Capítulo 36

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Abril

Este fin de semana decidimos que lo pasaríamos en su apartamento, pero le tocó ir de imprevisto a la oficina para solucionar algunos pendientes y yo preferí quedarme aquí leyendo una novela, hace mucho no leía y ya me estaba haciendo demasiada falta. Se me ocurre preparar algo rico para comer y la nevera está vacía así que lo llamo para pedirle que de regreso compre los ingredientes, pero no responde a su celular. Mejor lo llamo a recepción.

-Constructora Jones S.A, habla Astrid Lockhart asistente de presidencia ¿con quién tengo el gusto? -Esa voz... esa voz. Me quedo helada, no puedo hablar, no sé qué pasa, pero esa voz me trae muchos recuerdos, juro haberla escuchado. -Buen día ¿con quién tengo el gusto? -Reacciono.

-Buen día, habla Abril Stone, por favor me comunica con Santhiago. Gracias.

-En un momento se lo comunico. Espere en línea. -Estas palabras me las dice con un tono de voz diferente pero el timbre sigue siendo el mismo. Mi mente está tratando de recordar algo, pero no sé qué es, yo ya he hablado con ella antes y no precisamente en la ofic... Fue ella, juro que fue ella la que me contestó el celular de Santhiago aquel día. Mi corazón palpita fuerte y me confirma lo que estoy pensando, claro que sí, ahora recuerdo su voz perfectamente, como no me di cuenta antes, sólo cambió un poco la voz, pero es ella. Estoy muy nerviosa y asustada, cuelgo de inmediato.

Doy vueltas por todo el apartamento tratando de tranquilizarme un poco para poder organizar mis ideas, no sé qué pensar, porque me dijo eso aquel día, yo creí la versión de Santhiago, claro, si él encontró su celular en la oficina es porque ella tuvo que dejarlo ahí, pero ¿porque esa rabia contra mí? ¿Qué pude haberle hecho yo? Ahora entiendo su mirada de envidia y su seriedad conmigo, ¿acaso sentirá celos de mi relación con Santhiago? Esta incertidumbre me va a matar, no sé qué hacer.

Inmediatamente llamo a la voz de mi conciencia que no es nadie más que Emily Tyler, su teléfono timbra, pero no me responde, es muy extraño, ella siempre está ahí, últimamente no está muy al pendiente, de seguro Max le quita mucho tiempo. Bueno, en otro momento le cuento mi descubrimiento y así armar un plan de ataque porque con esta no me quedo. Esa mujer va a tener que explicarme que se trae contra mí.

Me doy un baño relajante, pido la comida a domicilio ya no tengo ánimos de cocinar nada, me siento a ver televisión mientras llega Santhiago que, creo, no demora mucho. Mi mente insiste en divagar por el mismo tema y no puedo sacármelo de la cabeza, se me hacen mil ideas y ninguna de ellas es muy buena, tengo algo de miedo en el fondo por no saber que piensa esa mujer o porque lo hace.

Cuando escucho que se abre la puerta me levanto del sillón y corro a los brazos de Santhiago, dándole un gran abrazo que lo toma por sorpresa.

-Hola ¿y este recibimiento? -Esta extrañado por mi efusividad.

-Te extrañé un montón. -digo pegadita a su pecho, se siente tan bien estar así.

-Y yo a ti preciosa, traté de solucionar todo rápido para venir a pasar tiempo contigo y adivina ¿qué? -me mira con los ojos alegres, me encantan las sorpresas. Le hago caras y me dice.

-Amanecí con ganas de un picnic, hace mucho no salimos de aquí. Si la idea te parece, alístate que ya está todo listo en el coche. -termina con una sonrisa encantadora, por supuesto que quiero.

-Sí, me encanta la idea. -Corro a la habitación para cambiarme de ropa, voy pensando que sería una buena oportunidad para investigar un poco sobre su asistente y contarle lo que pasó, aunque no esté cien por ciento segura.

Esta Vez Te SalvasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora