Narra Andy
Un nuevo día me esperaba por delante, mi celular había cobrado vida para empezar a producir un sonido persistente que después de tanto tiempo me produce dolor de cabeza, estuve a nada de tomar aquel aparato y arrojarlo a donde cayera para así poder dormir tranquilo, pero creo que no es el día adecuado para hacer eso. Más bien debo ir a la universidad, ya que los mensajes y todo lo que pasó ayer me había dejado bastante desconcertado. Estoy casi seguro que Oliver no es de esas personas que faltan a las reuniones, o al menos no sin un motivo lo suficientemente bueno, lo cual me hace pensar demasiado. Como sea.
Me levanté de mi cómoda cama para ir a darme una rápida ducha de agua caliente lo cual de cierta forma me relaja y me ayuda a despertar un poco. Después de esto salí envolviendo una toalla en la cintura y salí del cuarto de baño hasta mi querido closet del cual saqué el conjunto que llevaría para ese día, realmente no era nada del otro mundo, y como la mayoría de personas hace, iba llevar lo primero que encontrara por ahí, que es casi lo mismo.
Tomé mi celular junto a otros objetos que iba a requerir para salir de casa rumbo a mi auto negro, enseguida de ponerlo en marcha fui hasta la casa de mi querido castaño, quien se encontraba afuera sentando en la acera mientras que jugaba con algo en sus dedos. Se veía bastante adorable y esos jeans color negro le quedaban bastante bien a decir verdad. Me estacioné unos centímetros atrás de donde él para bajar del mismo vehículo y dirigir mis pasos hasta él, me senté a su lado y junté mis labios con los suyos uniéndonos en un beso de buenos días, el cual correspondió casi al instante. Al separarnos le sonreí y miré hasta su mano, en esta se encontraba caminando una mariquita con sus distintivos colores, rojo con lunares negros.
—Espera un segundo—dije mientras lo inspeccionaba—. ¿Qué demonios te pasó? Tienes varios moretones y algunas cortadas.
—Eso...—respondió riendo—. Digamos que mis idiotas amigos no tomaron del todo bien el que seas mi novio.
—Debería golpearles la cara en estos momentos, si ellos hicieron eso, yo..
—Tranquilo novio protector—se burló—, sé defenderme solo. Y no, no fueron ellos quienes me golpearon, aunque si fue su culpa que haya terminado así.
—¿Dónde dijiste que los encuentro?—pregunté con una mirada fría.
—Deja eso de lado—me dio un casto beso en los labios—. Vayamos a la universidad.}
Me levanté para ayudarlo a él, seguido de esto subimos al auto, yo del lado del conductor para poner en marcha el vehículo rumbo al destino que ya me había quedado grabado desde hace tiempo. Y bueno, realmente mi plan era llegar al lugar para pasar un día de clases normal en el cual nos ponemos a aprender sobre nuestros futuros trabajos, o alguna mierda por el estilo. Sin embargo, una idea bastante interesante se cruzó por mi cabeza haciendo que mandara cualquier plan a la mierda, dando como resultado, el pasarse de largo, dejando a la institución detrás, en el jodido olvido, o al menos eso será por el día de hoy.
—Definitivamente no vamos a ganar el premio a la asistencia perfecta—mencionó.
—¿Y a quién carajo le importa?—respondí alzando los hombros—. Hoy saldremos a divertirnos, solo tú y yo.
—Eso me huele a.. ¿una cita?—preguntó alzando una ceja.
—Por supuesto.—sonreí grande.
—Eso me parece estupendo
Dicho eso, encendió el estéreo para conectar su celular y comenzar a reproducir un montón de canciones, las cuales tanto él como yo cantábamos, algunas solamente apoyaba con el coro y en otras las cantaba por completo. Disfrutaba demasiado de la compañía del castaño, estar a su lado me causaba una sensación de felicidad que no sabría describir en estos momentos, pero digamos que es semejante a si conociera a Batman. No sería tan asombroso, porque no hay nada mejor que el caballero de la noche, pero como acabo de decir, es muy semejante.
ESTÁS LEYENDO
Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]
Fanfiction¿Alguna vez han pensado en lo mucho que puede cambiar la vida cuando la persona indicada llega? Andrew Biersack era un chico rudo, temido por todos en el nuevo Instituto... todos excepto ese estúpido castaño con obsesión por la leche de chocolate...