Capítulo 23

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Después de semejante espectáculo sentir el aire puro no cae nada mal, adentro hacia mucho calor, le suelto la mano inmediatamente y no le dirijo la palabra, nos subimos al coche. La situación está muy tensa y no es para menos, estoy furiosa y lo peor de todo es tener que irme con él cuando bien que podría estar disculpándome con Samuel por el mal momento que le hice pasar. El conductor pregunta que hacia dónde vamos y le respondo de inmediato que a mi apartamento. Santhiago alarga su mano e intenta tocarme el brazo, pero le esquivo de inmediato.

-En estos momentos estoy furiosa y preferiría que no intentes nada. –Las palabras de la manera más brusca que puedo.

-Ahora la furiosa eres tú, cuando el único que tiene derecho a estar ofuscado soy yo por haberte visto con ese imbécil. –Resulto siendo yo la culpable, no pues.

-No, no tienes ningún derecho a nada y menos a meterte en mi vida de esa manera, te pedí tiempo, espacio y mira lo que haces ¿no puedes respetar mis decisiones? –estoy roja de la rabia y casi que estoy gritando.

-Respetar tus decisiones ¿para qué? para que salgas a divertirte con el primer idiota que ves mientras yo... -Su tono de vos también es fuerte pero no me intimida para nada. Suspira y termina la frase. -Mientras yo me estoy muriendo por no tenerte. –Me mira con el rostro inexpresivo, no sé qué pensar. Es tan desconcertante, me confunde con sus palabras y su actitud. Pero es un posesivo, presumido, ególatra.

-Mi vida no gira entorno a la tuya, que lo sepas, tienes el ego tan alto que no soportas que una mujer te diga que no ¿cierto?

-No, una mujer no, no soporto que la que se niegue seas tú, porque eres la única mujer que me interesa y no lo quieres ver, ya no sé qué hacer.

-Pues romperle la cara a un hombre no es la solución, si hubieras pensado tanto en mí antes, ahora no estaríamos en estas. –Lo miro y me asombra ver los moretones que tiene en el rostro, se ve terrible y tiene el labio partido, la pelea estuvo fuerte.

-Verte tan feliz con él, me puso mal, te reías con otro que no era yo y no lo pude soportar, yo no soy así, pero contigo no sé qué me pasa, me pudieron los celos y no me arrepiento de lo que hice. –Ahí está su orgullo de hombre controlador, es que no lo tolero.

-Dijiste que dejarías que fuera yo quien tomara la decisión de volver sin presiones y mira lo que haces, me persigues todo el tiempo.

-Te encontré por el GPS, no te seguí, cuando te llamé sabía exactamente dónde estabas y sé muy bien lo que dije, pero no me podía quedar de brazos cruzados mientras otro disfruta de lo que yo deseo para mí, tu atención y compañía. – de la misma manera tuvo que haberme encontrado en casa de mi mamá, no tiene límites. Nuestras miradas son tensas, sus gestos son de rabia e impotencia, pero así mismo me siento yo, cuando se enoja se le forma una V entre las cejas y me provoca pasar mis dedos por ahí. Ya estoy pensando tonterías.

-Ese es tu mayor problema y yo no tengo porque lidiar con eso. Quiero tranquilidad y tú no me la das. –Mi vos es más serena y pausada, esta discusión no va a ninguna parte y ya estamos muy cerca de mi apartamento.

-Te quiero, te necesito y deseo estar contigo, pero veo que tu no, para ti es muy fácil estar sin mi mientras yo siento que sin ti me falta el aire, pero entiendo que no me quieras más en tu vida, solo es que me lo pidas y te juro que esta vez no te vuelvo a buscar. –Se muestra sensible y suspira como si rindiera en una lucha, nos miramos durante varios segundos, él estudia mi rostro como esperando una respuesta, pero yo bajo la mirada hasta mis manos que se acarician una a la otra. Esta dispuesto a dejarme con solo una palabra mía y no quiero eso ¿o sí? No, yo no quiero que me deje, solo necesito que aprenda a respetar mis decisiones y que controle su prepotencia, no soy de su propiedad y eso debe entenderlo, a pesar de todo lo quiero y también lo necesito, pero nos estamos haciendo mucho daño. Pienso tanto que no digo nada.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora