Millones de personas habitan, han habitado o habitarán el planeta. Todos viven en completa armonía bajo una normalidad aparente. La normalidad se ha convertido en parte de nuestro día a día convirtiéndonos en borregos de nuestra propia vida. Aquel que se considere normal o está mintiendo o conoce el verdadero significado de esta peculiar palabra. Porque antes que nada, ¿qué es ser normal? Ser normal significa formar parte de una media previamente establecida. Ser normal es sin duda ser un dato más, un número más en esta siniestra sociedad. Ser normal es ser un número sin personalidad, un dato sin alma ni mente.
Cuando dos gemelos nacen aparentemente son iguales y sin embargo todo el mundo sabe que las diferencias que les caracterizan son infinitas. Entonces, ¿qué nos hace pensar que la normalidad la establece una media? En realidad hay pocas personas que son realmente normales bajo este punto de vista aunque parezca lo contrario, ya que ser diferente está mal visto. Por eso vivimos en un mundo bajo una normalidad aparente que en realidad no existe, porque no hay dos personas iguales, sin embargo el miedo nos corroe por dentro en muchas ocasiones, a veces no nos atrevemos a decir que somos diferentes y preferimos refugiarnos en los brazos de lo falso, caminar entre los demás transeúntes imitándoles, haciéndoles creer que somos iguales. Sin embargo lo que no sabemos es que el de al lado quizá está caminando igual que tú, quizá por otro motivo pero que también le hace ser diferente.
Por tanto si todos somos diferentes, y la normalidad se basa en una media de personas, ¿somos todos normales por ser diferentes? Probablemente sí, pero el ser humano tenemos miedo de reconocernos a nosotros mismos como diferentes, así que no nos damos cuenta de que en realidad somos más normales de lo que creemos.
A veces los seremos humanos cometemos errores al intentar sumergirnos en la normalidad aparente, errores bastante graves, errores difíciles de subsanar; errores que a veces nos hacen incapaces de perdonarnos a nosotros mismos. Sin embargo, en pequeñas ocasiones, la vida nos da una segunda oportunidad que nos hace ver las cosas bajo otra perspectiva. Pero esa oportunidad que por fortuna en ocasiones da la vida hay que saber aprovecharla, porque puede que no haya una segunda vez.
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Quiero ser tú para enamorarme de alguien como yo
Teen Fiction¿Qué pasaría si un día te despertases en un cuerpo que no es el tuyo? Esto es lo que le ocurrió a Nico e Izan, quienes una mañana se despertaron en el cuerpo del otro. A partir de aquel momento, tendrían que hacer frente al problema y descubrir jun...