poco el cabello, parece desesperado, se levanta de la cama, mete las manos en los bolsillos de los vaqueros y me mira serio.

-Está bien, será como tú quieras, lo que menos deseo es presionarte, necesito que cuando vuelvas a mi lado estés convencida de que eso es lo que quieres. Por ahora creo que es mejor que me vaya. –se acerca y me da un beso en la frente, suspira y se va.

Yo me quedo ahí pensando en todo, esto se me ha vuelto un sube y baja, un día sí, otro no y así. Mi mama llega en tiempo record con una cara de chisme que le queda imposible disimular.

-Cuéntame, ¿se arreglaron las cosas? –¿cómo así que se arreglaron las cosas, que tanto sabe esta mujer? esa pregunta me toma por sorpresa.

- ¿Cómo así mamá? ¿tú qué sabes?

-Ay hija, pues él me dijo que era tu novio y necesitaba hablar contigo porque no le respondías sus llamadas. Tuve que decir una mentira piadosa porque si no tal vez no lo recibirías. –Pero Thiago como se le ocurre decirle eso a mi mamá, va por el mundo diciendo que soy su novia.

-Ah o sea que viene cualquiera y dice que es mi novio y tú me lo vas metiendo a la habitación. –Estoy asombrada.

-No señorita, no todos los días viene un hombre con ese porte y esa presentación a decirme que es tu novio, por favor, es el dueño de la constructora Jones S.A ¿te parece poco? –abro los ojos de par en par-. Si, lo sé porque aparece en muchas revistas y sabes que en mi local las tengo todas. –hasta mi mamá sabe quién es él y yo neutra, que decepción conmigo.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora