Esta Vez Te Salvaste

Capítulo 30

Estoy en mi cama abrazada a mi almohada como si se me fuera la vida en ello, con los ojos hinchados, no sé cuánto tiempo ha pasado y tampoco me importa. El timbre suena una y otra vez, no me quiero mover de donde estoy. Me giro para mirar la hora en el celular que está en la cómoda y son las 2:30am quien puede ser a esta hora ¿será que le pasó algo a Emy o a John? Me asusta la idea de recibir malas noticias, no puedo con una más; rápidamente me levanto de la cama y voy hasta la puerta, descalza y en pijama. Abro y es él... tengo la sensación de que la sangre me recorre fría por las venas, no entiendo como se le ha ocurrido venir, es el colmo. Intento cerrar la puerta de nuevo, pero adelanta el pie y me impide cerrar, empuja y entra.

- ¿Qué te ha pasado? estás... -Muestra su cara de preocupación, que buen actor es.

-No me toques, ni se te ocurra tocarme porque te juro que no respondo de mí. –Le grito.

-Sólo vine a pedirte perdón por lo que pasó, he sido un imbécil al desconfiar de ti. ¿acaso has estado llorando? –Ha venido a pedir perdón después de acostarse con otra. Ahora se hace el inocente, no se puede ser más cínico, claro que he llorado. Camino hasta la cocina y el me sigue.

-Si claro, ahora te haces el que no sabes nada, seguro ella te sacó de su cama y por eso estas aquí ¿cierto? –De solo recordar que estuvo con otra se me hace un nudo en la garganta, es una sensación horrible tener que imaginarlo en otros brazos.

-Ella ¿Quién? Abril ¿de que estas hablando? –Se muestra desconcertado, en serio no piensa aceptarlo, tengo la prueba y ni así lo reconoce.

-Esa mujer con la que estabas ¿me vas a negar que vienes de estar con ella Santhiago? ¿me vas a negar que tienes una relación desde antes que yo llegara a tu vida? ¡niégamelo!

-De donde diablos sacas semejante disparate por dios, ¿estás loca? no hay ninguna otra mujer en mi vida, estoy harto de decírtelo. –Levanta la voz. Su aliento huele a alcohol, para colmo estuvo bebiendo, tal vez celebrando con ella, no entiendo entonces a que vino.

-No me grites y no es ningún disparate o porque no me muestras tu teléfono, para demostrarte que tengo pruebas de lo que digo. –Se rebusca en todos sus bolsillos y no lo encuentra, está confundido, ha caído. Es obvio que no lo tenía, lo tiene ella.

-No sé... no sé por qué no lo traigo conmigo, seguro se me quedo en la oficina o en el coche ¿qué se yo? pero te juro que lo que dices no es cierto, dime quien te dijo eso. –No aguanto más y vuelvo a llorar, me lo está negando no es capaz siquiera de reconocer su error, sino que ahora resulta que la loca soy yo. –Mi amor por favor, no te pongas así.

-No te acerques, y yo no soy tu amor... -no quiero dar lástima, ese no es el camino, me limpio la nariz y hablo de nuevo. -Llamé para tratar de arreglar las cosas, pero me contestó esa mujer diciendo que estaba contigo y que acaban de hacer el amor, que habías quedado exhausto –lo digo en tono sarcástico- que solo jugabas conmigo y que yo era una zorra ¿Entiendes ahora por qué estoy así? –abre mucho los ojos como si acabara de escuchar un disparate.

-No, no puede ser, te juro que no hay tal mujer en mi vida, tal vez perdí mi celular en algún lado y te han jugado una broma de mal gusto, no sé qué pudo pasar, no te estoy mintiendo. Si quieres ve y pregúntale a Dante todos mis recorridos de hoy, él no te mentirá.

Me apoyo contra la pared, siento que las piernas en algún momento dejaran de sostenerme, me quedo pensando en todo y en nada a la vez, no puedo parar de llorar, ya no me quiero esconder más, me duele y no puedo ocultarlo.

- ¿Por qué tenías que hacerme eso? –hablo cómo si me estuviera preguntando a mí misma, ni siquiera soy capaz de dirigirle la mirada.

-Mi amor por favor, créeme, no sé cómo más decírtelo. –Se le quiebra la voz y deja de hablar, lo miro y esta con la cabeza inclinada y ambas manos en las caderas, suspira y vuelve a hablar. –Estaba con Max, puedes llamarlo también si quieres.