Capítulo 32

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Han pasado varios días desde que intenté comunicarme con Santhiago la primera vez, desde entonces le enviado correos casi a diario, mensajes de texto, cartas, señales de humo... de todo y no responde. No me quiero dar por vencida.

Hoy es el día en el que se va a presentar oficialmente el proyecto del edificio Olimpic por lo tanto debe ir John y su equipo; y obviamente va a estar él, he logrado convencer a John para que me lleve, no se le ha hecho extraño que no vaya con Santhiago por lo de las relaciones laborales y eso, entonces me ha quedado mucho más fácil.

Mi madre me ha arregló el cabello, me maquilló, me hizo de todo, estoy vestida como debe ser en esta ocasión, con accesorios innecesarios que lo único que hacen es quitarme la libertad de movimiento, pero todo sea por ir bien presentada, pues va a haber gente muy importante, de esos a los que yo les llamo Los dueños del mundo. He decidido que hoy voy a hablar con él, no creo que teniéndome en frente vaya a ser capaz de ignorarme así nada más y si lo hace pues ni modo, hice el intento. Entre la ropa que compré con Emy estos días, hay un vestido de gala que me queda perfecto para la ocasión, es azul turquí con brillantes y llama bastante la atención, justo lo que necesito.

A las ocho en punto ya estoy lista y John y Nathalia, su novia, pasan por mí.

«Abril aquí vamos». -Me habla el subconsciente.

Entramos ambas del brazo de John, el lugar es un salón bastante grande, no hay cantidad de invitados, pero si calidad y se nota, lo bueno es que no desentonamos. John se ve un poco nervioso y es entendible, si me tocara que hablar frente a este público también lo estaría, pero él es muy inteligente y recursivo y sabrá sortear la situación, además cuenta con todo mi apoyo.

Nos sentamos en una de las mesas ubicadas estratégicamente de manera que cuando se realice alguna proyección todo el auditorio tenga una buena vista. Yo ando en busca de mi objetivo, pero no lo veo por ninguna parte, siento mariposas en el estómago por la anticipación. Tomó dos copas de vino blanco y hablo con mis acompañantes para romper el hielo y para prepararme a lo que viene.

Faltan quince minutos para que el evento empiece, según el orden del día, y Santhiago nada que llega ¿qué ha pasado con su puntualidad?

Estoy pendiente de mi reloj cuando de pronto se escuchan rumores por todas partes, llevo la mirada hacia él lugar donde todos miran y ¡ohh vaya sorpresa! Está entrando Santhiago, muy elegante, por cierto, con una mujer prendida de su brazo como un bicho, sonríen ampliamente a todo el que los saluda. Ahora tengo un cementerio de mariposas en mi estómago y un sin sabor enorme, estoy tratando de no pensar mal, a pesar de todo.

Su acompañante es una mujer alta, voluptuosa, cabello oscuro y de tez blanca, casi pálida, bonita. Está metida en un vestido que deja muy poco a la imaginación, casi raya en lo vulgar, no sé cómo habrá entrado ahí. A mi parecer, se ve muy mal, pero miro a John y esta con la boca abierta como si nunca hubiera visto a una mujer con tantas boobies, Nathalia ha de estar molesta, pero ese no es mi problema. Mi objetivo está muy contento al parecer, se nota que no me extraña nada y no me quiero preguntar quién será ella para él porque las opciones son pocas, ha de ser de esas mujeres que le huyen a las relaciones formales y que según veo, ahora también las utiliza como damas de compañía.

John nota mi molestia y trata de evadir el momento poniendo un tema cualquiera, creo que habla de la decoración, pero eso ahora me importa un pepino, estoy que me muerdo los codos de la rabia que me da y solo pienso que ojalá no haya llegado demasiado tarde.

Entre saludos y sonrisas, por un momento su mirada se cruza con la mía y su expresión cambia, se queda serio y frunce el ceño, no me esperaba aquí, yo lo miro inexpresiva como si hubiera visto a cualquier otra persona, pero siento como si el corazón se me fuera a salir, ignoro que está acompañado de otra y solo lo miro a él, justo en el momento que me decido a dar una de mis sonrisas irónicas, voltea a saludar a otras personas, una vez más he sido ignorada.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora