Capítulo 33

9K 514 30
                                    

Thiago

Abril se encuentra en un estado lamentable, no entiendo cómo su amiguito ha permitido que consuma alcohol de tal manera, ¿y así pretendía que la dejara ir con él? son unos irresponsables. La llevo casi arrastras, sosteniéndola por la cintura y con su brazo en mi cuello. Apenas y logra mantener los ojos abiertos, su cabello está hecho un desastre y yo estoy muy enojado con ella por esto ¿cómo no pensó que podía ponerse así?

No me quiero ni imaginar cómo va a despertar mañana. Gracias a todos los santos los fotógrafos ya se fueron porque sería noticia esta situación; solo quedan algunos conocidos que obviamente me miran extrañados, he llegado con una chica y ahora salgo con otra y en esas condiciones. No me queda más que sonreír.

-Dante, ey, rápido, abre la puerta. -le llamo la atención porque se ha distraído hablando muy amenamente con una dama y no me ha visto salir. Corre y hace lo que le ordeno, se sorprende un poco al descubrir que la mujer que llevo a mi lado es Abril, pues antes me había preguntado una que otra vez por ella y le pedí, más bien, le ordené no tocar el tema y ahora verla así no me deja muy bien parado.

Ayudo a Abril a entrar al coche y yo me subo enseguida, una vez Dante cierra la puerta suspiro un poco aliviado. Por fin. La miro ahí a mi lado tan indefensa y me da ternura, tiene la cabeza recostada en él respaldo de la silla, las manos le caen a ambos lados del cuerpo y tiene los ojos cerrados, no dice nada pero sé que no está dormida así que no me atrevo a abrazarla, no sé cómo vaya a reaccionar teniendo en cuenta que no quería ni siquiera venir conmigo. No sé cómo esta nuestra situación sentimental ahora, pero yo sólo quise protegerla, a pesar de todo no me puedo resistir a tenerla cerca de mí.

Doy órdenes a Dante para que nos lleve a mí apartamento.

- ¿Abril? -me giro un poco para quedar frente a ella, la luz del coche está encendida así que la puedo ver perfectamente, esta hermosa como siempre la recuerdo, se ha maquillado un poco, pero en el fondo sigue siendo ella con su naturalidad. Su peinado, si así puede llamársele, se ha echado a perder, lástima. - ¿Abby?

- ¿Mmm? -es lo único que responde.

-Mírame, cariño ¿cómo te sientes? -ella gira la cabeza hacia mí y perezosamente abre los ojos, su mirada se encuentra con la mía y me convenzo de que esos ojos son los que quiero ver el resto de mi vida, tiene las pupilas dilatadas y las pestañas húmedas por el llanto de antes. Se me encoge el corazón verla así vulnerable, débil. Se humedece los labios y me habla sin dejar de mirarme.

-Me siento muy mareada, siento que... todo da vueltas. -Cierra los ojos de nuevo, tal vez tratando de evadir esa sensación. Le acaricio la cabeza, daría cualquier cosa porque dejara de sentirse así.

-Shh cariño, tranquila, ya pronto podrás descansar y te sentirás mejor. -Esboza una media sonrisa. - Ven aquí. -coloco su cabeza en mi pecho y la abrazo fuerte contra mí y le hago mimos durante todo el recorrido.

- ¿Puedes caminar? - le pregunto cuando llegamos. Niega con la cabeza así que la llevo en brazos hasta mi piso. El portero me mira como si fuera yo un roba mujeres o algo parecido, que manía de la gente para juzgar con la mirada, pensé que solo yo hacía eso, pero veo que los que me rodean aprendieron y ahora lo hacen más seguido que yo.

Tengo en mis brazos a una mujer, su bolsa, mi celular y las llaves. No me queda espacio para más así que una vez estamos frente a mi puerta me veo en la obligación de bajarla, apoyándola contra la pared y abrir lo más pronto posible y lanzo todo al sofá, pues sus rodillas amenazan con dejarla caer y poco a poco se ha ido deslizando por la pared. Alcanzo a tomarla en mis brazos antes de que llegue al suelo. La llevo hasta mi cuarto y la obligo a mantenerse en pie un momento, creo que un baño la hará sentir mejor.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora