Capítulo 22

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Llegamos al lugar y es una discoteca, esperaba de todo menos esto, pero la idea me gusta, bailar no me caería mal en estos momentos, él está en la entrada, lo saludo y le presento a Emily. Nos invita a pasar, hay mucha gente, la música esta buenísima y el ambiente también, creo que la vamos a pasar súper bien. Caminamos hasta la barra.

-Abril, ese hombre está buenísimo ¿en serio no te interesa para nada? – Emily me habla al oído en un momento en que Samuel se distrae.

- ¡Obvio no! –le sonrío a él cuando voltea a vernos.

-Lástima que quiero tanto a mi Max porque si no, yo si pecaría con ese bombón. –Esas ocurrencias de esta mujer me hacen reír.

-Pidan algo de tomar, lo que quieran. –nos ofrece.

-Gracias. -respondemos al unísono. Hay que hablar fuerte porque la música está alta. Pedimos un par de bebidas y el también. No sé porque nos ha traído aquí si lo que quería era hablar, no es que se vaya a poder de a mucho pero igual me siento bien y hemos venido a disfrutar. A pesar de todo no puedo dejar de pensar en Santhiago ¿que estará haciendo en estos momentos?

- ¿Bailamos? –me invita Samuel.

-Claro, vamos. –me levanto animada. Es música electrónica entonces solo nos dejamos llevar por el ritmo que sea ella quien guie el cuerpo, Samuel baila muy bien y se lo digo, ríe. Luego baila con Emy, después los tres y así, vamos a la barra tomamos algo, hablamos sobre cualquier cosa, nos hace reír y volvemos a bailar. La estamos pasando muy bien realmente, Samuel se pone nostálgico porque se tiene que ir, pero queda en volver cada que pueda, ya nos considera sus amigas y nosotras a él. Estoy sudando bastante, hace mucho que no bailaba tanto, Emy y Samuel se divierten en la pista mientras yo estoy sentada terminando mi bebida. Mi celular vibra, me están llamando y es Santhiago, no me lo creo ¿qué hace llamándome un viernes a las 2 am? ¿será que le pasó algo? me preocupo y respondo.

-Hola. –contesto un poco nerviosa. Mientras voy buscando la salida entre la gente porque no se escucha nada.

- Abril, ¿dónde estás? –está muy serio, como enojado.

- ¿Por qué la pregunta? –No le pienso dar explicaciones de nada.

-Solo necesito saber dónde estás, ya es muy tarde ¿qué haces a esta hora? –pero que le pasa a este hombre.

-Estoy pasándola bien, ¿contento?

-No, quiero saber dónde estás y con quien. –El colmo del control

-Ya por favor Santhiago, eso es algo que a ti no tiene por qué importarte.

-Claro que me importa, me preocupo por...

–Ey Abril, ¿bailamos? -me habla Samuel a mis espaldas. Me quedo en silencio y Thiago también. Giro y le hago señas de que hablo por teléfono, se disculpa y vuelve a dentro.

-Abril me vas a decir ya mismo quien ese hombre que te acaba de invitar a bailar. –está furioso, lo puedo sentir. ¿Y ahora que le digo? ¿Dónde quedó mi valentía?

-Yo creo que es mejor que hablemos otro día. Descansa. –le cuelgo rápidamente y apago el celular, no sé si lo que he hecho este muy bien, pero fue lo único que se me ocurrió. Además, no tiene ningún derecho a cuestionarme así, yo puedo hacer con mi vida lo que quiera sin tener que darle explicaciones a él ¿que se ha creído? Justo a mí me tiene que pasar estas cosas.

Vuelvo a dentro y Samuel está esperándome.

- ¿Con quién hablabas a esta hora? –me pregunta. Que suerte tengo yo para los hombres así.

-Nadie importante.

-Ok, entonces ven bailemos que esta noche aún no termina. –me toma de la mano y me arrastra a la pista, veo que Emily está bailando con otra gente, se está divirtiendo esa mujer. Samuel me da vueltas, me lleva, me trae y yo rio como una tonta por sus ocurrencias igual las bebidas ya están haciendo efecto. Cuando de la nada siento una mano que me agarra fuerte del brazo, me hala y me estrello contra un cuerpo rígido, no termino de entender que ha pasado hasta que levanto la mirada y me encuentro con sus ojos que no se apartan de Samuel. Tengo el corazón a mil y la cabeza me da vueltas, miro a Emily y tiene los ojos muy abiertos, creo que ve lo mismo que yo. Es Santhiago y juraría que está a punto de matar a alguien.

- ¿Qué te pasa gilipollas? ¡suéltala! –le dice agresivamente Samuel que ahora también parece estar enojado.

-Primero que todo, tú a mí no me insultas y segundo no la suelto porque he venido por ella y me la llevo. –Habla con tanta seguridad.

-Yo no voy a ninguna parte contigo, ¡suéltame! –le grito y forcejeo para que me suelte, pero es en vano.

-Eso lo veremos. –afianza su agarre y se dirige hacia la salida conmigo del brazo.

-Que la sueltes te he dicho. –Samuel lo agarra del brazo e inmediatamente Santhiago me suelta y le da un fuerte golpe en la cara a Samuel que lo lanza sobre mucha gente, este se recompone lo más rápido que puede y le devuelve el golpe de igual forma. La gente empieza a gritar y a correr por todos lados, esos hombres se están casi matando, yo no sé qué hacer, se golpean sin cesar.

-Abril ayúdame. -Me grita Emily mientras trata de separarlos inútilmente, yo estoy petrificada. –Abril por favor, ¡se van a matar! –me grita más fuerte y reacciono. Con toda la fuerza que tengo agarro de un brazo a Santhiago y le pido ayuda a otra gente, está encima de Samuel y no se dejan de golpear. Después de tanto intentar logramos separarlos, están con los rostros salpicados de sangre, dan miedo, parecen perros rabiosos, yo la verdad preferiría no tener que dirigirles la palabra nunca más en mi vida, ha sido una situación bochornosa. Emily se ubica delante de Samuel y yo delante de Santhiago así evitamos que vuelvan a pelearse, la gente empieza a dispersarse nuevamente.

-Abril, pensé que estabas soltera. –me dice Samuel mientras verifica que no se le haya roto el tabique. Me siento tan apenada que no soy capaz ni de mirarlo, no pensé que esto fuera a terminar así.

-Pues pensaste mal, imbécil. –le contesta Santhiago.

-Ya Santhiago por favor. Abril mejor llévatelo, no quiero tener que pasar otra vergüenza más. –Emily está muy molesta y no es para menos. Pero yo no lo he traído así que tampoco lo tengo que llevar a ninguna parte.

-Sí, mejor vámonos. –me toma de la mano y me hala, pero yo me resisto. No me quiero ir con él.

-No, yo vine contigo y contigo me voy. –me dirijo a Emily.

-Ya escuchaste gilipollas ¿o todavía no entiendes? –Samuel le habla con rabia. Santhiago intenta abalanzarse nuevamente sobre él, pero me interpongo y lo abrazo fuerte por la cintura.

-Abril, vete de una vez, yo me quedo con tu coche. –Está gritándome. Si no es de otra manera esto podría terminar peor, hago pronósticos y eso es lo más adecuado.

-Samuel, por favor perdóname, no fue mi intensión. –Es lo menos que puedo decir, él me sonríe, pero termina siendo una mueca de dolor porque tiene el labio roto.

-Tranquila, no tepreocupes por mí, voy a estar bien. Cuídate. –A pesar de todo sigue siendo uncaballero. Tomo la mano de Santhiago y ahora soy yo quien lo arrastra hasta lasalida. 

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora