Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]

Capítulo 49

Narra Oliver

Las cosas no me estaban yendo para nada bien, pues una manada de gente loca me perseguía sin parar por todos los pasillos posibles de la institución gritando miles de cosas, o sea, completamente furiosos esperando por atraparme y agarrarme a golpes hasta que mi pobre existencia desaparezca de la faz de la tierra. Aunque eso es básicamente imposible ya que según la ley de la conservación de la materia; "La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma" Definitivamente jamás podrán borrar mi ser, ¡PORQUE SOY INVENCIBLE! 

Tal vez no sea tan invencible como lo esperaba al principio. Por estar poniendo más atención a mi cabeza, choqué con uno de los árboles de las áreas verdes logrando caer al suelo, de esta forma es que perdí tiempo de la persecución y todos ellos me alcanzaron. Furiosos, hicieron un circulo alrededor de mí mirándome con ojos fulminantes y expresiones de molestia. Sinceramente creo que esta vez se me ha pasado un poco la mano con toda esa bola de jóvenes; sí, en cierta forma me lo merezco, pero nadie en su sano juicio espera que un montón de gente enojada lo golpee sin piedad, como si fuera la cosa más genial que pueda pasar en la puta vida. 

Pero bueno, antes de que me maten y sea el fin de mí. Considero importante el hecho de que sepan el motivo por el cual he terminado en una situación tan típica de mí. No es que sea la gran novedad o algo que se le parezca. Aunque eso sí, a final de cuentas no creo que haya sido tan grave... pero si lo suficiente como para que quieran atraparme. En fin. Vayamos al inicio, donde comenzó todo el desastre del día de hoy.

[Inicio donde comenzó todo...]

Con inicio, me refiero a la parte del día en que mi alarma suena como maldita loca recordándome que aún tengo responsabilidades que cumplir. Eso es genial, sino fuera por el hecho de que otra vez me he quedado despierto hasta muy tarde y apenas pude conciliar el sueño. Pero bien, supongo que es una de las tantas consecuencias que tienen mis acciones increíblemente geniales. Así que bien, hice todo lo que una persona hace cuando aún se despierta; dentro de esas cosas cabe destacar el: Pegar tu cabeza contra la pared lamentándote por no dormir, lanzar un jabón por las escaleras, resbalar con ese mismo jabón, comer un par de tostadas bien quemadas, darse una ducha, colocarse un suéter azul cielo (lo sé), tomar la estúpida mochila, resbalar una última vez con el mismo jabón y entonces salir corriendo como un delincuente buscado por cuatro naciones alzando los brazos y agitando que el mar muerto está vivo.

Justamente así es como se inicia una muy buena mañana al Olisaurus Style. Si pensaba que lo había olvidado, pues estaba muy equivocado. Mi cerebro es el mejor.

Estaba bastante aburrido con el día, pues aunque se veía prometedor, en mis adentros había como un vacío que tenía que intentar de llenar de alguna manera. No tenía idea de qué podría hacer para lograr que el día fuero genial, claro, hasta que de pronto; una magnífica idea llegó a mi cabeza haciendo que diera la sonrisa más rara que pueda dar en el día. Froté mis manos una contra la otra en señal de maldad y entonces corrí por varios lados hasta que llegué a la cafetería, me metí a la cocina (donde básicamente no debería haber estado, pero me valió madres) Tomé unas dos bolsas de harina y le entregué un par de billetes a Lena dándole a entender que esas bolsas me pertenecían ahora. 

Creo que ella se lo tomó muy bien porque mientras me iba ella dijo algo como: Du vil angre å ha tatt disse posene. Aún quiero pensar que esas fueron palabras de que estaba totalmente bien y de acuerdo en que me llevara la harina a cambio de esa cantidad de dinero. Pero bien, no era como si me hubiera quedado más tiempo en el lugar. Mas bien, caminé hasta el aula que me tocaría primero, aprovechando que había llegado temprano, entré. Miré a todos lados tratando de buscar la manera correcta de colocar la harina, hasta que se me ocurrió la grandiosa idea de colocar la harina en baldes y estos en el techo sujetándolos con una cuerda, que al momento de soltarla, entonces toda esa harina caería. Y como parte final, apagar las luces para que todo fuera para nada sospechoso.