Capítulo 24

9.9K 609 39
                                    



Thiago

Me miro al espejo y tengo el rostro fatal, pero peor le quedó a él, de eso me encargue con mucho entusiasmo. Me hierve la sangre de sólo recordar como bailaba tan pegadito a mi mujer y lo peor de todo es que ella sonreía, se veía tan alegre, mientras conmigo es tímida y prevenida, ese pensamiento fue el que me empujo a medio matar al imbécil ese, de llegar saber quién es y a que se dedica, soy capaz de dejarlo en la mismísima calle, es mejor que le haya quedado claro el mensaje y no se atraviese en mi camino. Aunque Abril haya decidido terminar todo tampoco permitiré que él se quede con ella, aún no se ha dicho la última palabra.

Salgo del baño, he estado ahí un buen tiempo tratando de ocultar lo inocultable, cuando Lucy me vea así va a pegar el grito en el cielo, es el ama de llaves de la mansión, pero viene muy seguido a verme y a encargarse de la buena higiene de este lugar; conociéndola como la conozco le irá con el chisme a mi madre y ahí si nadie me salva. Me siento al borde de la cama, y reflexiono que a veces simplemente no me reconozco, tengo unos pensamientos tan posesivos, yo no era así, pero desde que conocí a Abril no sé qué me pasa, siempre he tenido el control de todo a mi alrededor pero con ella eso es imposible y me siento frustrado.

He tenido varias relaciones informales, he estado con varias mujeres y nunca me había sentido así, no estoy acostumbrado a los apegos emocionales simplemente me preocupaba por satisfacer mis necesidades sexuales y ya; no compartía mucho tiempo con una misma mujer evitando situaciones comprometedoras ni tampoco había pasado las noches con ellas mucho menos en sus propias camas, lo mío eran los hoteles. Pero llegó Abril y me desconfiguré, todo lo que había aprendido durante largos años simplemente lo eché por la borda, solo por ella y resulta que anoche me terminó así sin más y no pude dormir en toda la noche, yo a esa mujer la quiero, la necesito, no quiero estar sin ella pero tampoco podía obligarla, por supuesto que no cumpliré mi promesa de dejarla en paz pero también necesito saber qué es lo que ella siente por mí y a que tanto está dispuesta a hacer por tenerme, es apenas lógico lo que pido. Así que esta vez deberá ser ella quien debe dar el primer paso.

Me visto con ropa deportiva, es domingo y voy a estar todo el día en casa trabajando obviamente, pero desde aquí, no tengo nada más que hacer y hay pendientes bastante urgentes por resolver. Tal como lo pensé Lucy me ve y se escandaliza.

-Joven Santhiago ¿Qué me le pasó? Mire cómo está. -Trata de tocarme, pero se lo impido, me arde bastante.

-No pasa nada Lucy, estoy bien, se ve peor de lo que realmente está. -Camino hacia mi despacho y ella va detrás de mí, dígale lo que le diga no se va a quedar tranquila lo sé.

- ¿Con quién se peleó? usted no es así. -debería preguntarle a la señorita Stone. -Tengo una cremita muy buena que le va a ayudar, a su mamá no le va a gustar nada esto.

-Ni se te ocurra comentarle algo Lucy. -Le advierto. -Además no es gran cosa, simplemente trate de rescatar a una inocente muchacha de los brazos de un aprovechado, pero nada más. -Sonríe con ternura de pensar en mi acto de bondad.

-Está bien, pero déjeme le echo la cremita para que le disminuya un poco el color. -Si no acepto, se enfurece conmigo así que no hay otra salida.

Estoy concentrado en mi computador enviando algunos mensajes cuando se abre la puerta de mi despacho y es Max, lo que significa, adiós calma. Se queda petrificado en la entrada, él tampoco puede creer lo que ve.

-Hermano, pero ¿qué bestia te pegó? ¡casi te mata, estas fatal! -Su cara de asombro resulta ser bastante dramática, nada extraño en él.

-Sí, fue una bestia, pero créeme que lo que ves aquí no se compara con la cara que debe tener él en este mismo instante, le fue peor. -Ojalá no se haya podido ni levantar de la cama.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora