Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]

Capítulo 06

Muy raramente el día había sido demasiado nublado, el sol no se asomó en todo la mañana y la verdad no daba señales de que fuera aparecer en algún momento; el aire se movía con algo de fuerza llevando consigo las hojas de los árboles que estaban a punto de caer, al igual que algunas basuras que dejan botadas por las calles. Me encontraba en el aula correspondiente al horario, estaba sentado hasta el fondo recargando mi cabeza en el vidrio de la ventana que estaba justamente a un lado, todo estaba muy aburrido y no había dormido nada en todo la noche anterior; por un momento pensé que después de duro trabajo llegaría a casa a dormir tal cual bebé, pero como les había dicho, no pude cerrar los ojos ya que tenía demasiada energía por la larga siesta de la tarde. Aún no sé porqué soy de esa forma, sé lo que pasará, pero cuando de verdad quiero no me importa absolutamente nada y lo hago, por lo cual ahora me veo afectado por las consecuencias de mis actos. Les aseguro que me podría cerrar los ojos por unos instantes y caería completamente dormido, ni siquiera ese café cargado de la mañana funcionó como lo esperaba. Pero que se puede hacer a mi situación. Milagrosamente, cuando estaba a punto de quedar dormido, el timbre sonó, por lo cual me paré de mi lugar como todo un subnormal debido a tanto sueño que tenía, recogí mis cosas y salí del lugar para caminar hasta la cafetería. Ya estando ahí, lo único que quise, fue una dona de chocolate con chispas de colores, sí, soy la persona más nutritiva de todas. Cuando me dirigía a sentar, posé mi vista en los chicos que agitaban sus manos mientras hacían señas para que me acercara a ellos, cosa que hice al instante y me senté a un lado de Jordan. Dejé la dona sobre la mesa, seguido de esa acción recargué mi cabeza en la misma mesa mientras me quejaba con raros sonidos.

-¿Cómo te fue ayer?.-preguntó Lee, a lo que voltee mi cabeza y lo miré mientras le daba una mordida a su sándwich.

-Bueno, pues no has muerto.-observó Nicholls-. Pero.. ¿te dio una paliza y te amenazó a muerte?.

-¿Cómo es su casa?, seguro es una oscura con un montón de instrumentos de tortura.-dijo Kean-. Hoy lo vi pasar y un chico le tiró sus libros, no salió vivo después de ello.

-Chicos.-dije mientras suspiraba y levantaba mi cabeza-. Él es como cualquier otra persona, tal vez le agraden cosas no tan comunes o que no están acostumbrados a ver, pero es sólo un chico, y claramente vive en una casa como cualquier otra. Ni siquiera lo he visto hacer lo que dicen que hace.-me quedé en silencio-. Pero bueno, cambiemos de tema.

Después de esa muy rara plática nada fuera de lo común ocurrió. El clima seguía siendo el mismo de mierda que no te deja hacer nada y te da sueño, bueno, al menos así lo veo yo bajo las circunstancias en las que estoy. Las clases se fueron pasando una por una, cada una con una duración de aproximadamente, ah, una eternidad, y mi sueño, ni se diga, a cada segundo que pasaba mis ganas de dormir se hacían mayores, se me habían formado unas ojeras y parecía como un autentico zombie, sólo que en vez de cerebros lo que busco es dormir de una maldita vez por todas, pero parece que nadie en este mundo quiere cooperar para que haga eso. Tal vez ya llegué a esa fase en la que me pongo de mal humor y mando todo directo a la mierda, por lo cual puedo darles la clara conclusión de que tienen que dormir específicamente por la noche, a menos que no tengan actividades que hacer al día siguiente, no hagan lo que yo, se van a arrepentir.

Sin más, el momento que tanto había esperado por fin llegó, era hora de que cada quien se fuera a su jodida casa y se hiciera líos. Realmente estaba esperando esto con ansias, así podré dormir lo que no en la noche, aunque seguramente tienen en mente que si de nuevo me duermo en la tarde, ésta otra noche tampoco voy a dormir, solamente que ésta vez haré lo que sea para quedar dormido por la noche, así tenga que tomar cloroformo o alguna pastilla para ello, pero joder que no debí quedarme despierto en toda la noche. Pero bueno, basta de quejarse toda la vida, que no sirve de nada. El punto es que recogí mis cosas y salí del aula para salir de la universidad rumbo a mi casa, pero la vida me ama demasiado que justamente cuando me disponía a caminar en la misma dirección que en la mañana, mis amigos llegaron hasta mí y me jalaron de los brazos hasta meterme al auto de Jordan, quien lo puso en marcha ya estando todos ahí dentro.