Capítulo 16

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Hermosa tarde, más o menos las tres y cuarenta minutos, algo por el estilo, no es que sea un amo de todo el puto universo o esté revisando mi celular a cada rato. Bueno, lo del celular si lo hago, pero soy tan yo que cuando lo prendo y lo apagado nunca reviso la hora, y cuando me acuerdo tengo que volver a encender el celular pero me distraigo y olvido el porqué lo había hecho, en fin, era un gran ciclo de pendejadas en tan solo minutos. Si estuviera en un concurso de pendejos, seguramente no llegaría al lugar porque me perdería, sí, así de mal está mi cabeza, y por lo que veo, mi sentido de orientación... ¿sabían que hay más puntos cardinales a parte de norte, sur, este y oeste?, ¿quién carajo inventó el noroeste o el sureste?, eso es más falso que la emoción de un ciego al ver algo que le gusta. 

Como sea, el caso es que era una bellísima tarde —pero no tan bella que yo—, se podría clasificar como una de esas soleadas tardes en las que todas las personas se les ocurre el maravilloso plan de salir con sus amigos, pareja, familiares, el vagabundo de la esquina, con quien sea, a un lugar nuevo para 'romper la rutina'. Como uno de esos raros impulsos del ser humano en los que cree que la vida es lo más hermoso que pueda existir jamás y que vale mierda todo al rededor, el caso es saber vivir lo suficiente. No tengo idea, yo simplemente expongo poco que sé, y tal vez lo único que pienso son puras pendejadas, y otras cosas, como pendejadas, ¿comprenden?, porque unas son puras y las otras como que no tanto.

—¡¿Qué?!.—pregunté extrañado—. ¿Perdí?.

—Sí, de hecho.—contestó—. Lo que pasa es que estabas jugando hasta que de la nada te quedaste como un pendejo mirando a la nada. ¿En qué tanto pensabas?.

—En nada realmente importante.—mencioné—. ¿Qué tal si me das la revancha?.

—Si quieres perder de nuevo, claro.—sonrió.

Tal vez no lo haya mencionado antes, pero, justamente en esta tan linda y encantadora tarde donde bien pude haber aprovechando saliendo a algún lugar, me quedé en casa jugando videojuegos con mi querido amigo, el chico del cabello negro que casi me golpea. 

    ─── ❖ Flashback ❖ ───

—¿Qué dices?, ¿vamos a mi casa a jugar videojuegos?.—pregunté.

—No, tengo cosas más importantes que hacer, realmente.—respondió cansado.

—¿Ah sí?, ¿como qué?..—cuestioné

—Te diría, pero creo que cualquier cosa es más importante que estar contigo.

—Oh, por supuesto que sí. Chico soy muy cruel con todos.—me reí. 

Lo único que él chico hizo fue seguir su comino conmigo a un lado, al parecer no recibí respuesta y la que me había dado anteriormente era muy cruel, pero claro, todo lo que el chico mostraba era lo cruel que podía llegar a ser con la gente. Por eso mismo es que lo aprecio demasiado, es tan cerrado y malo que me da mucha risa y me interesa saber más de él, no lo sé, como si tratase de un psicólogo que averigua cosas de su paciente para entender su estado. Ya que como anteriormente he dicho, me agrada ver una sonrisa en el rostro de todas la personas que me encuentro, y de verdad es hermoso ver cuando una persona ríe de verdad, porque está siendo realmente feliz en el momento, olvidándose por completo de todo lo que carga.

  —Anda, hay que jugar.—supliqué.

  —Mierda, no.—respondió fastidiado.

Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora